Un año descubriendo el Voluntariado permanente en ATD Bulgaria

En el Movimiento internacional ATD Cuarto Mundo se entrelazan múltiples caminos de compromiso posibles. Todos ellos buscan reforzar nuestros vínculos con aquellas personas que resisten a la pobreza extrema en su día a día, aprendiendo con ellas a construir sociedades más fraternas, justas y respetuosas de la dignidad de todas las personas y de los ecosistemas.

En una serie de artículos vamos a visibilizar algunas  experiencias de descubrimiento de estos caminos posibles. ¿Te animas a ser la siguiente persona en dar un nuevo paso en tu compromiso por la erradicación de la pobreza extrema?


Diana Todorova cuenta su experiencia e impresiones al final de un año de descubrimiento del voluntariado permanente internacional de ATD Cuarto Mundo en Bulgaria. Ahora, Diana ha retomado su carrera como arquitecta.

¿Cuál fue tu primer encuentro con ATD Cuarto Mundo en Bulgaria?

Mi primer encuentro tuvo lugar en Plovdiv, en el barrio de Stolipinovo. Era a principios del año 2020. Me uní a la iniciativa de la “Escuela móvil Stolipinovo” como voluntaria. Cada semana, participaba en la organización de talleres artísticos para niños que viven en la parte más marginada del barrio. En aquella época, vivía en España y solamente iba a estar en Bulgaria unos meses.

¿Qué hizo que quisieras participar?

Siempre me ha gustado el trabajo con los niños pero los talleres de Stolipinovo me parecieron verdaderamente extraordinarios. A pesar de la vida tan complicada que parecían llevar las familias del lugar, de las privaciones a las que debían enfrentarse, así como de las actitudes contra las que tenían que luchar, su esperanza jamás se desvanecía. Los niños mostraban una alegría tan sincera cada vez que nos veían. De la misma manera, sus padres nunca perdían la oportunidad de saludarnos y hablar con nosotros.

Fotos © Marie Dacheva

Poco antes de volver a España, me reuní con Véronique y Benoît, responsables en ese momento del equipo de ATD Cuarto Mundo en Bulgaria, con  el objetivo de conocer mejor los objetivos de ATD Cuarto Mundo, tanto en Bulgaria como en el resto del mundo. En este encuentro me propusieron que me uniera al equipo en una etapa de descubrimiento del voluntariado permanente y me explicaron en qué consistía.

Me impresionó mucho. En aquella etapa de mi vida, había decidido implicarme de manera plena en algo que me permitiera encontrar mi lugar y volver a darle sentido a mi potencial. La lucha de ATD Cuarto Mundo contra la extrema pobreza, su trabajo codo a codo con las personas en situación de precariedad, me impactó profundamente. Estaba asombrada por la dimensión internacional del Movimiento y por el hecho de que la miseria existe en todo el mundo, incluso donde uno no lo piensa. No tuve ninguna duda, ¡quería participar!

¿En qué tipo de actividades has participado como voluntaria permanente?

El año ha sido muy variado. Una iniciativa importante de ATD Cuarto Mundo es la Biblioteca de calle. Nuestro equipo en Bulgaria anima una en Sofía, en el barrio Zaharna Fabrika. Todos los sábados, con amigos de ATD Cuarto Mundo, vamos al barrio y leemos libros con los niños. También hablamos con sus familias. Además, siempre proponemos una actividad artística y otra deportiva. Teniendo en cuenta que estuvimos todo el año afectados por la epidemia del Covid-19, tuvimos que ser muy creativos y prudentes.

Fotos © Maria Dacheva

He participado en varias ocasiones en la organización del Festival de los Talentos Compartidos. Desde que me uní al equipo, organizamos dos en el barrio de Stolipinovo y tres en Zaharna Fabrika. ¡Una experiencia inolvidable! Esta acción atrae a personas de diferentes recorridos vitales y les une durante un día lleno de sonrisas y creatividad.

Fotos © Maria Dacheva

Organizamos encuentros con relativa frecuencia con amigas y amigos del Movimiento. Durante uno de estos encuentros, Véronique y Benoît dinamizaron un teatro-foro sobre los prejuicios a los que debemos hacer frente por nuestro compromiso con personas en situación de precariedad y de pobreza.

Fotos © Maria Dacheva

Asimismo, en varias ocasiones he tenido la oportunidad de poner en práctica mi talento en el ámbito de las artes gráficas. Además de la organización de diferentes talleres y encuentros, he podido diseñar mapas, carteles y otras herramientas para dar a conocer nuestra misión. Uno de mis trabajos preferidos es el último cartel para el Festival de Talentos Compartidos en Zahara Fabrika.

Fotos © Maria Dacheva

Para mí, el año terminó con la preparación del Día Mundial para la Erradicación de la Extrema Pobreza, el 17 de octubre. Junto a los amigos del Movimiento, las personas que viven en extrema pobreza, y los niños de las bibliotecas de calle, hemos creado una exposición de tres días que todos vamos a recordar.

