“Construyamos nuestras comunidades para erradicar la pobreza extrema”

Artículo escrito por Bob Katembo, voluntario permanente de ATD Cuarto Mundo en África Central.

Construir un mundo mejor, sin excluir a nadie

Desde hace años, la República Centroafricana sufre graves inundaciones. Regiones muy pobres han sido arrasadas, como la Isla de Mbongossoua en julio de 2019 y el barrio Kokoro Boeing, en julio de 2022. Estas catástrofes naturales han hundido aún más a estas dos comunidades en la pobreza extrema. Organizaciones nacionales e internacionales han intervenido enviando ayudas materiales, fondos y atención médica… Además, han construido un centro escolar y han distribuido utensilios para el hogar.

Sin embargo, estas ayudas fueron de corto plazo. Una vez que los proyectos fueron concluidos estas organizaciones les dieron la espalda a estas familias, aunque su situación casi no hubiera cambiado.  Sin embargo, este no fue un motivo para que las familias se desalentaran: ellas se unieron para reconstruir los donde de vivían y crearon grupos de movilizaciones comunitarias.  El objetivo era movilizar a todas las comunidades para que se involucraran y se vieran como actrices indispensables en la lucha contra la pobreza extrema. De esta manera, estas personas dejaron de esperar que otros vinieran a hacer las cosas en su lugar. Cada comunidad se involucró así de forma significativa en la lucha contra la pobreza extrema para construir un mundo mejor, que no deje a nadie atrás.

La comunidad se compromete y se moviliza

Así fue como se formó el grupo de Kokoro Boeing “Maboko na maboko” (Levantémonos y trabajemos mano a mano) después de las inundaciones del 22 de julio 2022.  Muchos habitantes fueron despojados de todo lo que se encontraba en sus hogares. Los bienes materiales de más de 45 familias de la comunidad de Kokoro Boeing fueron arrastrados por las inundaciones. Frente al sufrimiento de estas familias, la comunidad se puso de pie y propuso la movilización y una organización para apoyar a las y a los más afectados por estas catástrofes: a los más vulnerables.

Fue así como los hombres, las mujeres y los niños miembros del grupo «Levantémonos y trabajemos mano a mano»  se implicaron en su comunidad para ayudar a quienes lo habían perdido todo. Entraron en acción formando la comisión de la “brigada de intervención”. Recuperaron ladrillos no dañados y fabricaron nuevos, limpiaron el terreno, construyeron pequeñas casas de chapas para proteger a las familias, organizaron trabajos comunitarios, etc. Esta brigada de intervención también recuperó los puentes arrasados por las aguas para evitar que las personas cayeran en las cunetas cubiertas por las aguas de lluvias torrenciales y podaron las hierbas altas para liberar el camino, etc.

Durante todo este periodo,  la «Comisión Salud para Todas y Todos» garantizó el acceso  a los cuidados médicos de primera necesidad.  Los pacientes en mayores dificultades fueron orientados hacia las estructuras médicas. De este modo, la “Comisión salud para todos y todas” se comprometió a realizar una movilización en educación sanitaria, higiene y saneamiento junto con las víctimas.

Además, de un grupo de sensibilización, animado por familias de víctimas y otras personas con ganas de dar a conocer la voz y las vivencias de los pobres, movilizó a los actores y actrices de la comunidad para ayudar a los más desfavorecidos.  Por último, un grupo de acciones culturales,  puso en marcha actividades para que los niños pudieran recuperar su alegría y para que redujeran el estrés ocasionado por todo lo que vivieron durante las inundaciones.

El acceso al agua en el barrio Kokoro Boeing

En estas circunstancias, las familias de Kokoro Boeing se movilizaron una vez más para realizar una obra solidaria: abastecerse de un pozo de agua potable

En el barrio de Kokoro Boeing, el acceso al agua potable no es nada fácil. Cerca de 600 personas utilizan un único pozo. Durante la temporada de lluvias, el agua es sucia y turbia por los residuos caen en ella. Pese a los riesgos debidos a este consumo (enfermedades de origen hídrico, la fiebre tifoidea, los estafilococos), la comunidad no puede aprovisionarse de agua en ningún otro lugar cercano.

La distribución del agua de la SODECA (siglas en francés de la Sociedad de distribución de agua de África Central) fue cortada debido a las inundaciones y ninguna reparación de la red de suministro ha sido realizada hasta ahora. El acceso al agua potable está disponible ahora en el barrio de las mesetas, a 4 o 5 km de distancia. Para beneficiarse de esta agua, haría falta  salir al amanecer. Por lo tanto, a las familias más pobres no les queda otra opción más que utilizar el pozo de la comunidad.

