Michel Rocard, su combate para lograr mayor justicia social | Isabelle Pypaert Perrin

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Isabelle Pypaert Perrin

«Lo difícil tanto en política como en otros ámbitos no es tanto tener razón como saber convencer, lo que exige, además de tenacidad, un vínculo constante entre la prudencia y la audacia» (1) afirma Michel Rocard en el prólogo del libro de George-Paul Cuny publicado en 2014 en la Editorial Albin Michel «. L’homme qui déclara la guerre à la misère (El hombre que declaró la guerra a la miseria) [en francés]».

Político francés, Ministro de Planificación y Ordenación del territorio, posteriormente Primer Ministro [de Francia], Michel Rocard quiso proponer medidas que lograran mejorar la vida de las familias más desfavorecidas y sabía que si quería vencer por completo la compleja cuestión de la extrema pobreza, tendría que argumentar para convencer. Necesitaba un conocimiento especializado y por ello se dirigió al fundador de  ATD Cuarto Mundo. «¿Por qué Joseph Wresinski? Porque me parecía la persona más capacitada para instruirnos sobre la miseria… Con él, me encontraba de lleno en estas cuestiones de pobreza que fundamentan mi irritación contra el capitalismo: no le perdono la pobreza y, menos aún, la extrema pobreza.» (2)

En 1982, al preparar el IX Plan (1984-1988), le escribe un correo precisando el contenido de su mandato y pidiéndole en particular que se pusieran en evidencia los mecanismos de reproducción de la extrema pobreza y que se propusieran enfoques y políticas para atajar la reproducción de la misma. Precisó que en muy raras ocasiones esta cuestión había sido objeto de un estudio específico por parte de los organismos encargados de la planificación. La Documentación Francesa [Centro de Documentación y editorial pública], publicó el informe de la misión elaborado por Joseph Wresinski, en enero de 1983, que llevaba por título «Enrayer la reproduction de la grande pauvreté (Detener la reproducción de la extrema pobreza) [en francés]».

En aquella época, ATD Cuarto Mundo y otros organismos ya analizaban la atribución de una renta garantizada a personas y familias carentes de recursos estables y suficientes, que contaba con medidas de acompañamiento orientadas el empleo. Michel Rocard quiso llevar a cabo este proyecto y materializar un serie de medidas gubernamentales. Las iniciativas experimentales desarrolladas en varias localidades y regiones, algunas de ellas con la implicación activa de ATD Cuarto Mundo, fueron concluyentes. Cuando ocupó el cargo de Primer Ministro, el Sr. Rocard presentó el RMI, Revenu Minimum d’Insertion (Renta Mínima de Inserción) con una perspectiva muy esperanzadora: «Ofrecer a las personas más afectadas de nuestra sociedad, a quienes se abandona a su suerte, a quienes se ven cercados por la marginación, el derecho a tener una segunda oportunidad. Este es el sentido profundo del ingreso mínimo de inserción.» (3) No le costó mucho lograr el voto favorable del Parlamento. «Una ley compleja ya que se situaba en el punto de intersección de tres sistemas legislativos diferentes: la Seguridad Social, el ámbito laboral y el de Bienestar Social. El Parlamento estaba suficientemente convencido de su utilidad, de su pertinencia y de su modernidad como para adoptarlo por unanimidad, hecho bastante poco frecuente…Podemos considerar que el paso dado en 1988 no era únicamente un avance social sino un logro de civilización… Como cualquier creación humana el RMI no era perfecto; en particular el aspecto de «inserción» fue decepcionante, pero tal como fue, tal como ocurre actualmente con el RSA [Ingreso de Solidaridad Activa], gracias a estos ingresos, millones de hombres y mujeres vieron como disminuía su angustia frente al porvenir…Joseph Wresinski participó en favor de esta lucha, fue una hermosa lucha. Había personas que querían disminuir la miseria, conocí a muchas personas, y puedo decir que no eran personas sin importancia, pero personas que, como él, que conocían la amplitud de la herida en la humanidad y que quisieran destruirla, solo conocí a una persona: ¡A él !» (4)

Entonces no sorprende en absoluto la presencia de Michel Rocard, el 17 de octubre de 1987, en el Atrio de las Libertades y de los Derechos Humanos en París, para sostener la iniciativa de Joseph Wresinski que creaba El Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza y la placa conmemorativa en honor a las víctimas del hambre, de la ignorancia y de la violencia.

Sin duda Joseph Wresinski apreció su entusiasmo sin límite y su tenacidad para lograr verdaderos cambios en la vida de las personas y de las familias. Le reconoció, al igual que Joseph Wresinski, como promotor de un sueño por un mundo más justo, empeñado sin cesar en su realización.

De su repleta y prolongada vida como militante político, conservamos la imagen de su ambición por Francia, para que no deje de ser el país de los derechos humanos, el país de la fraternidad. «No es digno de nuestro pasado, ni concebible para nuestro futuro, que tantas personas sobrevivan en situación de miseria y se vean excluidas, al margen de una sociedad que les infringe una exclusión irrevocable.»  (5)

La lucha que hemos portado conjuntamente nos ha unido, haciendo de él, por siempre, amigo del Cuarto Mundo.

«La solidaridad no es la buena conciencia de la modernización, es la condición de su éxito. Porque le da todo su sentido al respeto de las demás personas, al respeto de la dignidad humana.» (6)

1 Prólogo del libro » L’homme qui déclara la guerre à la misère (El hombre que declaró la guerra a la miseria) «, Georges-Paul Cuny, Editorial Albin Michel, página 12.
2 Ibid, páginas 11-12.
3 En, archives.gouvernement fr/…/Discours_de_politique_générale_de_Michel_Rocard.doc (Discurso de política general de Michel Rocard), página 5.
4 Prólogo del libro «L’homme qui déclara la guerre à la misère (El hombre que declaró la guerra a la miseria)», Georges-Paul Cuny, Editorial Albin Michel, página 13-14.
5 archives.gouvernement .fr/…/Discours_de_politique_générale_de_Michel_Rocard.doc (Discurso de política general de Michel Rocard) página 5.
6 Ibid.

Foto © ATDCuartoMundo 17 de Octubre de 1987, Plaza del Trocadero, París, FRANCIA: En primer plano: Joseph Wresinski, Philippe Seguin y Michel Rocard