«Donde vaya, lo que quiero es aprender»

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Desde muy joven tuvo que aprender a valerse por sí mismo. Sin casa ni recursos, trabajó en todo lo que pudo para sostenerse mientras completaba su educación primaria y secundaria. Cada paso que dio fue un acto de esfuerzo, resiliencia y compromiso con su propio futuro.
Junto a su esposa Josefina, sus dos hijos, continúa resistiendo a la vida con valentía y esperanza. Las adversidades no han hecho más que fortalecer su espíritu y su capacidad de amar la vida. “Hoy por hoy tratamos de salir adelante contra toda la adversidad junto con mi familia, hemos aprendido a valorar la vida más que cualquier cosa”, decía Gregorio.
Gregorio conoció el Movimiento ATD Cuarto Mundo Perú en el año 2017. Fue su esposa quien, al quedarse en casa cuidando a sus hijos de 4 y 6 años, hoy ya adolescentes, recibió la invitación para participar en la Biblioteca de Calle (BDC) que se realizaba en su barrio, Moisés Barreda, en Cusco.
Aunque al inicio Gregorio no podía involucrarse tanto como deseaba por su trabajo en la construcción, siempre alentó a su esposa e hijos a asistir a las bibliotecas de calle, porque reconoce que la lectura y la educación es una herramienta para salir de la pobreza.
“A mi hija Lucerito le gusta mucho la lectura desde que es parte de este espacio, y veo también a otros niños motivados por la lectura. Esto les deja una huella de enseñanza”. Esta experiencia de su hija la compara con su camino personal, “Veo que si la biblioteca de calle hubiera existido cuando yo era niño, siento que mi vida hubiera sido otra (…) Por eso veo bien importante que los niños desde pequeños participen”.
Desde hace un tiempo, Gregorio se ha involucrado más en las actividades junto a su esposa, esto también debido a un accidente en la construcción, “hoy ya no hago esos trabajos pesados porque me duele la cintura y la espalda. Hoy debo cuidarme más, hoy hago trabajo de pintura de casas. Ese es un trabajo que me toma un día o dos días, ya no es como antes”.
Al participar cada vez más de ATD Cuarto Mundo, Gregorio descubre que le gusta mucho conocer y aprender más, “Para mí ha sido un gusto ser parte de esas actividades, porque se aprende mucho. Son tantas personas que conozco ahora, y de cada persona se aprende, compartes las ideas, yo voy aprendiendo cada día”. cuenta Gregorio con entusiasmo. Además del aprendizaje, reconoce la importancia emocional de estos espacios: “También estas reuniones y actividades caen en un momento preciso cuando uno está decaído o triste. En este espacio levantas el ánimo y regresas a casa con otro ánimo o al día siguiente te levantas para seguir adelante”.
ATD Cuarto Mundo se apoya en las manos voluntarias y amigas que animan espacios y actividades como la Biblioteca de Calle, pero también necesita que se hable y comparta de esta lucha en diferentes espacios de la sociedad. Gregorio asume esta responsabilidad con mucho optimismo, intentando impactar en los espacios donde él habita, «De mi barrio creo que soy el único participante (…) Yo quiero seguir creciendo, seguir aprendiendo, y compartir lo poquito que sé, no solo en ATD, también en mi trabajo o en cualquier lugar. En el futuro me gustaría invitar a mis vecinos, pero para eso también yo me tengo que preparar más, para dar a conocer con más profundidad. Hoy conozco algo”.
Gregorio, impulsado por su profunda motivación de seguir aprendiendo, se compromete cada vez más con el Movimiento ATD en Cusco. Hoy participa activamente en los grupos de reflexión que se proponen y colabora en las actividades con adolescentes y en la Biblioteca de Calle, contribuyendo con entusiasmo al desarrollo de las distintas iniciativas que se impulsan en el barrio de Moisés Barreda.
