Un trabajo para sostener la vida

El 1 de mayo, Día Internacional de los Trabajadores es una buena oportunidad para dar visibilidad al trabajo no reconocido, y definido como informal, de personas en situación de pobreza, con frecuencia alejadas y poco representadas por el ámbito del trabajo asalariado. En efecto, en todo el mundo las personas en situación más grave de pobreza desarrollan habilidades prácticas que no son reconocidas por la sociedad y que les permiten crear actividades generadoras de recursos y redes de solidaridad.
En este día proponemos una serie de artículos que rindan homenaje a estas personas invisibles que, sin embargo, a su escala, contribuyen a preservar los recursos limitados del planeta y a reafirmar una economía más humana.

A iniciativa de ATD Cuarto Mundo, desde más de 10 años, se ha creado Trabajar y Aprender Juntos (TAJ) en Francia, Madagascar y Guatemala con el objetivo de que personas alejadas del mundo del empleo, o procedente del sector informal, vuelvan a encontrar una actividad formativa y valorizante que consolide los vínculos sociales.
Este artículo recoge las reflexiones de algunas personas y miembros de TAJ Guatemala sobre la importancia del trabajo y sus condiciones sostenibles para la vida. Doña Maritza Orozco, afirma:

El trabajo es más que dinero, sostiene la vida

  • «Para mí el trabajo es muy importante, pero el trabajo, además de permitir el sostenimiento, nos permite crecer, porque si no tenemos trabajo no crecemos, no avanzamos, tenemos muchos tropiezos en la vida. El trabajo permite… una vida sostenible».


Un trabajo en condiciones difíciles para la vida

«Doña Silvia, una vecina, trabaja en una planta de reciclaje de vidrio. Quiebra el vidrio, amarra los quintales [sacos] y los sube al camión. Es una cosa muy dura. Veo su sufrimiento cuando llega en la noche con sus manos cortadas por los chayes [cristales], o metidos alrededor de sus mejillas».

«Hay familias que hemos vivido toda la vida lavando ropa ajena o trabajando en comedores. A veces, nuestras hijas siguen trabajando en estos lugares donde durante muchos años hemos ganado un sueldo muy injusto, como ellas ahora, y siguen en la misma vida donde se dejaron la juventud, sus manos, sus fuerzas, por la necesidad y la falta de oportunidades».

  • «Una vecina, que trabaja en la maquila, como dicen sus hijos, regresa cada día muerta de cansancio. Ella dice que allí les explotan mucho y piden metas difíciles de cumplir. Si no las cumplen no tienen su sueldo completo a fin de mes o de quincena. Hay mucha explotación, pero también es un trabajo digno porque permite sostener a los tuyos».

«Para mí fue duro el trabajo, pero también hoy me siento orgullosa porque mis hijas han logrado sus sueños, se han superado de manera bonita porque sus estudios les permiten tener un trabajo, no un trabajo donde tengan un gran salario, sino un trabajo donde no les matan, como me maté yo trabajando».

Crecer, sostener, aprender: Trabajar y Aprender Juntos

«En TAJ nuestro objetivo es salir adelante, actualmente con la fabricación de llaveros, canastas… Nuestro sistema de trabajo es fabricar artesanías con papel reciclado. Enseñamos a otras personas que con las cosas que se tiran y que no sirven se pueden fabricar cosas bonitas y útiles».

  • «Trabajar y Aprender Juntos es un lugar donde trabajamos y aprendemos, donde no somos explotadas, donde compartimos y vivimos momentos alegres. En TAJ somos nosotras mismas quienes tenemos que ser responsables, no tenemos control pero sí metas que cumplir, si tenemos que hacer limpieza, no tenemos un jefe o jefa que lo diga, pero sí una responsabilidad que cumplir».

«Después de 10 años hemos logrado mantenernos y valorarnos como compañeras del grupo y también hemos logrado ganar dinero para sostener a nuestras familias. Hemos logrado algo muy sencillo y valioso, crecer como personas y como grupo, querernos».

He aprendido que somos personas útiles

Lilian Marín, otra artesana nos explica: «Yo en TAJ he aprendido de todo, sobre todo a valorarme como persona y como mujer, a esforzarme más en lo que hago. ¡Nunca creí que vería todo lo que hoy soy capaz de hacer!
He aprendido que somos personas útiles, en verdad, porque no tener estudios no significa que no valgamos como personas. En otros lugares había personas que no valoraban el trabajo que hacía, para ellos yo no era nada y lo que hacía era como basura, por eso lo único que hacía yo era dejarlo, renunciar y no valorar mi trabajo».

«Aquí, [en TAJ], nos animamos más a hacer las cosas, es una manera de decir que somos útiles como personas, nos enseñamos y hacemos las cosas juntas».

«Para mí aprender más artesanías, aprender más, es una motivación, porque sé que mi juventud se va a terminar y tengo que prever que un día no tendré la fuerza y, como no tengo estudios, no tendré trabajo. Pero me voy a sostener».

«Algo muy importante que he aprendido en TAJ es la solidaridad. Pero no es algo que solo practico aquí, sino también fuera. Es algo que yo antes no hacía, ahora lo practico y se siente bonito».

Entre los pilares de acción del Movimiento Internacional ATD Cuarto Mundo están la promoción de experiencias alternativas de trabajo donde personas afectadas por la extrema pobreza generan nuevos recursos económicos y regeneran las relaciones sociales. Asimismo, llevamos a cabo un esfuerzo colectivo por entender la creatividad y la resistencia de las familias en situación más grave de pobreza para hacer vivir a sus familias. Si no aprendemos de estas familias los esfuerzos por un trabajo que sostiene la vida, no habrá garantías de futuro sostenible.

Miembros de TAJ Guatemala en 2019: Ada Maritza Orozco, María Juliana Hernández Alvarado, Nicolasa López Cruz, Glendy del Pilar Rosales Tepeu, Astrid Itzep, Lilian Rufina Marín, María Luisa Rosales et Liria Reina Revolorio