Diálogos en la Cour: ¡Cuidado con los videoclubs! | Burkina Faso

«Esta mañana hemos actuado realmente en favor de la dignidad: ¡personas en situación muy grave de pobreza han demostrado su riqueza de ideas!. Dar la palabra a quienes se ven afectados por una situación es el mejor modo de abordar un problema». El Sr. Guiebre, jefe del servicio de la Acción Educativa en Medio Abierto del Ministerio de la Mujer, de la Solidaridad Nacional y de la Familia, formaba parte de los invitados de ATD Cuarto Mundo Burkina Faso en una reunión excepcional, «Diálogos en la Cour» [Patio de los Cien Oficios, sede de ATD Cuarto Mundo Burkina Faso], con hombres y mujeres que viven en situación de extrema pobreza.

Esta reunión, organizada por ATD Cuarto Mundo Uagadugú, sobre el tema: «Videoclubs; ¿suerte o peligro para los niños?». Alí fue el primero en tomar la palabra: «Mi madre me llevaba al videoclub cuando era pequeño. Me acostumbré a ir. Después, cuando crecí, en ocasiones volvía muy tarde del videoclub y me encontraba la puerta de nuestro patio cerrada; volvía al videoclub a dormir. Me acostumbré a dormir fuera, y después ni tan siquiera regresaba a casa. Hasta ahora, soy lo que llaman un niño de la calle. Si lo analizo, en cierta medida es por el videoclub que estoy en la calle».

Los participantes se han preparado para reflexionar sobre esta cuestión, solos o en grupos, durante las últimas semanas. A partir de sus intervenciones se ponen de manifiesto los diferentes peligros que acechan a las niñas y niños respecto a los videoclubs, comenzando por las tensiones familiares: «Si lo consideramos bien, los niños que están demasiado acostumbrados a ir a los videoclubs dejan de escuchar a sus padres. Esto crea un conflicto generacional porque el niño puede decir que ya sabe sobre algunas cosas que sus padres en ocasiones no conocen».

«En ocasiones voy a trabajar, mi mujer también, dejo dinero encima de la mesa para la comida del niño. pero con ese dinero el niño va al videoclub, entonces, es un verdadero problema».

«No es bueno ver películas, ¡te incita a robar! Si no tienes dinero, vas a robar para poder ir, estés en situación de calle o vivas con tu familia», observa un niño que vive en situación de calle.

¡Lo sorprendente de esta reunión, es que podemos escuchar a quienes nunca se da la oportunidad de tomar la palabra, de quienes pensamos, con frecuencia, que no tienen nada que aportar a la sociedad! Y aquí están, esta mañana, apropiándose de esta cuestión para abrir el debate en la sociedad burkinesa, sabiendo muy bien de lo que hablan. Hacen referencia a los miedos ante los peligros de los videoclubs que exponen a los niños a imágenes violentas, a la pornografía. El debate se desplaza hacia cuestiones educativas y se habla también de los teléfonos móviles que sustituyen a los videoclubs. ¿Cómo educar a los niños en este mundo en rápida transformación?

Aboubacar vuelve a aportar algo de positividad a la reunión recordando que también hay buenas cosas en los videoclubs. «Podemos ver la Liga de Campeones, los partidos de fútbol». Y el Sr. Jean añade, recordando su infancia: «Algo que me ayudó mucho en mi educación, era que todos los martes por la tarde escuchábamos cuentos por la radio. Puede también haber programas educativos que ayuden a los niños a forjarse valores». Nos dejamos llevar y soñamos que los videoclubs proyectan películas educativas para los niños…

En el país del Fespaco —Festival Panafricano del Cine y de Televisión de Uagadugú, y uno de los más grandes festivales del cine africano—, podemos también deplorar el hecho de que las películas galardonadas en este festival, orgullo de Uagadugú, prácticamente nunca estén presentes en la programación de los videoclubs.

Los participantes no se contentaron únicamente con enunciar problemas, también propusieron soluciones, como Clarisse cuyos padres son ciegos: «El mundo evoluciona, y en esta evolución, hay cosas buenas y malas. Es necesario que enseñemos a nuestros niños a discernir entre lo bueno y lo malo. Cuando yo tenía diez años, me aburría en casa porque tenía problemas. Entonces iba al videoclub para ver una película y cambiar de ideas y poder dormir. Pero gracias a la educación que mis padres me han dado, nunca tuve un mal comportamiento. La modernidad está aquí, no vamos a poder cambiar este hecho, pero tenemos que hacer lo máximo posible para que nuestros hijos estén bien educados». Rachida continúa:

  • «Depende de la relación entre padres e hijos; si el padre o la madre tienen una buena relación, su hijo no va a ir al videoclub. A mis hijos, les he empujado a que hagan sus tareas escolares, y aun cuando yo no sé leer, pido a alguien que sabe hacerlo que verifique el trabajo».

Todas las personas participantes han conocido en mayor o en menor medida la miseria y hablan pensando en quienes sufren las mayores dificultades y recuerdan que antes, en Burkina Faso, la educación de las niñas y niños era una responsabilidad de todos. El Estado también tiene su parte de responsabilidad: «Las autoridades tienen también que ayudarnos. Los videoclubs cuentan con la autorización legal para implantarse, pero se puede establecer límites. Se deberían poder establecer una serie de prohibiciones a los videoclubs. ¡Por ejemplo prohibir la entrada a menores de diez años!. Las imágenes de las películas entran en sus cabezas y terminan pensando únicamente en eso».
Issouf, 12 años: «Durante el período escolar deberían cerrar los videoclubs. Es mejor que abran durante las vacaciones».

Otro invitado, el Sr. Dominique Samba, fundador de la asociación Woubri en Tanghin, especialista en resolución de conflictos entre padres, madres y adolescentes, intervino en el mismo sentido. «Nosotros, como educadores, ¡no nos engañemos! Los videoclubs representan un peligro que ponemos a disposición de nuestros hijos. Las pantallas provocan adicción, así como las imágenes violentas. ¡Sería necesario formar a los dueños de los videoclubs para que actuaran de manera responsable!». Además de la gran satisfacción por haber podido escuchar y encontrar a personas que viven en situación de extrema pobreza, el Sr. Abdou Guiebre, del Ministerio de la Mujer, de la Solidaridad Nacional y de la Familia, ha recordado el compromiso del presidente Roch para reducir a la mitad el número de niñas y niños que viven en situación de calle antes del fin de su mandato. Las asociaciones que, como ATD Cuarto Mundo, trabajan para que las niñas y niños puedan superar esta situación de calle saben que se trata de un gran desafío. Si los videoclubs contribuyen a esta situación de calle, ha llegado la hora de abrir a gran escala el debate sobre su libre funcionamiento. Habida cuenta de la transformación del mundo y de que actualmente todos los menores tienen a su disposición todo tipo de dispositivos, es esencial, como así nos invita Ahmed, que podamos construir «un auténtico calor familiar, para que las niñas y niños no encuentren mayor satisfacción en otra parte».

A partir de un artículo de prensa publicado en un periódico local de Burkina Faso

Fotos © ATD Quart Monde Burkina Faso