Retrato de Bonheur: un niño Tapori lleno de sueños, de coraje y de determinación
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Bonheur es un adolescente de 13 años que vive en el este de la República Democrática del Congo, en un barrio popular de Bukavu, se enfrentó a una situación difícil: un dolor en la pierna y una inflamación grave lo dejaron inmovilizado durante dos meses. Triste por tener que quedarse en casa, ya no puede participar en las actividades de Tapori mientras se recupera.
Bonheur es miembro del grupo Tapori “Niños Estrellas de Burhiba”, con sus hermanos y hermanas: Rebecca, Isaka, Baraka, Zawadi y Furaha. Desde hace años comparten las actividades del Movimiento ATD Cuarto Mundo.
El espíritu Tapori: “Siempre formas parte de nosotros”
Bonheur es activo en las animaciones Tapori desde 2021. Su energía contagiosa permite aliviar las tensiones y crear un ambiente cálido dentro del grupo. Gracias a su sentido del humor, es un referente para el grupo, que espera sus intervenciones con impaciencia.
Entonces, cuando la enfermedad le obligó a quedarse al margen, todo el grupo sintió su ausencia. El grupo Tapori lo visita en su casa, le hace llamadas telefónicas y le envía mensajes de voz. También le comparten historias para que no se sienta abandonado ni solo. Así fue como sus amigos le enviaron este mensaje: “Siempre formas parte de nosotros.”
El 30 de marzo de 2025, el grupo Tapori lo visitó. Ese domingo, 31 miembros del grupo se reunieron en su casa. Le llevaron harina, azúcar y un poco de dinero, para expresar su compasión y para demostrar que el corazón del Movimiento es de dar según sus medios, pero siempre con sinceridad y con el deseo de apoyar al otro. Las palabras de compasión tejieron ternura y los testimonios honraron el coraje de Bonheur. Fue un camino compartido, una manera de decir: “Caminamos contigo.”
Ese día, las estrellas de Tapori entraron en su habitación. Bonheur no podía caminar, pero sonrió, y en su sonrisa estaba toda la fuerza de la solidaridad.

La voluntad de avanzar
Su madre estaba presente, mientras que su padre se encontraba temporalmente en misión en Rumangabo. Confiándose al grupo, su madre les dijo :
“Pensaba que nunca se recuperaría. Luego creí que sanaría, pero sin su pierna. Hoy lo veo dar pequeños pasos. Por la gracia de Dios, avanza.”
Lo que el grupo Tapori vivió junto a Bonheur es una historia de amistad, de fraternidad concreta, que se expresa en el silencio, en las preocupaciones compartidas y en la perseverancia cotidiana. Al notar la ausencia del valiente animador, los propios niños fueron los primeros en preguntar:
“¿Por qué Bonheur ya no está? ¿Dónde está? ¿Volverá?”
Un vinculo sólido entre los niños Tapori
Tapori no es solo actividades: es escuchar, caminar junto a los niños, acompañarlos en cualquier circunstancia. En la alegría o en la fragilidad, el objetivo es vivir en solidaridad. Una visita, una palabra, una sonrisa, una atención : eso es lo que fortalece los lazos y da fuerza a los niños Tapori.
En una ciudad como Bukavu, marcada por la inseguridad, la incertidumbre y el cansancio, este tipo de compromiso es un acto de resistencia. Resistir a la indiferencia, al desaliento y a la idea de creer que los niños pobres no tienen esperanzas.
Hoy, Bonheur está mejor: ha vuelto a las actividades. Vuelve a reír y a soñar. Con él, el grupo Tapori ha aprendido muchas cosas, entre ellas :
“La verdadera fuerza no se mide por la rapidez del paso, sino por la voluntad de seguir adelante. Que la fraternidad, cuando se vive, puede convertirse en esperanza y en futuro. Que cuando un niño está ausente, todo el grupo se vuelve responsable de su regreso.”
Porque en Tapori se valora el coraje de quienes, a pesar de los obstáculos, eligen continuar, y se reconoce que cada niño tiene su propio ritmo, muchas veces ralentizado por las pruebas que atraviesa.

Redactado por: Daniel Saiba, animador del grupo Tapori “Niños Estrellas de Burhiba”