Qué todo el mundo pueda conocer ATD Cuarto Mundo

Stacy White es militante Cuarto Mundo en la ciudad de Nueva York. Tiene 51 años, vive en el barrio del Bronx, en Nueva York, y tiene seis hijos, nueve nietos y un bisnieto. Su vida gira en torno a su familia. Ha puesto en marcha, junto a sus hijas, un negocio de venta de joyas. Cuando este salga adelante, quiere donar los beneficios a ATD Cuarto Mundo para ayudar a las personas en situación de pobreza.

En esta entrevista descubrimos el compromiso de Stacy, sus raíces y su vitalidad actual.


¿Cómo conociste ATD Cuarto Mundo?

Conocí ATD Cuarto Mundo a través de Emma Speaks, militante Cuarto Mundo desde hace tiempo. Vamos a la misma iglesia. Me invitó muchas veces a ir con ella a ATD. Sonaba maravilloso. En ese momento era introvertida, no tenía muchas expectativas de futuro. No soy alguien a quien le gusten las multitudes o conocer gente nueva. El cambio no es lo mío. Pero me encantaba lo que escuchaba. Tras un año y medio, finalmente acepté la invitación y fui con ella. Y cuando conocí a todo el mundo me quedé como «¡Guau!».

¿Qué actividades realizas con ATD Cuarto Mundo?

Los viernes hago voluntariado en el Jardin de Historias de Brownsville. También formo parte del equipo de animación de la Universidad Popular Cuarto Mundo. Ahora acabo de terminar mi colaboración con el Grupo de Discernimiento [para nombrar a la siguiente Delegación General]. He estado implicada en la formación de Cruce de Saberes y la empresa solidaria que estamos desarrollando en Brownsville. Formé parte del grupo de apoyo sobre el aprendizaje a distancia para debatir sobre las ventajas e inconvenientes de este cuando los niños aprendían en remoto debido a la pandemia. También estuve en el Festival del Saber. Fue increíble.

Intervine en dos ocasiones en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) . La primera, el 17 de octubre, en el Día Mundial para la Erradicación de la Extrema Pobreza, hablé sobre mi experiencia personal en relación a la pobreza, del lugar dónde crecí, mis vivencias en el centro de acogida, lo que aprendí de ATD y las acciones que estoy haciendo ahora. La segunda vez en la ONU hablé sobre cómo conseguí salir del centro de acogida y lo que hice después por mis propios medios. También participé en la plenaria de una conferencia del Centro de prioridades presupuestarias y políticas de la Asistencia Temporal para Familias Necesitadas (TANF, por sus siglas en inglés) en Washington DC.

¿Por qué decidiste participar (y sigues participando) en ATD Cuarto Mundo?

Empecé a involucrarme solo porque me preguntaron si me gustaría hacerlo. Porque gente muy simpática me lo pidió, a pesar de no conocerme demasiado; así que acepté sin más. A medida que me pedían colaborar con ciertas cosas, empecé a hacerlo porque veía que realmente ayudaba a otras personas. Además, también me beneficiaba a mí, por todo lo que aprendía.

Sigo haciéndolo porque quiero que otras personas puedan beneficiarse de lo que a mí me ha aportado. Es algo que te empodera para afrontar el mundo.

Me tendieron la mano y pensé: «Vaya, se preocupan de verdad». Están dispuestos a apoyarte, te dan recursos que necesitas, están disponibles para hablar contigo… Te tienden la mano. No te dicen cualquier cosa y ahí se queda. ATD realmente te tiende la mano.

Quiero que otras personas tengan la oportunidad de disfrutar de lo que hicieron por mí. Tener su propia voz, saber que tienen derechos. Ahora sé lo que es justo y lo que es injusto para mí. Eso es lo que quiero que otra gente sepa.

ATD Cuarto Mundo es el viento en mis alas, estoy volando. La gente me dice «Pero Stacy, tu siempre has sido fuerte». La mayoría de las veces lo era porque tenía que serlo.

No estaba siendo realmente yo misma, estaba fingiendo. Era una máscara. Desde que estoy con ATD, la máscara ha caído. Me he abierto con mucha sinceridad, y me siento más fuerte, con todo lo que está pasando en la comunidad. Quiero que otra gente pueda sentirse de la misma manera, con mi propia voz

¿Qué más ha sido transformador? ¿Tú y tu vida habéis cambiando en algún otro sentido?

ATD Cuarto Mundo me da ganas de hacer más . Me siento más motivada para ayudar a gente en situación de pobreza y a la comunidad.

¿Cuáles son, o han sido, tus proyectos favoritos en los que has trabajado?

Mi favorito, a pesar del miedo que me daba, fue cuando hablé en la ONU el 17 de octubre. Porque para mí fue todo un desafío. Si puedo ir allí y hablar frente a un montón de gente que no conozco y que no me conoce, que va a escucharme, definitivamente sería un reto para mí. Me dije a mí misma: «Voy a ir allí a contar mi historia y alguien me va a escuchar».

Estaba decidida, por muy nerviosa que pudiera estar, estaba decidida a ir. Era un reto muy grande y quería que la gente me escuchara. Quería que supiesen y vieran que, por muy arreglada que fuese aquel día, esa era la imagen de la pobreza.

La gente que no me escuchó hablar pensó que yo era parte de la audiencia de la ONU. Es una percepción de lo que parece la pobreza. Alguien me dijo: «pareces adinerada». El vestido y los zapatos eran de la iglesia. Quizás estaba radiante.

¿Cómo compartes tu trabajo en ATD Cuarto Mundo con otra gente?

Todo lo que hago con ATD lo adopto fuera, le cuento a la gente lo que hago y la invito a unirse: a la familia, a la gente en el tren, en la iglesia, dejo panfletos en las tiendas…

¿Qué esperas hacer próximamente con ATD Cuarto Mundo?

Quiero ATD Cuarto Mundo ahí fuera para que todo el mundo pueda verlo. En el autobús, en las vallas publicitarias, en los colegios, en la Asociación de Madres y Padres de Alumnos , en el médico, en los servicios de custodia y acogida. En todas partes. Quiero un anuncio publicitario de ATD. Tiene que estar presente.

Espero dar a conocer ATD al mundo. Las familias en situación de pobreza no conocen ATD ni lo que hacemos.

  • Tenemos que salir y contarles quiénes somos, qué hacemos, que mas gente se involucre y sacar a la gente de su situación de pobreza. Hacerles saber que estamos aquí, que pueden venir, hablar, que es un espacio seguro donde la gente puede venir y hablar con nosotros, contarnos qué necesitan, contarnos por lo que están pasando.

La mayoría de las veces no necesitas nada. Solo vienes a hablar.
La Universidad Popular me ha ayudado mucho. Tenemos cosas en nuestro interior que, cuando hablamos de ellas, nos quitamos una capa, como las cebollas, y es una sensación genial, podemos soltarlo, dejarlo ir. Mucha gente quiere que las cosas pasen rápido. Pero no es así como sucede. Podemos ayudarte a lo largo del camino. Estoy lista para hacerlo.