Promotores de derechos culturales

Durante la Campaña Pobreza Nunca Más – Actuar Todos por la Dignidad, ATD Cuarto Mundo impulsó la escritura de historias de resistencia y cambio, de luchas colectivas que muestran que si las personas se unen pueden lograr que la miseria retroceda.
Historias de resistencia que ponen en evidencia que la miseria se puede evitar.
La siguiente historia está escrita por
María Luisa Velásquez (Honduras)

En Nueva Suyapa (Tegucigalpa, Honduras) continúa la lucha contra la pobreza de una manera «especial»: en manos especialmente de jóvenes que hemos experimentado nosotros mismos la pobreza, pero que también hemos tenido acceso a los libros, al saber.

  • Somos parte de la misma comunidad en la que actuamos, estudiamos, trabajamos y aun así dedicamos nuestro tiempo para ir al encuentro de otras familias, que al igual que nosotros, desean romper las cadenas de la extrema pobreza a través de la cultura.

Este compromiso empezó hace algunos años. En 1990 inició por iniciativa de unas religiosas la animación de las primeras Bibliotecas de Calle en Nueva Suyapa, un barrio pobre en la capital de Honduras. Jóvenes y adultos se unieron a la propuesta y un año después llegaron los primeros voluntarios permanentes de ATD Cuarto Mundo para continuar promoviendo el compromiso de los jóvenes al lado de los más pobres, en especial en los sectores de Flores de Oriente, los Pinos y la Bolsa, en Comayagüela.

  • En medio de este lugar tocado fuertemente por la violencia y que azota principalmente a los jóvenes, este compromiso es una resistencia. Es también una forma de aportar, de dar a conocer que somos útiles para la comunidad, que podemos construir una cultura de encuentro y crear espacios para respirar paz, allí donde nadie quiere ir, donde todos tienen miedo de entrar.

Venimos de diferentes horizontes y medios, pero tenemos algo en común: la energía, la alegría, el entusiasmo y la pasión para comprometernos, para ir a encontrar a los niños y las familias aún más pobres que nosotros mismos, ¡todo eso es contagioso!

Cada domingo hay sonrisas, gestos y abrazos con los que nos reciben. Experimentamos la reciprocidad en la confianza y la disponibilidad para ser escuchados. Puedo decir que nos convertimos en parte de su familia y ellos de la nuestra, como lo decía doña Doris, habitante de uno de los barrios y militante Cuarto Mundo: «ATD Cuarto Mundo es mi familia». Su lucha era un ejemplo para nosotros. Ganamos no solo amigos, sino la motivación para continuar aun cuando no hubiera presencia del voluntariado permanente.

Lo interesante de esta presencia es que con el correr del tiempo, muchos de los niños que participaban en las actividades, al llegar a la adolescencia, se convirtieron en promotores de cultura y de derechos a través de la animación de la Biblioteca de Calle. Esta actividad es un espacio de compromiso pero también de reconocimiento, donde son valorados y hace que otros como ellos también sean reconocidos. Por ejemplo Alex inició su compromiso como animador de la Biblioteca con catorce años y después tomó una responsabilidad en el equipo coordinador de ATD Cuarto Mundo en Honduras.

  • «Era algo increíble que nos fueran a visitar, aun sabiendo que vivíamos en un lugar que nadie visitaba, visto como violento y miserable. Recuerdo que no me perdía ninguna Biblioteca de Calle…».

Otros niños, convertidos hoy en padres de familia, animan a sus hijos a comprometerse, como Wendy y su esposo con su hija Alison quien actualmente está estudiando. Así como ellos, otros jóvenes siguen ese compromiso desde ahí donde están, con sus familias, en su trabajo, en sus estudios. Lo importante es que cada joven puede aportar su tiempo, su creatividad, su saber, su talento pero sobre todo la esencia humana que es el amor para seguir yendo al encuentro de otros.

Deseamos dejar una huella en cada niño, en cada familia ;  transmitirles que juntos podemos cambiar el mundo, porque son estas familias las que nos inspiran, las que nos esperan cada día, esperanzadas en un mundo mejor, en contar con personas dispuestas a escucharles y compartir su lucha diaria.

Porque cada ser humano necesita ser escuchado, tener un hombro en quien apoyarse, saber que es importante.

Para saber más, visite el blog 1001 Historias de Resistencia