La mujer del Cuarto Mundo, una desconocida

En 1975 se celebró en la Ciudad de México la primera Conferencia Mundial sobre la Mujer, coincidiendo con el Año Internacional de la Mujer. Una pequeña delegación de ATD Cuarto Mundo, de la que formaban parte Joseph Wresinski y Alwine de Vos, participó en esta Conferencia.

Para preparar la Conferencia, diferentes miembros de ATD Cuarto Mundo participaron desde 1974 en diversas reuniones organizadas por las Naciones Unidas. Como parte de esta preparación, elaboraron el documento «La mujer del Cuarto Mundo, una desconocida». Este documento se elaboró como un «proyecto de estudio sobre las mujeres del Cuarto Mundo» y fue presentado en México. Durante esta Conferencia, Joseph Wresinski y Alwine de Vos compartieron así mismo la Carta de la Mujer del Cuarto Mundo que había sito elaborada a lo largo de varios encuentros de militantes Cuarto Mundo.

  • Tras estas reuniones, en diciembre de 1975 se llevó a cabo en Pierrelaye un primer Congreso Internacional de Mujeres del Cuarto Mundo.

Al hilo de los artículos publicados a lo largo de esta semana, presentamos aquí un extracto de este documento pionero «La mujer del Cuarto Mundo, una desconocida» de Alwine de Vos y Joseph Wresinski.


Mujer encadenada

[…] Sin recursos para adaptarse de forma satisfactoria al lenguaje, las actitudes y los comportamientos de la sociedad que las rodea, de la que proceden, las poblaciones del Cuarto Mundo son juzgadas, condenadas y reprimidas, tanto en Occidente como en India, América Latina y los países del Este.

Excluidas de nuestros análisis culturales y políticos, así como de nuestras luchas sociales, son (si se puede decir así) las más desposeídas, las más prisioneras de todas las mujeres.

Ni siquiera se considera a esta mujer como parte interesada en la situación de la mujer en su país, y mucho menos como posible aliada en la lucha común. Su situación no se registra ni se analiza. […]

Rechazada porque está tan empobrecida que se ha vuelto irreconocible para sus compañeras, ¿será sin embargo su condición objeto de los intercambios previstos para el Año de la Mujer? ¿No debería ser ella, más que ninguna otra, el centro de nuestras preocupaciones durante este año?

Porque sobre ella pesan todas las carencias e injusticias de la sociedad que la rodea. Porque sobre ella pesan tanto las insuficiencias de la condición de la mujer en su país como el peso de todas las desigualdades y privaciones inherentes a la estratificación social de su entorno.

Sabemos que, sea cual sea el país, cuanto más se desciende en la escala social, más pesadas se vuelven las limitaciones de la condición de la mujer y menos medios encuentra para defenderse.

Incluso los remedios que podrían aliviar el dolor inmediato empiezan a escasear. En lo más bajo de la escala, la mujer no sólo está privada de funciones sociales, cívicas y políticas, como encadenada a sus deberes de esposa y madre. También se la priva de la plenitud misma de estas tareas. […]

La fragilidad de los logros

En lo más bajo de la escala social, el problema de la condición de la mujer se plantea en su totalidad, en todos sus aspectos, en sus formas más graves. No deja en la oscuridad ninguno de los defectos de la sociedad que tolera tal situación y, por sí solo, revela la totalidad de los cambios que hay que emprender.

Mientras persista la condición de las mujeres del Cuarto Mundo, ninguna mujer estará verdaderamente a salvo.

Porque lo que se puede negar a las mujeres de la parte inferior de la escala social no se ha convertido aún en un derecho inalienable para todas las mujeres. Según las vicisitudes de la vida, todas pueden seguir privadas de él. La mujer del Cuarto Mundo pone de manifiesto la fragilidad de los logros de las mujeres en general.