Señor Anoman Oguié: un camino de esperanza

Artículo de la delegación general del Movimiento internacional ATD Cuarto Mundo, en  homenaje a Oguié Jean-Baptiste Anoman, antiguo procurador de la República de Costa de Marfil, aliado desde hace mucho tiempo del Movimiento internacional ATD Cuarto Mundo del que fue Presidente, de 2002 a 2006.

  • “Es preciso que los seres humanos estudien al ser humano a partir del ser humano. Si ustedes viven al margen de los pobres, no les conocerán nunca. Si viven con ellos, verán que no son pobres, tienen una concepción de la vida que ustedes no conocen. Hay que lograr que todas las personas vivan juntas”.1

El encuentro con Joseph Wresinski

El Sr. Anoman Oguié estaba destinado a conocer a Joseph Wresinski, en 1984. Hablando de su infancia, dice: “No soy un niño rico, sufrí y eso me hizo actuar. En un momento de mi vida, me encontré privado de mi libertad de ir y venir. Eso me empujó a estudiar derecho”.2 Se convirtió en Magistrado y recuerda cómo le conmovió ver las condiciones miserables en las que vivían los presidiarios. En Bouaké, segunda ciudad de Costa de Marfil, se encontró con una voluntaria permanente de ATD Cuarto Mundo, Simone Viguié, enfermera en el campo penal de Bouaké, principal establecimiento penitenciario del país para condenas prolongadas. Cuando le invitó a encontrarse con el fundador de ATD Cuarto Mundo, que se encontraba de paso en el país, aceptó sin dudarlo.

Recordaba: “El padre Joseph, en compañía de Simone, visitó el campo penal. De entre los presidiarios, se dirigió a aquellos que se encontraban en las condiciones más delicadas, los enfermos. Se inclinó sobre uno de ellos y le abrazó. Hay que reconocer abiertamente que nosotros, nacionales, nunca habíamos tenido el valor de hacerlo. Y cuando salimos de la sala de hospitalización, me preguntó qué pensaba. Le dije: “Padre, durante su visita, observé que todos los detenidos con los que se ha encontrado le han mirado con confianza. Sintieron que no les estaban juzgando”.

Actuar juntos

Joseph Wresinski hizo otra visita a Bouaké, y falleció en 1988. Para el Sr. Anoman Oguié, era difícil no continuar. Así que, con Simone, y con el director del campo, que era en cierta medida su cómplice, intervinieron para que los presidiarios recibieran cuidados y tuvieran una alimentación suficiente, concretamente cultivando un campo colectivo para obtener víveres. Llegaron lo más lejos que se podía gracias a la confianza y a la implicación de los propios presidiarios. De ese modo pudieron enviar a los más enfermos a hospitales, sin vigilancia, solo en virtud de la palabra dada.

“Cuando se ha visto, como yo mismo lo he visto, al padre Joseph y a sus voluntarios hacer determinadas cosas, es realmente difícil no seguir”.

El Sr. Anoman viajó a Roma en 1989, con 300 personas del Cuarto Mundo, llegadas de todo el mundo, cumpliendo así la promesa hecha por el padre Joseph ante el desamparo y el abandono de las familias que descubrió en 1956 a su llegada al barrio de chabolas de Noisy-le-Grand, tierra natal de ATD Cuarto Mundo: “Les haré subir los peldaños de la ONU, del Elíseo3, del Vaticano…”

De una tierra que se creía muerta

El campo penal de Bouaké se fue transformando poco a poco. El Sr. Anoman fue un actor importante de esta bella historia humana relatada en el libro “De una tierra que se creía muerta”4. Allí se descubre la dimensión cultural, tan querida por el Joseph Wresinski en su visión de liberación de la persona por medio del saber compartido. El Club del saber y la solidaridad creado dentro del campo penal fue un lugar de dignidad, por el acto de compartir y por la creación:

  • “Ellos (los presidiarios) se pusieron a esculpir, a dibujar, tejer. Quienes tengan la oportunidad de ir a Costa de Marfil podrán descubrir en la catedral de Yamoussoukro la estatua de Nuestra Señora de todo el mundo, tallada por tres presidiarios. Uno de ellos hizo, en madera de teca, para el barrio de promoción familiar de Noisy-le-Grand, un busto de tamaño natural del padre Joseph que aún sigue allí en nuestros días. En la casa de las artes y la familia, los ex-presidiarios siguieron haciendo esculturas, alfarería, cerámica, tejidos e incluso han escrito libros. Yo mismo le he entregado uno de sus libros, “Proverbios en libertad”, al ministro.

