Estas voluntarias que nos inspiran


Recordamos a Joseph Wresinski, una figura prominente de ATD Cuarto Mundo. Pero el Movimiento no habría echado raíces sin las mujeres que se han unido a su visión de un mundo sin pobreza.

Estas mujeres se han convertido en voluntarias, eligiendo vivir en solidaridad con las personas en situación de pobreza, y han respondido «presente» a las diversas misiones que se les han confiado, a menudo lejos de sus lugares de origen. Se han comprometido a hacer reconocer los derechos y el saber de las personas en situación de pobreza, de las mujeres, de las madres y las niñas a quienes no se les reconoce la dignidad.

Inspiraron el despegue de un Movimiento y nos siguen inspirando. Se las presentamos tal como las conocimos, para que su legado permanezca y siga alimentando nuestros propios compromisos y nuestra esperanza de un mundo en el que nadie quede excluido por la pobreza.

Conoce a Gabrielle, Mary, Sulma y Huguette.

Gabrielle Erpicum

Por Thomas, voluntario en Francia

La primera misión encomendada a Thomas cuando se unió a ATD Cuarto Mundo fue ayudar a Gabrielle Erpicum a resumir en un libro, 60 años de experiencia dentro del Movimiento. Estaba un poco estresado la primera vez que la conoció en Baillet en marzo del 2020: después de todo, estaba a punto de conocer a una figura del Movimiento, la que había sido la mano derecha del Padre Joseph Wresinski y luego secretaria general, la que había acogido a varias generaciones de voluntarios y voluntarias dentro de ATD Cuarto Mundo

«Fue una oportunidad increíble para mí comenzar mi voluntariado de esta manera, siendo acogido en el Movimiento por Gabrielle».

Nos cuenta cuánto le marcó su acogida porque desde el principio lo recibió como alguien que tenía algo que aportar. Ella lo escuchaba, tomaba en cuenta sus ideas. Podían tener desacuerdos y no dudaban refutarse entre sí, lo que realmente les permitió a cada uno replantearse su forma de ver las cosas. Y de este encuentro nació una verdadera amistad, a pesar de la diferencia de edad de cincuenta años.

Durante varios meses, en pleno covid, se reunieron en su casa para pensar juntos en cómo transmitir el mensaje del Movimiento a través de los escritos de Gabrielle de forma que llegara a los jóvenes. Este libro, publicado en 2021, no era, según Gabrielle, el libro de ella, sino el libro de «ellos»: ella, Thomas y Ugo, otro voluntario que los acompañó en su recorrido.

«Se siente un verdadero aliento en su escritura, proporciona un impulso, haciendo que la gente se suba a bordo. […] Con más de 80 años, sigue creyendo completamente en ello».

Lo primero que le viene a la mente al pensar en cómo ella lo inspira hoy en su compromiso es el espacio que le deja al otro. Su postura hacia los demás y la preocupación por escuchar lo que cada uno trae. Sin saber si logra hacerlo tan bien como ella, esto lo inspira para acoger a los demás de manera similar y asegurarse de que cada uno pueda encontrar y ocupar su lugar.

Thomas también insiste en esa convicción que ella lleva arraigada en su ser de que se pueden hacer evolucionar las cosas. «La esperanza es una disciplina, hay que creer en ella, es algo que se trabaja. Y Gabrielle es realmente de las que no se rinden: podemos y lo conseguiremos. Tiene un carisma increíble.», resume Thomas.

Y añade: «Cuando tienes momentos de duda, lo mejor que puedes hacer es pasar tiempo con Gabrielle: ella te da nuevos ánimos en un tiempo récord y allí vas de nuevo».

Mary Rabagliati

Por Charlotte en un programa de inmersión con ATD Cuarto Mundo en Bélgica

Mi primer encuentro con Mary fue en una sesión de jóvenes recién llegados a ATD Cuarto Mundo en noviembre del año pasado en Frimhurst . Durante esa semana, tuvimos la oportunidad de ir a la Casa Cuarto Mundo de Londres en Addington Square. Allí conocimos a Diana, que está escribiendo un libro sobre Mary, y que estaba encantada de compartir con nosotros la historia de esta voluntaria. Gracias a los escritos de Mary, así como los relatos de Diana que la conocía, y con los Draw My Life – ATD Fourth World (en inglés) en Youtube, pudimos sumergirnos en su compromiso y su larga historia con ATD Cuarto Mundo.