La movilización comunitaria basada en la obra solidaria “Construcción de un pozo de agua en el barrio Kokoro Boeing”. Durante cuatro encuentros, hombres y mujeres de la comunidad prepararon la obra de solidaridad en el marco del proyecto “Levantémonos y trabajemos mano a mano”. Durante estos preparativos, estas personas compartieron las acciones que les gustaría realizar para sus comunidades y decidieron darle prioridad al acceso al agua limpia a quienes tienen dificultades para obtenerla.

Esta obra de solidaridad duró más de un mes. En primer lugar, fabricamos una losa de cemento para cubrir el pozo y sus contornos. Después, excavamos varios metros y colocamos la losa de cemento Construimos una circunferencia de ladrillos sobre la losa de cemento con la finalidad de proteger el agua en el interior del pozo y les dimos los últimos retoques. Más de 75 personas (hombres, mujeres y niños) participaron en esta obra. Todos los días, nuevas personas llegaban para “dar una mano”. Hoy, estas personas participan cada vez más en las acciones de la comunidad.

  • El trabajo se organizó con base en un espíritu de colaboración, ayuda mutua y responsabilidad compartida: algunas personas iban a buscar arena y guijarros, otras cortaban varillas de hierro, sacaban agua o colocaban los ladrillos y el cemento en la losa. Otras mezclaban la argamasa y recolectaban fondos, según las posibilidades de cada uno. Los participantes aprendieron a realizar estas tareas intercambiando y enseñándose unos a otros. El trabajo colectivo se hizo siguiendo el lema: “trabajemos mano a mano”.

Todo provenía de la comunidad: la mano de obra, las contribuciones para pagar los materiales, una familia aportó más de 30 bloques de cemento, otra tablas, una más, herramientas… Se hizo una cocina improvisada para preparar el café y las comidas. La implicación de la comunidad fue notable.

Este trabajo hizo nacer cohesión en la comunidad, solidaridad y fraternidad entre las familias. Un pequeño grupo minoritario musulmán vivía al norte del barrio y no tenía ningún vínculo con el resto de los habitantes, en su mayoría, cristianos, a causa de la distancia espacial que los separaba. Gracias a la obra, estas personas se encontraron y trabajaron juntas de inicio a fin. Ellas se unieron y participaron regularmente en las actividades comunitarias.

Las obras desde el punto de vista de los participantes

Aquí, algunos testimonios de personas que participaron en las movilizaciones descritas en este artículo:

  • Todo salió bien. Este trabajo es verdaderamente el símbolo de la cohesión social en nuestro sector. Cristianos y musulmanes se unieron en este encuentro y trabajaron juntos”.
  • El grupo Ilondo vino a reunirse con nosotros, primero, durante las reuniones preparatorias y, después, en esta gran obra de construcción del pozo. Estoy muy feliz porque la gente ha ya venido de todas partes para reunirse en torno a esta obra. Yo pensaba que este trabajo sería solamente de hombres, pero las mujeres participaron igualmente en la construcción de este pozo. Es una señal de que hay una fuerte cohesión social. Voy a seguir implicándome en las actividades de este grupo.
  • En realidad los jóvenes se movilizan, eso es algo bueno. Este valor conmovió a otras personas como yo, por eso decidí participar en este trabajo. El grupo “Maboko na maboko” es una iniciativa muy buena que nos unió. El motivo principal de este encuentro es el agua y, como se dice, el agua es vida. Este encuentro es un símbolo de paz”.
  • Este trabajo le permitió a nuestra comunidad disponer de un pozo. Soy parte del grupo Maboko na maboko. Nos unimos para luchar contra la pobreza y ayudar a nuestro país a avanzar. Nosotros, los jóvenes, vamos a continuar en este sentido para apoyar a los más pobres de nuestra comunidad. Esta obra, es una forma de unir nuestras manos y tendérselas a los demás. Nos permitió ayudarnos mutuamente, ayudar a las personas mayores, nuestras madres. El trabajo que hacemos en este grupo no se limita a la construcción de un pozo de agua, intervenimos también en otros casos: por ejemplo, las casas derrumbadas durante las inundaciones. Nos movilizamos para reconstruir las casas de quienes no tienen fuerza, que viven en la miseria y de quienes no tienen los medios de reconstruirlas”.
  • Cuando traje a mi hijo al mundo, no había agua potable para cuidarlo. No nos quedaba otra opción más que utilizar el agua del pozo. Por esto, mi hijo se contagió sarna y estafilococos.  Incluso nosotros, los adultos, sufrimos más tarde, enfermedades y no tenemos medios para ir a un hospital y recibir los cuidados adecuados. Hoy, estoy muy contenta de participar junto con mi hijo en esta obra, dando el ejemplo para que tengamos el valor de construir juntos, mano a mano, nuestro propio pozo”.

Fotos: Bob Katembo, 2023 © ATD Cuarto Mundo.