¿Qué caras de la pobreza has podido descubrir en el año que has pasado en el Movimiento? ¿Qué has aprendido?

Nunca he considerado la pobreza como un fenómeno únicamente financiero pero las dimensiones que he descubierto dentro del Movimiento Cuarto Mundo han ampliado de manera significativa mi visión del mundo. He conocido personas extraordinarias que se han encontrado desgraciadamente en una situación de extrema pobreza. Ver a estas personas luchar por obtener cosas que la mayoría de nosotros da por sentadas es simplemente absurdo.

Antes, creía que solo había que contar con uno mismo, que era importante ser fuerte, desenvolverse solo y no mostrar sus debilidades. Más tarde, comprendí hasta qué punto este comportamiento es dañino para mí y mis seres queridos. Este comportamiento siempre pone al otro en una posición de debilidad, crea un tipo de juego de control y dominación que envenena las relaciones entre seres humanos. Sentirse débil y vulnerable es normal, y es importante pedir ayuda para mantener el equilibrio en el mundo que construimos.

¿Podrías compartir con nosotros el recuerdo de un momento especial?

Uno de mis momentos preferidos fue la organización del primer Festival de Talentos Compartidos en Zaharna Fabrika. Hacía un mes que estaba en el equipo. Estábamos al principio de la segunda ola de la epidemia, todavía había mucha incertidumbre sobre la organización de eventos públicos y estaba muy inquieta. Sin embargo, desde que llegamos, los niños corrieron a ayudarnos y así transformaron mi ansiedad en inspiración. La receptividad de uno de los niños que había participado en la Biblioteca de calle, así como la de su padre y su tío, me causó una gran impresión. Aunque no nos conocían, cuando vieron cuáles eran nuestras intenciones, vinieron a aportar ayuda. Nos ayudaron a poner los altavoces, las pancartas, a conectar la electricidad. Hicieron todo lo que pudieron. ¡Fue extraordinario!

Fotos © Maria Dacheva

¿Cómo percibes tu papel como voluntaria permanente?

Es complicado. El papel principal de los voluntarios permanentes consiste en dar testimonio de la vida de las personas que viven en la extrema pobreza y construir, con ellas, la sociedad del futuro que no dejará de lado a nadie, ni abandonará ni abusará de nadie. Sin embargo, la complejidad proviene de las innumerables posibilidades que se nos ofrecen. Es importante estar disponible, abierto a ideas nuevas pero, a la vez, tener los pies en la tierra para poder distinguir lo que es viable, aquello en lo que tenemos que poner todo nuestro esfuerzo ahora y aquello que puede esperar. Es importante poder dirigir pero es igual de importante ser capaz de seguir a otros. Creo que es indispensable estar muy atento para poder observar de manera consciente el impacto de tu presencia en el entorno que te rodea y no esperar resultados inmediatos y grandes, sino ser paciente, apreciar cada pequeño paso.

¿El movimiento Cuarto Mundo cambia la vida de las personas? ¿En qué te ha cambiado a tí personalmente?

Una de las mujeres que tiene una vida complicada y con quien colaboramos cada semana ha compartido con nosotros que el Movimiento le inspira. Cuando estás en una situación de extrema pobreza, tienes la impresión de estar en un círculo vicioso sin salida. Actuar juntos para construir un mejor futuro para todos, fomenta la convicción de que puede haber un cambio. Me parece impresionante el hecho de que en muchos lugares del mundo haya personas que buscan soluciones para vencer a la miseria, mano a mano con las personas más abandonadas. Pienso que después de este año, me he vuelto más sensible al sufrimiento de los demás y más intolerante con las injusticias a las que nos enfrentamos en la vida. Esto ha cambiado la manera en que quiero vivir — de manera consciente, con amor y comprensión hacia la gente que me rodea. He comprendido la importancia de compartir mi vida y esforzarme por ser un poco mejor cada día.

Ahora has decidido volver a tu trabajo. ¿Tienes una visión diferente de la arquitectura?

No lo había pensado antes. He comenzado a hacerme preguntas sobre las viviendas sociales y la manera en que podemos incluir a los residentes de estas viviendas en el diseño de los edificios. También tengo ideas interesantes sobre la ciudad, que puede considerarse un refugio porque las calles que usamos todos los días son, de hecho, una casa para muchos de nosotros. Sin duda voy a empezar a descubrir los cambios en mi manera de concebir los espacios y la manera de comunicarme con los demás. Ha sido un año intenso y pienso que mirando atrás, tendré la posibilidad de reflexionar en profundidad sobre todo lo que ha pasado en este periodo. Una cosa está clara, los recuerdos de los momentos compartidos, las conversaciones, los dibujos y los juegos quedarán siempre grabados en mi memoria.