Pisos de protección social para todos | Clave para la erradicación de la extrema pobreza para el año 2030

La abuela Regina vive en la provincia de Gaza, Mozambique, donde la mitad de la población vive por debajo del umbral nacional de pobreza. Tiene a su cargo una hija ciega y cuatro nietos. Este vídeo documental [portugués subtitulado inglés] muestra cómo el proyecto de transferencias de efectivo en Mozambique puede mejorar la vida de las personas.

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La abuela Regina ahora puede comprar alimentos, pero también puede cubrir otras necesidades de la familia, como comprarle un uniforme a su nieto o pagar el transporte hasta el centro de salud. Entiende que la educación de su nieto es la vía principal para lograr una futura prosperidad. En Mozambique, el número de beneficiarios del sistema básico de protección social se ha duplicado desde 2010, pero sigue representando el 15% de quienes lo necesitan. Además, para quienes se benefician, estas ayudas son insuficientes.

La abuela Regina no es la única persona que necesita la ayuda de «los niveles mínimos de protección social», es decir: acceso a ingresos mínimos o prestaciones básicas y a servicios sociales esenciales como la asistencia sanitaria. Según las estimaciones de la OIT, cerca del 73% de la población mundial no tiene acceso a niveles adecuados de protección social. Más del 90% de la población que vive en países de renta baja sigue sin disfrutar del derecho a la asistencia sanitaria. La mitad de la población infantil mundial vive en situación de pobreza. Aproximadamente tres cuartas partes de los trabajadores no reciben ningún tipo de ingreso por desempleo, accidentes de trabajo o por maternidad. Cerca de la mitad de las personas en edad de jubilación no reciben ninguna pensión, y la cuantía de quienes la reciben, es con frecuencia insuficiente.

En 2015 la comunidad internacional aprobó los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la “estrategia 2030”. Los niveles mínimos de protección social forman parte de esta estrategia, en especial se considera que el acceso a un sistema de protección social forma parte de los derechos humanos. Como queda reflejado en los Principios Rectores sobre la extrema pobreza y los derechos humanos de las Naciones Unidas, aprobado en 2012 por el Consejo de Derechos Humanos. Estos principios subrayan la importancia de la participación de las personas que viven en situación de extrema pobreza en las fases de diseño, aplicación, vigilancia y evaluación de los programas, entre otros, de niveles mínimos de protección social. En 2012, al adoptar las Recomendaciones sobre los Pisos de Protección Social, la OIT fue la primera agencia de las Naciones Unidas que impulsó la creación de niveles mínimos de protección social, aunque actualmente otras muchas agencias han seguido su ejemplo: como la Unicef, el PNUD o ACNUR.

Las principales limitaciones de los países a la hora de aumentar los niveles mínimos de protección social son su voluntad política, la capacidad administrativa y sus recursos económicos. Múltiples agencias de las Naciones Unidas brindan apoyo a los países mediante asesoría técnica y recursos económicos a fin de ampliar los niveles mínimos de protección social Especialmente los países de renta baja necesitan este tipo de apoyo, aunque progresivamente podrán ampliar los medios económicos necesarios para hacer frente a los niveles mínimos de protección social, mediante la reasignación del gasto público, aumentando la recaudación tributaria o ampliando las cotizaciones a la seguridad social. Los niveles mínimos de protección deben diseñarse y aplicarse de manera coordinada con políticas de fomento del trabajo decente y otras políticas sociales y económicas.

¿Cuál es el papel que desempeña la sociedad civil y ATD Cuarto Mundo? De 2009 a 2011, en colaboración con la Unicef, ATD Cuarto Mundo llevó a cabo en Madagascar, con carácter experimental, un estudio sobre el uso por parte de las personas beneficiarias, de los ingresos percibidos a través de un programa de niveles mínimos de protección social. Durante dos años, 300 adultos (y 450 menores), trabajadores en el basurero, percibieron una prestación familiar mensual en una cuenta abierta en la oficina local de correos. Se elaboró un censo para determinar la cantidad de dicha prestación y para garantizar que cada persona se inscribía en los registros de las autoridades locales. Como sucede con otros estudios realizados por OIT y por Unicef, los logros fueron muy positivos. En el periodo comprendido entre 2009 y 2011, la tasa de inscripción escolar y las visitas a los centros de asistencia sanitaria locales (consultas) aumentaron entre un 30% y un 60%. Las personas también invirtieron en mejorar sus viviendas y en actividades generadoras de recursos (e ingresos), como la cría de cerdos, patos y pollos. En definitiva, aumentaron su capacidad de resiliencia. Para saber más sobre el informe completo, véase el final del artículo.

ATD Cuarto Mundo es una de las organizaciones fundadoras de la Coalición Global para Pisos de Protección Social, que actualmente cuenta con más de 80 ONG de todo el mundo (http://www.socialprotectionfloorscoalition.org). Una de sus principales funciones es fortalecer la voluntad política para aumentar los niveles mínimos de protección social. Asimismo, persigue la movilización de Gobiernos, agentes sociales, académicos y medios de comunicación para contribuir a aumentar y ampliar los niveles mínimos de protección social. En colaboración con la OIT, la coalición ha iniciado diferentes acciones en cinco países: El Salvador, Birmania/Myanmar, India, Iraq y Zambia. Habrá más países que se sumen. La Coalición tiene la voluntad de presionar para que las legislaciones incluyan el derecho a ingresos de protección social. La protección social forma parte de los derechos humanos y constituye una inversión en desarrollo sostenible.

Copia del Informe conjunto ATD Cuarto Mundo/Unicef [en francés]