Encuentro con el embajador de Francia ante las Naciones Unidas

El 13 de octubre de 2017, el embajador Delattre, que actualmente preside el Consejo de Seguridad de la ONU, recibió a la delegación internacional de ATD Cuarto Mundo que se había desplazado a Nueva York para la conmemoración del Día Internacional para la Erradicación de Pobreza. Una delegación formada por nueve personas, entre ellas, varias con experiencia de vivir en situación de extrema pobreza.

Los miembros de la delegación explicaron todas las violencias que engendra la miseria. La retirada de las niñas y niños y su internamiento en instituciones, incluso la adopción, la estigmatización orquestada por los poderes públicos, la privación de bienes materiales que impide garantizar un futuro a los propios hijos e hijas, la violencia institucional, como la ejercida por la escuela que ‘produce’ niños y niñas que no saben leer ni escribir y que muy probablemente caerán en la violencia y serán ellos mismos víctimas de violencias. El despilfarro de las inteligencias también es una violencia. Los programas sociales, la ayuda internacional que no llega a los lugares de miseria, esto es también una gran violencia. Demasiado a menudo, se juzga a las personas en situación de pobreza y se las trata como incapaces, hasta que ellas mismas acaban por creer que realmente lo son. La deshumanización y la internalización de la deshumanización son la máxima expresión de la violencia.

En todas estas circunstancias, se reduce al silencio a las personas que viven en la pobreza. Añadiendo así más violencia.

Sin embargo, las personas que viven en situación de pobreza no buscan la violencia, sino caminos de la paz. Martine Le Corre, de la Delegación General de ATD Cuarto Mundo, ha sido testigo de esta realidad. «El Movimiento ATD Cuarto Mundo es un camino hacia la paz. El padre Joseph Wresinski siempre reunió a las personas, sin importar quienes fueran.»

Mahamadou Koné contó que, en Burkina Faso las voluntarias y voluntarios ayudaron a que un niño que había abandonado su pueblo y había vivido en la calle, pudiera establecer de nuevo contacto a su familia. El niño había abandonado el pueblo porque sentía que era una boca más que alimentar. Sin embargo, al retomar confianza en sí mismo y formarse para ejercer un oficio, pudo recuperar la confianza y dignidad necesarias para volver con su familia y toda la comunidad se alegró por ello. Este gesto contribuyó a construir la paz, no solo en su familia sino en la comunidad.

Angélique Jeanne, al hacer todo lo posible para que sus hijas e hijos pudieran conservar los vínculos entre ellos a pesar de que se los hubieran retirado, realizó un acto de paz.

Seamus Neville apoya a las demás familias de su entorno cuando tienen que acudir al tribunal y corren riesgo de retirada de los niños. Resiste a la estigmatización, entre otras cosas, mediante la participación al proyecto The roles We Play [El papel que desempeñamos] de ATD Cuarto Mundo.  Construye la paz capacitando a profesionales del trabajo social, para que entiendan mejor la realidad de la miseria y sean mejores profesionales en sus actuaciones, pero también para que sean mejores seres humanos. Cuando está ante profesionales del trabajo social, está ante las mismas personas que le infligieron el peor sufrimiento que existe. Sin embargo, hoy ha superado la ira y el odio.

  • El Sr. Delattre se mostró conmovido por todas estas reflexiones y manifestó hasta qué punto contribuían a la paz duradera (sustaining peace), que no es la ausencia de conflicto armado, sino la ausencia de violencia. Para él fue un auténtico descubrimiento. Preguntó a Seamus Neville si había perdonado. Este le respondió claramente que «sí». Añadió que el odio impide avanzar y que, sin embargo, debemos seguir avanzando.

El encuentro concluyó con la firma del Compromiso de Acción Pobreza Nunca Más por parte del embajador de Francia ante las Naciones Unidas. Un encuentro de una calidad humana excepcional.