Las diferentes formas de injusticia relativa al saber

Cada segundo lunes de mes, publicamos en el sitio web del Movimiento Internacional ATD Cuarto Mundo un artículo que presenta las contribuciones de los participantes del Seminario de Filosofía Social. 

El artículo de hoy ha sido escrito por Marie Garrau, profesora de filosofía social y política en la Universidad de París 1 Panthéon Sorbonne, Francia. Este artículo es un extracto de la conferencia de Marie Joe Lebreton, Marie Garrau y Bruno Tardieu basada en el libro Pour une nouvelle philosophie sociale (Por una nueva filosofia social) [nota]Jomini, Jousset, Poché, Tardieu, Pour une nouvelle philosophie sociale Bordeaux – Transformer la société à partir des plus pauvres, Le Bord de l’Eau, 2023. Este libro está en vías de traducción[/nota]presentada en el marco del encuentro del 17 de noviembre de 2023, «Les Gilets jaunes 5 ans après, quelles leçons tirer ensemble?» (Cinco años después de los chalecos amarillos, ¿qué lecciones sacar?). El encuentro fue organizado por el Departamento de la Gironda, la Fundación Jean Jaurès, el Ayuntamiento de Burdeos, los Archives Departementales, el Centro Emile Durkheim y la editorial Le Bord de l’Eau.

 Barreras arbitrarias

Las injusticias relativas al saber son injusticias que afectan a la gente en su calidad de sujetos o agentes del saber.

  • Ser sujeto o agente del conocimiento significa participar en la producción, difusión y circulación del conocimiento en la sociedad.

Significa, por ejemplo, transmitir información, compartir experiencias, compartir análisis utilizando conceptos, intercambiar argumentos con otros, etcétera. Cuando hacemos esto, estamos ayudando a mantener vivo y en crecimiento el cuerpo del conocimiento global. Se trata de un aspecto fundamental de nuestra humanidad: somos capaces de producir y transmitir conocimiento a los demás, y necesitamos que se nos reconozca como tales.

Sin embargo, este proceso puede verse obstaculizado:

por razones arbitrarias, se nos puede impedir contribuir a la producción y difusión del conocimiento. Es a estos impedimentos arbitrarios a los que se refiere la noción de injusticia relativa al saber.

Dos tipos de injusticia epistémica

Esta noción fue forjada por la filósofa británica Miranda Fricker en un libro de 2007 titulado Epistemic Injustice. Power and the Ethics of Knowledge1, que se inspira en una serie de trabajos anteriores en el marco de la teoría feminista y antirracista. En este libro, Fricker distingue dos tipos de injusticia epistémica.

  • La primera es la injusticia testimonial, que se refiere a que no se nos crea debido a un estereotipo negativo ligado al grupo social al que pertenecemos. Por ejemplo, a menudo se considera que las personas que viven en la pobreza son poco inteligentes e incultas; en consecuencia, cuando se pide su palabra, a menudo se duda de ella y se la mira con desconfianza o recelo.
  • La segunda es la injusticia hermenéutica (o injusticia interpretativa), que designa al hecho de que un individuo o un grupo no pueda dar cuenta de su experiencia debido a una laguna en el lenguaje común; esta laguna se produce a su vez por la marginación epistémica, es decir, por la imposibilidad de acceder a los lugares donde se fabrican las herramientas semánticas y conceptuales que nos permiten dar cuenta del mundo social y de nuestras experiencias. Por ejemplo, los pobres suelen estar alejados de los lugares donde se produce y difunde el conocimiento (medios de comunicación, centros de enseñanza e investigación): en este sentido, sufren una marginación epistémica.

Esta marginación puede adoptar la forma de lagunas en el lenguaje común que les dificultan describir ciertos aspectos de su experiencia, en particular el hecho de que a menudo son objeto de prejuicios de clase, a consecuencia de los cuales se les percibe como menos inteligentes, como vagos, como poco fiables, etc.

Aporofobia2, un obstáculo para relatar la experiencia de la extrema pobreza

Fue precisamente para captar este aspecto de su experiencia que se acuñó el término «aparofobia» – el miedo o el aborrecimiento de los más pobres. La invención de este término permitió remediar una injusticia hermenéutica: la falta de un término que describiera un aspecto central de la experiencia de la pobreza vivida. A falta de tal término, este aspecto de su experiencia seguiría siendo difícil de pensar, de compartir, seguría siendo invisible.

Las dos categorías elaboradas por Fricker tienen un valor incalculable: que no se nos crea, no tener palabras para expresar nuestra experiencia, son aspectos centrales de la experiencia vivida por los grupos en situación de dominación. Pero la reflexión sobre esta experiencia muestra que existen otras formas de injusticia epistémica que deben tenerse en cuenta.

