Los campos de trabajo solidarios en el Centro internacional de ATD Cuarto Mundo: un aprendizaje social y humano

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Los campos de trabajo de ATD Cuarto Mundo: un modelo de compromiso en integración desde la creación del Movimiento ATD Cuarto Mundo
Los campos de trabajo solidarios son parte de la historia de la construcción de ATD Cuarto Mundo desde su nacimiento en el centro de acogida de urgencias de Noisy-le-Grand. En ese campamento, bajo el impulso de Joseph Wresinski y sus primeros voluntarios, las familias se unieron para construir una capilla, luego una lavandería, un jardín de niños, una biblioteca, un club femenino, etc.
La creación del Centro Internacional en Pierrelaye y después en Méry-sur-Oise en los años 70 lanzó una fase de grandes proyectos de construcción y renovación. En esa época, el cumplimiento de las normas de construcción necesitaba de un fuerte compromiso colectivo. El Centro Internacional recibía, durante todo el año, jóvenes que venían a formarse como voluntarios permanentes y también, cada verano, cerca de sesenta voluntarios temporales, todos juntos aportaban una gran fuerza laboral bajo el liderazgo de Bernard Jahrling1
Figura emblemática de estos campos de estos campos trabajo y originario del campamento de Noisy-le-Grand, Bernard Jahrling dejó su huella sobre varias generaciones de voluntarios con la transmisión de sus conocimientos. Más allá del aspecto técnico, los campos de trabajo solidarios que él dirigía tenían una vocación más profunda: estaban concebidos como herramientas de formación y de integración, permitiendo a cada quien aprender el trabajo en equipo, a ayudar a otros y a crear lazos sólidos. Una visión que hace eco con la de Joseph Wresinski para quien “el trabajo manual te hace humilde, dependiente, solidario con los otros. Es una escuela de vida conjunta.”2.


Una evolución hacia una dinámica de campos de trabajo de descubrimiento
Estos campos de trabajo siempre han sido, y aún lo son, un elemento clave de los métodos de formación y de acción de ATD Cuarto Mundo. Si bien su formato ha evolucionado con el paso de los años, aún constituyen un componente esencial de la vida del Centro Internacional, bajo diferentes aspectos. Los voluntarios permanentes se reúnen mensualmente para un tiempo de trabajo comunitario que permite realizar el mantenimiento de sus lugares de alojamiento y trabajo. La dinámica de los campos de trabajo de descubrimiento nació para permitir a personas descubrir el Movimiento ATD Cuarto Mundo desde el interior.
Actualmente, el Centro Internacional recibe, a lo largo de todo el año, voluntarios temporales por unos días o varias semanas en Méry-sur-Oise con el fin de participar en la realización de diferentes trabajos manuales de mantenimiento y de reparación. Aquí, se pueden formar y aprender de la mano de un equipo dedicado al mantenimiento y a la renovación de locales y espacios del Centro Internacional. El trabajo en equipo facilita la transmisión de los conocimientos y técnicas, mientras que los diferentes encuentros e intercambios alrededor de la historia del lugar y de la asociación enriquecen la comprensión de ATD Cuarto Mundo y del Centro Internacional.
Participar en un campo de trabajo solidario en el Centro Internacional, es también formar parte de una historia y contribuir a la preservación de una herencia fundada en la solidaridad y la dignidad para todos. Trabajando juntos, los voluntarios perpetúan una tradición de transmisión de experiencias. Este compromiso colectivo permite la creación de vínculos intergeneracionales y de preservar, aún hoy, los valores y también los lugares que portaron los primeros voluntarios permanentes, aliados y militantes de ATD Cuarto Mundo.


Un proyecto de sociedad encarnado en el trabajo manual colectivo: aprender a vivir y a hacer juntos
Los campos de trabajo son espacios de encuentro donde se cruzan personas con historias de vida muy diferentes. Constituyen un marco facilitador de intercambios en igualdad, todas y todos con las manos en la tierra o el lodo. Trabajando junto a personas de diferentes horizontes, los participantes viven una experiencia a la vez formadora y profundamente humana. Las actividades realizadas se convierten en espacios de fraternidad, donde se aprende a sostenerse y a construir(se) juntos.
El trabajo solidario colectivos es también una invitación a salir de su zona de confort. Comprometiéndose con actividades a veces nuevas o poco habituales, los participantes desarrollan competencias que tal vez no pensaban poder desarrollar. Pueden también revelar conocimientos desconocidos o poco valorados por la sociedad. Esta experiencia facilita la toma de iniciativa y la confianza en si mismo. Teniendo la valentía, cada quien puede descubrir que es capaz de aportar mucho más de lo que pensaba y de aportar una piedra al edificio, en sentido tanto literal como figurado. “Lo más importante es hacerlo juntos. Eso mejora la autoestima, esa que viene del trabajo en equipo” subraya Justin, voluntario permanente, miembro del equipo Renovación y embellecimiento.
En los campos de trabajos de ATD Cuarto Mundo se busca “tener una forma de hacer diferente a la de la sociedad donde las personas no son reconocidas por lo que son sino despreciadas” concluye Dominique, voluntaria permanente igualmente miembro del equipo de Renovación y embellecimiento. Los campos de trabajo son entonces una invitación a vivir una experiencia humana fuerte y a aprender de los otros y de uno mismo. Nos recuerdan que cada uno y cada una, sin importar su recorrido, tienen algo para transmitir, enseñar y construir junto a los otros.

- Bernard llegó al campamento de Noisy-le-Grand con su familia a los 14 años. Él conoció al padre Joseph Wresinski, fundador de ATD Cuarto Mundo y se comprometió a su lado como militante del movimiento. Tallador de piedras, es también autor de la autobiografía “Pierre d’homme”, disponible en las ediciones Cuarto Mundo
- Ligne de pensée et d’actions – Rebâtir un enseignement, Mars 1995