Una nueva alianza para repensar los Derechos Humanos

Hoy, en el aniversario de su fallecimiento, recordamos a Joseph Wresinski, fundador de ATD Cuarto Mundo. Puso su vida al servicio de la emancipación de personas, familias y comunidades que resisten cada día ante la pobreza extrema. Buscó constantemente favorecer su reconocimiento como actrices fundamentales para pensar y construir sociedades capaces de detener la reproducción de la exclusión y de la pobreza. Su vida y su reflexión siguen siendo fuente de inspiración y movilización para continuar en este esfuerzo.

Ediciones Cuarto Mundo. 68 páginas. 5€

Este extracto de su contribución a la reflexión de la Comisión Nacional Consultiva de Derechos Humanos, publicada por primera vez en 1989 en París (Francia), nos muestra la actualidad de su pensamiento.

La contribución completa se puede encontrar en el libro De los mas pobres y el carácter indivisible de los derechos humanos que en ellos se revela.


Descubrir una herencia común

“El ser humano es la cura del ser humano”, dicen nuestras amigas y amigos africanos.

Desde esta perspectiva, toda persona, sea cual sea su filosofía y sus creencias, tiene la vocación y la misión de dar respuesta a los más desposeídos. A partir de esta toma de conciencia, ¿no podrían la reflexión y la experimentación en materia de Derechos Humanos partir otra vez de cero?

Ricos y pobres de un mismo país, pueblos ricos y pobres de todos los países tendrían, partiendo de esta base, la oportunidad de encontrarse un poco más iguales, de descubrir mejor la herencia común que justifica las grandes declaraciones y convenciones internacionales, una herencia que es la única que puede garantizar una aplicación común sincera.

Tal vez el mundo no necesite tanto una enseñanza sobre los Derechos Humanos, sino más bien una investigación común de qué hace que cada ser humano y todas las personas entre ellas sean entes indivisibles, necesariamente unidas y corresponsables de los derechos que se otorguen mutuamente.

La indivisibilidad de los Derechos Fundamentales

Por mi parte y como conclusión,

puedo afirmar que los más pobres me han dado una enseñanza esencial sobre esta indivisibilidad en todas las cosas. Ante todo me han enseñado que no avanzaremos en la comprensión de la gran pobreza si la dividimos siguiendo las fronteras geográficas.

Cuando les cedemos la palabra, ellos mismos nos hablan más bien de lo que les une, es decir, de la imposibilidad de estar orgullosos de su identidad, de su historia, de la prohibición de toda forma de pertenencia que no sea negativa o incluso vergonzosa. Nos hablan, en todos los continentes, de la imposibilidad de vivir como hermanos con otros, porque ignoran quiénes son.

El encadenamiento inexorable de precariedades, incluso de imposibilidades para vivir como personas y como familias, me ha hecho ver claramente la indivisibilidad de los derechos fundamentales que deben reconocérselas si queremos que conquisten la libertad.

Derecho, responsabilidad y responsabilidad compartida

 

  • Tal vez sea aún más importante que las poblaciones que viven en gran pobreza en todos los países expresen su convicción de que vivir como seres humanos, como hermanas y hermanos, como ciudadanos, significa poder asumir responsabilidades.

Para ellas, los derechos fundamentales adquieren su verdadero sentido y encuentran su plena realización cuando les permiten ser responsables, es decir, trabajadores reconocidos, padres y madres capaces de educar a sus hijos, miembros útiles de una comunidad, hombres y mujeres que participan del futuro de su país.

  • Así, no sólo nos enseñan la indivisibilidad de los derechos y las responsabilidades, sino también la corresponsabilidad que significa la indivisibilidad entre los seres humanos y los pueblos.

Para los más pobres de todos los países, todos las personas participan de una misma misión de contribuir a una comunidad nacional e internacional “en la que puedan vivir nuestros hijos e hijas, donde todas las personas se tiendan la mano”… Es una misión que puede concebirse a partir de todas las creencias que se reúnen en las Naciones Unidas.

Hacia una nueva alianza

En último término,

¿no sería junto a los más pobres y de la misión que querrían emprender con nosotros donde se decidiría el futuro de los Derechos Humanos?

Para hacerlos realidad se nos proponen una nueva alianza, unos nuevos aliados. ¡Qué oportunidad para el mundo si tuviéramos la voluntad de aceptarlos!