Mensaje de verano 2019 | Isabelle Pypaert Perrin

  • «En todas partes del mundo los jóvenes de Cuarto Mundo exigen que se les tenga en cuenta. Quieren tener un oficio de futuro entre las manos. Nos dicen, a nosotros, sus mayores: rechazamos la extrema pobreza de nuestras familias, queremos vivir con vosotros en un mundo libre de opresión y explotación.
    Buscan a hombres y a mujeres en quienes confiar, de quienes aprender la libertad y con quienes lograr hacer retroceder las fronteras de la ignorancia para que, por fin, surja una humanidad fraterna».
    Joseph Wresinski

22 horas, en una gran ciudad de Francia.  Juliette entra en el albergue donde ha elegido vivir. Ve a un joven con su perro y una lata en la mano, que busca un lugar donde dormir sin que le molesten. Ella dice lo primero que se le ocurre: «¡Tu perro es enorme! Me da miedo». Hablan. Un sencillo diálogo entre dos seres humanos que se encuentran. Se llama Kevin. En la conversación va citando los lugares que suele usar como refugio: su colchón frente al banco, el metro cuando llueve… Juliette los retiene en su memoria.

Adolescente, guardaba en un bote las frases que le parecían importantes. Entre otras: «Allí donde hay hombres y mujeres condenados a vivir en la miseria, los derechos humanos son violados. Unirse para hacerlos respetar es un deber sagrado»1.

Ya se le había pasado por la cabeza ser voluntaria permanente del Movimiento ATD Cuarto Mundo, pero entonces aún tenía otras experiencias que vivir, y después de terminar los estudios pasó varios años en África con diferentes ONG.

Hoy, hace tres años que es voluntaria permanente. Su misión es salir al encuentro de la juventud en situación más grave de exclusión. Los jóvenes del barrio donde anima una Biblioteca de Calle; con los que se encuentra en el albergue donde vive; y otros con quienes se para a hablar así, con naturalidad, en la calle, muchos de ellos no mantienen ningún tipo de relación con sus familias. En situación de acogimiento desde niños, tienen que volver a descubrir a sus familias, a sus hermanas y hermanos, muchas veces ya es demasiado tarde, y además lo tienen que hacer en pésimas condiciones. «Ya no nos conocemos, lo que genera muchos problemas». Ella orienta, alienta y ayuda a establecer relaciones entre estos jóvenes y los educadores de calle, la Oficina de Empleo, el instituto… También escucha sus ambiciones y esperanzas.

«De hecho, queremos una vida normal, un trabajo, una familia, una vivienda».

Su acto audaz es proponer una reunión. «¡¿Qué !?». Al principio eran solo dos personas. Ahora, cuando llega al barrio a veces son cerca de doce los que dejan lo que están haciendo para venir a su encuentro: «¡Ah!, ¡hoy hay reunión!». Juntos preparan la Universidad Popular Cuarto Mundo y contribuyen de este modo al diálogo con los poderes públicos.

  • «Cuando estamos en un itinerario especial de educación nos tratan como personas sin futuro».
  • «Estoy harto de que tomen decisiones en mi lugar».
  • «A veces nos vuelven a mandar a hacer trámites por internet, pero si he venido hasta aquí, es para hablar directamente con alguien».

Para Juliette cada una de estas palabras son como golpes.

«Es impresionante lo que aprendo de estos jóvenes», dice. «¡Y pensar que el mundo se priva de toda esta inteligencia!».

Estos encuentros exigen tenacidad y saber hacer, conocer bien las relaciones de solidaridad.

«He seguido a Kevin de la calle a la cárcel, de la cárcel a la calle. Uno de sus amigos me avisó… Yo era la única persona que iba a visitarle. He ido anotando sus sucesivos números de teléfono. Ya llevo trece».

Cuando preguntamos a Juliette de dónde saca tanta audacia, ella responde: «Se trata de una audacia colectiva, porque estamos juntos, ¡porque juntos lo queremos!».

Este verano los diferentes equipos de ATD Cuarto Mundo tienen previstas numerosas acciones. 25 Festivales del Saber y las Artes en los barrios. 4 Campos de Trabajo con jóvenes, un encuentro que reunirá durante una semana, en el centro de Francia, a 300 jóvenes de diferentes ámbitos de la sociedad… Como lo expresan los jóvenes reunidos en República Centroafricana:

«Son esas nuevas cosas que aprendemos con las demás personas, lo que nos permite avanzar. Si en todas partes los jóvenes pudieran encontrarse, surgirían nuevos proyectos y en cada persona habría esperanza».

Gracias por apoyar la realización de estos proyectos.
Les mantendremos informados.

  1. Texto inscrito en la Placa Conmemorativa en honor a las víctimas de la extrema pobreza en París, inaugurada el 17 de octubre de 1987