Otro artículo de la serie «retratos»: Diana Skelton, voluntaria permanente

Foto: Diana Skelton con miembros del Movimiento, Antananarivo, Madagascar, 17 de octubre de 2006 © ATD Cuarto Mundo


Artículo escrito por Hannah Callahan, becaria de Fourth World House en Londres.

Diana Skelton, Estados Unidos, 2020 © ATD Cuarto Mundo

Diana Skelton es originaria de la zona de Washington D.C. en Estados Unidos. Se incorporó al voluntariado permanente del Movimiento Cuarto Mundo en 1986, después de haber trabajado durante algún tiempo en otras organizaciones sin ánimo de lucro. Lo que la convenció para unirse al Movimiento fue el enfonque práctico y multidimensional de la pobreza. Este enfoque que describe como inusual lo había echado de menos en sus experiencias anteriores.

El Movimiento ATD Cuarto Mundo dio a Diana Skelton la oportunidad no solo de tener misiones que la desafiaron, particularmente en sus habilidades de liderazgo, sino también de criar a sus hijos de una manera bastante única que, por supuesto, ha tenido un impacto en quienes son hoy.

Biblioteca de calle de ATDCuarto Mundo en Coney Island, Nueva York, 1990 © ATD Cuarto Mundo

En las Naciones Unidas

Diana representó a ATD Cuarto Mundo en las Naciones Unidas durante 7 años en Nueva York. Esta responsabilidad la llevó a tener contacto diariamente con personas de orígenes sociales y económicos muy diferentes. Por un lado, ayudaba a las personas en situación de pobreza a preparar sus discursos públicos en los actos de la ONU. Juntos, buscaban y elaboraban lo que querían expresar y trabajaban para que el discurso fuera lo más eficaz posible. Por otro lado, Diana se aseguraba de que los diplomáticos y los responsables políticos sin experiencia en la pobreza puedieran entender y hacer suyo el mensaje de las personas en situación de pobreza. El reto: romper las fronteras sociales entre los que viven en la pobreza y los que no.

Biblioteca de calle, Nueva York, Estados Unidos, 1997 © ATD Cuarto Mundo

Madagascar

Después de Nueva York, Diana se trasladó con su familia a Madagascar, para una nueva misión que duró tres años. Allí se dedica a aprender cómo los malgaches luchan contra la miseria. Durante este tiempo, colaboró en la cooperativa de comercio justo «Trabajar y Aprender Juntos« y apoyó la redacción y publicación de un mini libro de Tapori inspirado en la historia de un niño que participa en la biblioteca de la calle.

La Delegación General

A continuación, Diana se incorporó al Centro Internacional del Movimiento ATD Cuarto Mundo en Francia, donde trabajó durante nueve años con el equipo de la Delegación General. En este periodo se trataba de vincular a todos los miembros del Movimiento en todo el mundo. El reto era crear un acuerdo sobre las prioridades de acción y las ambiciones estratégicas, coordinar el trabajo del Movimiento y mantener la motivación y la inspiración de sus miembros.

«El enfoque de la gobernanza de ATD Cuarto Mundo«, explica Diana, «consiste en buscar a las personas que se encuentran en las situaciones más difíciles de miseria para reflexionar con ellas sobre la realidad global en la que nos encontramos y elegir juntos los objetivos a alcanzar. Nos encontramos aquí entre un enfoque ascendente y otro totalmente horizontal. Los sociólogos nos han dicho que esto es bastante inusual. Pero funciona bastante bien y eso es lo que me parece más gratificante».

Conferencia Horasis Global Visions, Sheffield, Reino Unido, 2017 © ATD Cuarto Mundo

En la actualidad, Diana vive en el Reino Unido, donde forma parte del equipo responsable del Movimiento Cuarto Mundo en el país.

Criar a sus hijos mientras es voluntaria

Durante su estancia en el Movimiento Cuarto Mundo, Diana y su marido Patrice han criado a sus tres hijas. Patrice también es voluntario permanente. Sus tres hijas han vivido en Estados Unidos, Madagascar, Francia y el Reino Unido. Esta poderosa experiencia de desplazarse y tener unos padres apasionados por lo que hacen, que quieren derribar las barreras entre las personas, ha permitido a las niñas conocer realmente las injusticias que existen en el mundo.

La hija menor de Diana delante de su casa con sus vecinos, Madagascar, 2006 © ATD Cuarto Mundo

Por ello, sus hijas también pretenden marcar la diferencia a su manera, por ejemplo, estudiando derechos humanos o trabajando en el campo de la educación especial.

Estas experiencias han sido muy enriquecedoras no sólo para las niñas, sino también para Diana. Gracias a las numerosas oportunidades de conocer a personas de todas las profesiones y condiciones, se ha vuelto más atenta a su forma de expresarse y comunicarse.

Echando la vista atrás, Diana señala que ha trabajado tanto en liderazgo y defensa internacional como en proyectos sobre el terreno:

  • «Parte de lo que más he apreciado en estos años de compromiso es formar parte de una comunidad que tiene un propósito común. Por supuesto, tenemos experiencias e ideas diferentes. Desde luego, no siempre estamos de acuerdo en todo. Pero estamos de acuerdo en que la prioridad es llegar a las personas que se encuentran en las situaciones más difíciles de pobreza y pensar con ellas en cómo no dejar a nadie atrás. Tener este objetivo común nos ayuda a mantenernos unidos, aunque no siempre estemos de acuerdo con la mejor manera de avanzar en una situación determinada»