Dimensiones y medidas de la pobreza: un año de investigación

El Movimiento Internacional ATD Cuarto Mundo, en colaboración con la Universidad británica de Oxford, lleva a cabo una investigación inédita donde participan, en pie de igualdad, personas con experiencia de vida en extrema pobreza junto con profesionales y académicos. El objetivo es promover nuevas categorías de análisis de la pobreza, menos tecnócratas, y que se nutren más de la experiencia de vida de quienes la sufren, así como permitir un avance en la reflexión general sobre la naturaleza y las medidas de las dimensiones de la pobreza. La pobreza, en efecto, con frecuencia se define sin consultar a los primeros afectados y se mide exclusivamente a partir de criterios estrictamente monetarios.

Del 6 al 11 de noviembre de 2017, 32 personas que participan en este proyecto de investigación internacional se reunieron en un seminario en Villarceaux (cerca de París). Era una oportunidad para evaluar los avances de este trabajo en sus respectivos países, confrontar los resultados y conocerse mejor. En este proyecto de investigación, de tres años de duración, participan personas de seis países: Bangladesh, Bolivia, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Tanzania. Este proyecto de investigación concluirá en junio de 2019.

La originalidad de este proyecto de investigación participativa viene del papel que desempeñan las personas en situación de precariedad, a quienes se reconoce como coinvestigadoras. Este trabajo se fundamente en el método del Cruce de Saberes que desde hace veinte años el Movimiento ATD Cuarto Mundo ha venido desarrollando. Se trata de «cruzar» el «conocimiento experiencial» de las personas que viven en situación de pobreza, con el «conocimiento de acción» de profesionales y el «conocimiento académico» de universitarios.

  • En esta investigación las personas en situación de pobreza pasan a ser nuevos socios en la generación de un conocimiento sobre las formas más duraderas de desarrollo.

Alexie Gasengayire, coordinadora del Equipo Nacional de la investigación en Tanzania, cuenta como para este proyecto el equipo fue a buscar a personas que trabajan en Dar-es-Salam, en la lonja [mercado de pescado] y en una cantera. «No es sencillo participar en los talleres, es necesario liberarse dos días y medio. Realmente me gustaría venir»; explica una mujer que trabaja fabricando gravilla, «Pero tengo cuatro hijos, probablemente yo pueda comer allí, pero ellos, ¿cómo van a comer?». Para permitir la participación de las personas más desfavorecidas, los organizadores han decidido compensar la diferencia del dinero que dejan de ganar.

La creación de equipos de investigación fue uno de los primeros desafíos a la hora de iniciar el proyecto. Fue necesario crear las condiciones de participación de las personas en situación de pobreza. Fue necesario también encontrar personal académico que aceptara las condiciones del proyecto: un trabajo como coinvestigador en pie de igualdad con personas en situación de pobreza y profesionales y una remuneración que no está a la altura de sus honorarios habituales, todo ello para mantener una cierta equidad en el seno del equipo de investigación.

A pesar de estas dificultades, se crearon equipos nacionales de investigación en seis países compuestos por entre 10 y 17 miembros, en general con dos personas en la coordinación, una persona de apoyo a la investigación, de cuatro a seis personas en situación de pobreza y una persona con experiencia para acompañar a estas últimas. En total participan 81 personas coinvestigadoras en estos equipos nacionales.

En una primera fase del proyecto, los miembros de los equipos de investigación tomaron tiempo para conocerse, para definir adecuadamente el rol y la responsabilidad de cada cual, los ritmos de trabajo y solucionar las cuestiones prácticas para un funcionamiento adecuado. También tomaron tiempo para formarse sobre las exigencias éticas y la metodología del Cruce de Saberes. Experimentaron las distintas herramientas y técnicas propuestas para elegir las que les parecían más apropiadas a la hora de explorar las dimensiones de la pobreza para la población adulta en edad laboral, tanto en medio rural como urbano.