Toda persona es una oportunidad para la humanidad

Joseph Wresinski, que nació en una familia muy pobre, creía firmemente que “toda persona es una oportunidad para la humanidad”.

  • En el campo penal de Bouaké, tuvimos esa experiencia y estamos felices y orgullosos de ello. Para conseguirlo, hemos caminado juntos, hemos compartido, hemos aprendido juntos otras maneras de actuar, nos hemos transformado juntos. Hemos unido nuestros esfuerzos con esta convicción de que toda persona es una persona, “Sran gba ti sran”, dicho en baoulé. “Lo que estaba dormido no pedía más que vivir. La semilla sembrada que muchos consideraban podrida, ha echado raíces. Se ha convertido en un árbol como los demás que aporta ahora frutos a nuestro país”.

La vida en el campo penal contada por Moïse Compaoré

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Presidente del Movimiento internacional ATD Cuarto Mundo

Después de haber sido miembro del Consejo de Administración del Movimiento internacional ATD Cuarto Mundo, el Sr. Anoman aceptó ser su Presidente de 2002 a 2006, ofreciendo generosamente su experiencia, su humanidad, su visión. En 2005, llevó a la delegación de familias procedentes de varios países a encontrarse con el Secretario General de la ONU, Sr. Koffi Anan. Allí afirmó la necesidad de un diálogo entre las personas que viven la extrema pobreza y las ONG en las que se reúnen libremente: “Considerados juntos, los problemas planteados en cuanto a la paz, la cultura, el desarrollo y los Derechos Humanos, serán tenidos en cuenta”.

Una travesía de esperanza y futuro para todos

El Movimiento internacional ATD Cuarto Mundo está hoy de luto, entristecido por la pérdida de un aliado que ha llegado al final del camino: “El camino que hemos emprendido juntos se ha convertido en una travesía de esperanza y de futuro para todos, porque es el que nos ha trazado el padre Joseph Wresinski. Un escritor comprometido escribía un día: ‘No iremos hasta la meta de uno en uno, sino de dos en dos y conociéndonos, y conociéndonos de dos en dos, nos conoceremos todos y nuestros hijos reirán’. Por lo tanto, con vosotros, conociéndonos todos, seguiremos por los caminos trazados por el padre Joseph”.

Todavía hoy, en Bouaké, hay compañeros de viaje que siguen por ese camino su marcha por una humanidad liberada de la pobreza.

Costa de Marfil ha perdido a un hombre valioso, un Humanista, un hombre que ha caminado al lado de aquellos a los que la sociedad había abandonado. Tenía esta firme convicción: “Allí donde hay personas condenadas a vivir en la miseria, los derechos humanos son violados. Unirse para hacerlos respetar es un deber sagrado”, mensaje de Joseph Wresinski, grabado en el mármol de la Plaza de los Derechos Humanos y las libertades de París, en el Trocadero, el 17 de octubre de 1987, que dio inicio al Día Mundial para la erradicación de la Extrema Pobreza


Foto : Señor Anoman, Noisy-le-Grand, France, 1992 © ATD Cuarto Mundo / Centro Joseph Wresinski / 0472-011-120_050

  1. 2017 Entre las 100 primeras declaraciones de la Campaña «STOP PAUVRETE, Agir Tous pour la Dignité»
  2. Extracto del artículo Anoman Jean-Baptiste Oguié, “Era difícil no seguir… ”, Revista Cuarto Mundo, 195 | 2005/3, https://www.revue-quartmonde.org/355
  3. Casa oficial del presidente de la República francesa.
  4. De una tierra que se creía muerta, coordinado por Philippe Hamel, ed. Quart Monde, 2001, 168 páginas y Final de camino con un pueblo, ed. Quart Monde, 1998, 120 páginas. Disponible en francés en línea: https://atd-cjw.centredoc.org/