La esperanza de construir una sociedad más empática y solidaria

Martha Calizaya Mamani forma parte del equipo permanente de ATD Cuarto Mundo en Bolivia. Es responsable de la coordinación de todas las actividades con niños y niñas en la Casa Cuarto Mundo, en El Alto. Vive en el mismo barrio, lo que le permite compartir con las familias más necesitadas el cotidiano característico de la cultura andina

En el siguiente artículo, tomado de una entrevista con Martha, ella nos cuenta como vive su compromiso para una mejor educación, inclusiva y de calidad.

Mi compromiso es estar con el prójimo

Conocí el Movimiento ATD Cuarto Mundo hace 26 años atrás cuando llegué a la parroquia San Francisco de Asís, aquí en Senkata, comencé a realizar algunas actividades como el 17 de octubre. Después de 2 años llegó Alain Genin, voluntario permanente y sacerdote, como responsable de ATD Cuarto Mundo y se dedicó a buscar terreno para tener un lugar y acoger a las familias aquí en Urkupiña.

Me gustó mucho cuando Alain dijo: “Le voy a poner la Casa de la Amistad, porque encontré mucha gente en extrema pobreza, hay familias abandonadas que no encuentran un espacio para reunirse, aquí se van a reunir y tienen que llegar a ser amigos, apoyarse entre ellos, que nadie se sienta rechazado y que todos puedan ser acogidos en esta casa”.

Por cuestiones de trabajo no estuve muy presente, pero me volví a reintegrar a las actividades después de la muerte de mi hija. Yo estaba muy deprimida y me mandaron hacer terapia ocupacional, pero no podía avanzar en esa terapia, entonces comencé con el voluntariado que me gusta mucho, en la sala de lectura de la Casa de la Amistad. Desde ahí ha ido creciendo mi compromiso poco a poco.

Mi sensibilidad son siempre los niños

El hecho de haber perdido a mi hija cuando tenía dos años, me hace sentir que mi sensibilidad son siempre los niños, ellos son los más vulnerables y conocer la realidad en la que viven me conmueve bastante.

Desde que comencé con la sala de lectura, hasta ahora encontré niños que tenían muchas dificultades de vida, necesidades, niños que llegaban sin haber comido todo el día. Entonces siempre son los niños que me inspiran para comprometerme más.

Martha en la Casa de la Amistad, durante el acompañamiento escolar

Acompañamiento escolar, una respuesta ante la pandemia

A raíz de la pandemia nació el acompañamiento escolar en Bolivia para niñas y niños que no tenían la oportunidad de seguir las clases virtuales y dejaron de estudiar. Cuando se volvió a la normalidad escolar, estos niños tenían dificultades porque habían cortado con su proceso escolar. Entonces yo sentía que iniciamos para acompañarlos y que puedan volver normalmente al colegio.

Pero no fue tan sencillo, son niños y niñas con dificultades de aprendizajes, a menudo les dicen que no saben, entonces no solo es un apoyo escolar sino también crecimiento personal y emocional de cada niña y cada niño.

No estamos solo aquí para apoyar su escolaridad, sino crear confianza, amistad, disciplina, aumentar su autoestima y sobretodo darles amor y comprensión.

Son casi dos años que hacemos el apoyo, se nota la confianza que tienen los niños al abrazarte, sonreírte o contarte las cosas que les están pasando. Creo que estamos actuando de buena manera. Necesitan de nuestro acompañamiento y al conocer su realidad, me comprometo más para que estos niños puedan salir adelante, y sentirse útiles, valorados y queridos.

Necesitamos una educación inclusiva y de calidad

Normalmente en la escuela hay una forma de enseñanza estructurada, los profesores clasifican a los niños entre los que saben o no saben. ATD Cuarto Mundo nos da la oportunidad de poder trabajar de otra manera. Tratamos de utilizar otras metodologías para que los niños y niñas mejoren su etapa escolar. También el hecho de tratarles con mucho amor, darles valor, escucharlos, todo eso hace que se sientan mejor.

Actualmente el sistema educativo no ayuda, a pesar de que las leyes dicen que es una educación inclusiva o de calidad, nosotras descubrimos que los niños que tienen más dificultades o necesidades económicas siempre son tachados de otra manera, son relegados.

Nos falta seguir trabajando para estos niños que tienen tantas dificultades. Yo creo que todavía no estamos listos, por lo menos en este sector, pero tenemos que seguir trabajando en esto.

Sueño con la construcción de una sociedad más empática y solidaria

Sueño con que estas niñas, estos niños tomen la palabra y puedan reclamar por una educación de calidad, que aprendan a dar sus opiniones personales, y no callarse nunca. Sueño con que tengan esa responsabilidad, que sean honestos, que aprendan a ser empáticos con las personas que encuentran. También enseñarles la resiliencia.

Sueño con poder construir otra sociedad. Las niñas y niños llegan con inocencia, tienen el alma pura, son la esperanza de la sociedad, de la humanidad. Son la esperanza de construir una sociedad más empática y solidaria, que se preocupe por el otro y que no deje a nadie atrás.

Por último, también sueño con que cada familia que llegue aquí a la Casa de La Amistad, pueda encontrar un espacio que no en todos lados lo encuentran, sentirse valorados y escuchados, sueño que esto que hacemos justamente con los voluntarios y voluntarias, tenga sus frutos más adelante.

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Fotos: © ATD Cuarto Mundo Bolivia