La segunda fase del proyecto se centró en la creación y posterior animación de grupos de pares para reflexionar sobre la pobreza de las personas adultas en edad laboral pertenecientes al medio urbano (urban working age adults) —en Estados Unidos, Francia y Tanzania; y al medio rural en Bangladesh. Grupos de personas en situación de pobreza, profesionales y académicos trabajaron cada uno de manera autónoma «entre pares» sobre las características de la pobreza, a partir de diferentes herramientas. Se esforzaron por reunir estas características en dimensiones de la pobreza coherentes y, por último, por clasificar estas dimensiones en función de ciertos criterios. Después, estos grupos se reunieron en sesiones en Cruce de Saberes, cuyo objetivo era resumir las dimensiones procedentes de los grupos de pares en un solo conjunto consensuado de dimensiones de la pobreza. En 2017, se reunieron un total de 47 grupos de pares, 29 de ellos conformados por personas en situación de pobreza.

En la creación de los grupos de pares, los equipos nacionales de investigación hicieron un esfuerzo por ir al encuentro de las personas en situación más grave de exclusión y contar con la mayor diversidad posible en cuanto a situaciones de pobreza para poder explorar todas sus dimensiones. En los Estados Unidos se reunieron dos grupos de pares en seis Estados situados a miles de kilómetros de distancia: en los Apalaches (Virginia), en Nueva York, Boston (Massachusetts), Oakland (California), Gallup (Nuevo México) y Nueva Orleans (Luisiana). Gracias a la organización de seminarios web mensuales de trabajo con animadores locales, los coordinadores pudieron crear grupos que incluían a personas afroamericanas, amerindios, latinoamericanas, asiáticas, personas LGTBQ1 y migrantes.

En Tanzania, los grupos de pares en Dar es Salaam incluyeron a personas con discapacidad, vendedoras, trabajadores en la cantera de grava y otras personas trabajadoras del sector informal, familias monomarentales, personas prostituidas, etc.

En Bangladesh, se crearon 12 grupos de pares, uno de ellos con diez «viudas del tigre», mujeres especialmente rechazadas cuyos maridos han muerto por ataques de tigres. Se trata de personas muy desfavorecidas que viven en una región de manglares donde hay muchas fieras, en Isla Gabura, en las Sudarbans, en el sur del país. Presionados por la miseria, los hombres cortan madera y pescan, arriesgando de este modo sus vidas. La ONG Ledars censó 292 «viudas del tigre» entre las 700 familias que viven allí, es decir, 3 500 personas.

Se optó por privilegiar un trabajo en profundidad con las personas en situación de pobreza antes que alcanzar a un extenso número. En efecto, una vez diseñado el protocolo de investigación, rápidamente se puso de manifiesto que se requería mucho tiempo con cada participante: tiempo para crear la confianza indispensable entre miembros del grupo, después para realizar los distintos ejercicios solicitados y dar la posibilidad, a quienes avanzan más despacio o que cuentan con menor vocabulario, de expresar lo que es importante para ellas.

  • Únicamente de este modo las dimensiones de pobreza, hasta ahora invisibilizadas, podrán ponerse de manifiesto.

La experiencia del equipo de investigación de Francia muestra el proceso que se ha llevado a cabo en los distintos países: «A partir de los informes elaborados por 10 grupos de pares el equipo de investigación nacional en Francia ha podido extraer 9 dimensiones de pobreza». Este trabajo condujo a la redacción de un informe con los primeros resultados que son, hasta la fecha, muy provisionales.

Xavier Godinot, miembro del Movimiento ATD Cuarto Mundo y coordinador del trabajo de los equipos nacionales de la investigación junto con el profesor Robert Walker de la Universidad de Oxford, afirma:

«Nuestros primeros resultados son prometedores. Se han puesto de manifiesto dimensiones de la pobreza ausentes en los indicadores clásicos…. Tenemos todavía tiempo. Será necesario consolidar estos resultados y lograr distinguir dimensiones que tengan carácter universal de las específicas a los diferentes países. Una vez terminado presentaremos este trabajo a las Naciones Unidas y a los Gobiernos y propondremos medidas. Sin duda será necesario seguir trabajando sobre los nuevos indicadores. En esta investigación, los militantes Cuarto Mundo, con experiencia de vida en situación de pobreza están dispuestos a llegar hasta el final. Incluso han realizado una pequeña manifestación con pancartas afirmando: «¡No sin nosotros!».

  1. Lesbianas, gais, transexuales, bisexuales y queer