La filósofa negra norteamericana Kristie Dotson3 acuñó el término «injusticia contributiva» para describir el siguiente fenómeno:

  • en muchos casos, los miembros de los grupos dominados crean términos para nombrar, describir y analizar su experiencia. Así pues, el problema no es una laguna en el lenguaje común; el problema es más bien que, cuando existen palabras y análisis, los grupos dominantes no los toman en serio, ni los escuchan, no los consideran conocimientos válidos.

A título de ejemplo, se puede volver al concepto de aporofobia ya mencionado: este concepto, introducido en Francia en 2016 por ATD Cuarto Mundo, permite recuperar una dimensión central de la experiencia vivida de la pobreza; sin embargo, rara vez se utiliza en el discurso académico o político, y puede ser descalificado por considerarse «demasiado militante».

Los silencios o formas de descalificación que lo rodean son formas de injusticia contributiva:

al negarse a reconocer este concepto, se niega a los más pobres la capacidad de crear herramientas para analizar su propia situación, por lo que se los confina a la posición de dar testimonio de su experiencia o relatar sus vidas, cuando no se les pide simplemente que se callen.

Apropiación y transmisión epistémicas

Una cuarta forma de injusticia epistémica que hay que tomar en cuenta es lo que se conoce como apropiación epistémica, teorizada en particular por el filósofo negro estadounidense Emmalon Davis4.

  • La apropiación epistémica se produce bajo dos condiciones: cuando el conocimiento producido por miembros de grupos marginados se difunde por todo el espacio social y, en el proceso de su difusión, se desvincula de quienes lo produjeron inicialmente; y cuando quienes lo difunden obtienen de él un beneficio material o simbólico desproporcionado.

Como explicamos en el libro, esto es lo que ocurrió, por ejemplo, con el método de enseñanza Montessori5: este método fue inventado inicialmente como resultado de la cooperación entre la pedagoga María Montessori y los habitantes de los barrios pobres de Roma. Pero hoy, aunque las escuelas Montessori sean conocidas en todo el mundo, se ha olvidado esta genealogía, y son sobre todo los grupos sociales privilegiados los que se benefician de sus métodos de enseñanza. Se trata, pues, de un caso de apropiación epistémica.

Quisiera concluir este recorrido mencionando una quinta forma de injusticia epistémica, que ha salido a la luz gracias a los trabajos de investigación realizados en el marco del seminario de filosofía social. Se trata de la injusticia de transmisión6. Esta noción se refiere a la incapacidad de ciertos grupos de transmitir su historia y sus conocimientos a sus hijos y a las generaciones futuras. Simétricamente, se refiere a la imposibilidad de ciertos individuos y grupos de heredar la historia y los saberes de los que les precedieron, la imposibilidad de saber de dónde se viene.

Esta injusticia surgió a raíz de nuestra reflexión sobre la perdida de custodia de los hijos en familias que viven en situaciones de extrema pobreza. La perdida de la custodia – experiencia que se anticipa o que se teme como una amenaza constante- es fundamental en la experiencia vivida de pobreza; y aunque a veces ésta pueda resultar necesaria para proteger a los niños y las niñas de la violencia, también puede constituir una violencia contra hijos/hijas y padres/madres ya que se les imposibilita la transmisión de su conocimiento, y con ello su inclusión en una historia compartida.

Como puede verse, las injusticias relativas al saber pueden asumir distintas formas. Sin embargo, lo que tienen en común, y por lo que se caracterizan como injusticias, es que producen efectos específicos en quienes las sufren: producen perjuicio y humillación.


Foto principal : Emmanuel Renault, Mariie Garrau, Semyon Tanguy-André, Cécile Lavergne en el seminario de filosofía social,, 2022 © Carmen Martos, ATD Cuarto Mundo.

Retrato de Marie Garrau : Marie Garrau en diciembre de 2023 ©Julie Clair-Robelet, ATD Cuart Mundo.

  1. Miranda Fricker, Epistemic Injustice. Power and the Ethics of Knowledge, Oxford, Oxford University Press, 2007.
  2. El termino pauvrephobie, usado en francés, fue traducido del término aporobofia, propuesto por la filósofa española Adela Cortina en la década de 1990 y caracteriza el miedo y rechazo hacia la pobreza y hacia las personas pobres.
  3. Kristie Dotson, “A Cautionnary Tale : On Limiting Epistemic Oppression”, Frontiers, vol. 33/2, 2012.
  4. Emmalon Davis, “On Epistemic Appropriation”, Ethics, 128/4, 2018.
  5. Pour une nouvelle philosophie sociale, op.cit., p. 144.
  6. Idem, p. 175-180