Una de las primeras cosas que me vino a la mente cuando empecé a escuchar a Diana hablando de Mary fue que la narrativa de la creación de ATD se basaba en gran medida sobre Joseph Wresinski, y poco sobre las otras personas que lo rodeaban. De alguna manera, conocer a Mary me brindó un enfoque completamente diferente del Movimiento y de las reflexiones que habían llevado a su creación. Me parecía una locura el no haber oído hablar de Mary, a pesar de su participación en ATD Cuarto Mundo.

Es una primera forma de inspiración: ver cómo una mujer en los años cincuenta, que no fueron años estupendos para las mujeres, dejó de lado todas las tradiciones para irse a un país donde no hablaba el idioma y vivir a en Noisy-le-Grand. Sus inicios en ATD Cuarto Mundo por sí solos son más que inspiradores, porque ha demostrado a través de su fuerza de carácter la posibilidad de romper las tradiciones para luchar por una sociedad más inclusiva, respetuosa de los derechos humanos y de la dignidad de cada persona.

La historia de Mary me inspiró mucho con los vínculos que pudo hacer entre las diferentes luchas, en particular mediante su participación en la lucha por los derechos civiles en los Estados Unidos. Creo que para nuestro compromiso contra la pobreza es esencial entender las diferentes formas que ésta puede adoptar y qué otras formas de discriminación/desigualdad vienen a causar/reforzar la miseria. De nuevo, me sorprendió enormemente su historia en Estados Unidos, por ejemplo el hecho de que aprovechaba su tiempo libre para ir a Alabama a espiar hospitales. Su historia demuestra un compromiso personal que va más allá de un marco profesional, como el que podemos encontrar hoy en día, y una lucha que nunca se detiene. Considero que estos elementos son esenciales para reflexionar sobre las formas que pueden tomar nuestros compromisos, y cómo un compromiso con una lucha puede crear uno con otra lucha, vinculada por el objetivo de cuestionar y combatir un modelo opresivo de sociedad.

Finalmente, en la historia de Mary, me inspiró mucho su lucha por los derechos de las mujeres en situación de pobreza. Fue inmenso su compromiso con las Conferencias Mundiales de la Mujer y su impacto en la obtención de derechos (derecho al aborto, a la pastilla anticonceptiva, a la planificación de la familia, prohibición de la esterilización/aborto forzado). Al llegar a ATD Cuarto Mundo no tenía ninguna conciencia del compromiso del Movimiento con las luchas feministas, y creo que descubrir estos elementos impulsa aún más a los jóvenes, especialmente a los que son afectados por estas cuestiones, a involucrarse.

Mary ha logrado establecer conexiones entre diferentes luchas y, a través de sus reflexiones, siempre ha impulsado la participación directa de las personas para expresar sus necesidades y reivindicaciones. Es inspiradora para mi compromiso con la lucha contra la pobreza. Esta última puede adoptar diferentes formas y cruzarse con otras discriminaciones, exclusiones, opresiones. Esta lucha puede nutrirse y evolucionar junto y en conexión con otras luchas y otros movimientos, y puede desarrollar un compromiso personal que cambia y evoluciona con el tiempo sin perder por ello sus principios básicos.

Sulma Flores

Por Sylvia, activista en Guatemala

Me incorporé más en Cuarto Mundo con Sulma. Me hice animadora de nuestro grupo de jóvenes porque era el más grande. Significaba preparar con ella, el horario, la organización, y el material. Estaba en todas las reuniones.

Al mismo tiempo, Sulma me decía que me enfocara en mis estudios porque era capaz de eso y de mucho más. Me cuidó durante los cinco años que pasó en Escuintla, y siguió haciéndolo cuando se mudó y cambió de misión. Me siguió en mis proyectos y mis estudios.

Cuando le dije que iba a recibir mi diploma, ella estaba triste de no poder estar físicamente en la ceremonia, pero muy alegre para este logro. El día que he recibido mi título de la Universidad San Carlos de Guatemala,  mi madre tenía a Sulma en una video-llamada, asistiendo como una miembro de mi familia. No sabía que estaba con nosotras en la llamada, era una sorpresa y me puse a llorar.

Sulma con su entrega me ha inspirado a comprender a los jóvenes porque son el futuro del mañana. Ahora soy Profesora de enseñanza media, y pronto seré Licenciada en Administración Educativa. He avanzado a pesar de mi timidez de adolescente, mi nerviosidad de hablar frente a otros y todo eso fue gracias a Sulma que me sigue inspirando y acompañando en la vida.

Huguette Redegeld

Por Julie, voluntaria en Bélgica

Son alrededor de las 14 horas cuando llego a Méry-sur-Oise. Es la primera vez y estoy impresionada. El tren venía rápido de Bruselas, pero aún así he tenido tiempo para imaginar mi encuentro con Huguette Redegeld. Hace varias semanas que venimos hablando de esta entrevista sobre la participación del Movimiento en la primera Conferencia sobre la mujer organizada por la ONU en la Ciudad de México en 1975. Nada menos. Ella me está esperando, acompañada por Agathe Herubel, en el umbral de la casa. Nuestro primer encuentro, alrededor de un curry, es acompañado de anécdotas sobre los inicios de ATD Cuarto Mundo en Bélgica. La cafetería de al lado, que no ha cambiado, la compañera de piso de arriba, que, afortunadamente, ha cambiado un poco.

Después de la comida, nos sentamos en los sillones para comenzar la entrevista. De estas dos horas de discusión, lo que más me ha marcado ha sido la dulzura de Huguette, pero también su delicadeza al evocar su compromiso, el suyo y el de los demás voluntarios. También se trata de luchar sin tregua, pero sin caer en la intransigencia y el dogmatismo.  

Soy una joven voluntaria. Aunque conozco ATD Cuarto Mundo desde hace algunos años, principalmente a través de las Bibliotecas de calle, las preguntas relacionadas con mi compromiso se plantearon primero a través de otras luchas: la ecología, el feminismo. Cuando el Movimiento tomó más lugar en mi vida, me pareció importante no separar estas luchas de la lucha contra la pobreza. Más bien quería tratar de entender cómo podían enriquecerse mutuamente. 

Mi encuentro con Huguette me recordó, entre otras cosas, la importancia de seguir interesándome por la lucha de los demás. Con inteligencia, ella notaba que si bien es esencial forjar fuertes vínculos entre nosotros, no debemos descuidar el interés de aprovechar las plataformas existentes y trabajar en diferentes niveles. La conferencia de 1975 es un buen ejemplo. Tomando también en cuenta las luchas feministas y las cuestiones que desafiaban a la sociedad en ese momento, el Movimiento aportó su experiencia enfatizando la importancia de la solidaridad entre todas las mujeres, especialmente las más excluidas. Al formar parte de un discurso común que denuncia todas las opresiones y dominaciones, ¡la lucha contra la pobreza se enriquece y enriquece! 

Y para lograrlo, todos los medios se valen. Huguette me contó, y los archivos a los que tuve acceso me lo confirmaron, que durante esa conferencia de 1975 no todo era color de rosa. Con la Carta de la Mujer del Cuarto Mundo bajo el brazo, Huguette, Mary Rabagliati, Alwine Van de Vos y Joseph Wresinski tuvieron que esforzarse para que fuera leída y encontrara su lugar en «esta conferencia recuperada de antemano por los gobiernos hechos por los hombres» (de Vos, Feuille de route 66, 9/10/1975). Utilizando todos los medios, llegando aún a las habitaciones de todos los delegados para dejar la carta, hablando a todas las personas con las que se cruzaban, finalmente convirtieron el documento en uno de los más leídos.

En mi misión, aquí en Bélgica, trabajo con un grupo de mujeres sobre las especificidades que induce el género cuando se está en una situación de pobreza. Con Bénédicte De Muylder, intentamos trabajar tanto en sus reivindicaciones como en las condiciones necesarias para una inclusión real por parte del movimiento feminista. Sentir que estos objetivos forman parte de una lucha ya llevada a cabo con anterioridad, en una reflexión más amplia propuesta por voluntarios como Huguette, sólo puede ser inspirador para el futuro.