Ninguna época puede ignorar a la juventud

Foto : Dole, France, 2021 © ATD Quart Monde


Mensaje de Isabelle Pypaert Perrin

(Déléguée générale de ATD Cuarto Mundo)

Kevin vuelve del trabajo, con los ojos fijos en el suelo. Se va a cumplir un año desde que está empleado en el servicio de mantenimiento de edificios municipales. Este trabajo, insiste: “¡Es el más duradero que he tenido en toda mi vida!”. Lo que le preocupa es que su contrato, de duración limitada, llega a su vencimiento. Así que procura no soñar.

  • “Vivo al día. Cuando me llega algo bueno, ¡siempre hay algo que hace que se venga abajo!”

No lejos de su casa viven Elsa y Téo, una pareja de voluntarios permanentes que eligieron vivir en este barrio desfavorecido. Tratan de encontrarse con los jóvenes que, como Kevin, siguen en su búsqueda de un futuro en un mundo que parece no necesitarlos. Téo y Elsa, poco a poco, establecieron relaciones de confianza con sus vecinos.

  • “Tratamos de conocernos unos a otros. Nos cruzamos en el hueco de la escalera, en el supermercado o en la oficina de correos. Ellos conocen a nuestros hijos y nosotros conocemos a los suyos”.

Así fue como conocieron a la madre de Kevin, del que estuvo separada tanto tiempo debido a la retirada de la custodia. La primera vez que Elsa se cruzó con Kevin, éste pasaba la mayor parte de su tiempo con su consola de juegos y no veía prácticamente a nadie. Se encontraba entre un curso de inserción profesional sin porvenir y una breve tarea como suplente. “Si quieres, puedes venir. Se reúnen algunos jóvenes”. No dijo que no. Tampoco dijo que sí. Hubo que perseverar antes de que se decidiera a dar el paso.

En el taller, Kevin descubre el cobre y los esmaltes. Otros jóvenes, concentrados en torno a una pieza de cobre, tallan, recortan y charlan. No le pedimos que se presente, que hable de sí mismo. No. Escucha, observa y prueba. Cada semana viene un artesano calderero a compartir su experiencia. Con su ayuda, los jóvenes crean una obra: un gran pájaro toma forma, pluma a pluma. Los gestos que parecían difíciles se vuelven fáciles. El trabajo de las manos libera la conversación. Kevin hace amigos.

Un día le habla a Elsa de su infancia como un ir y venir de un lugar a otro, de la escuela que no le quería.

  • “Desde primaria estuve excluido porque hacía el payaso. Llamando la atención tenía la impresión de ser alguien. Después comprendí que, cuando los otros se reían, no era porque yo fuera divertido, ¡era para burlarse de mí!”.

Gracias al grupo, Kevin y sus amigos adquieren confianza en sí mismos. Se dan ideas. Expresan expectativas. Hacen gestiones administrativas y a veces no se atreven. A veces lo dejan.

A su ritmo, Elsa puede proponerles acompañarles a una cita en el centro de inserción social o a ver al educador social del barrio. Tantos interlocutores cualificados ante los que Téo y ella hacen de intermediarios. Vuelven a hablar entre ellos en el grupo. Se animan. De este modo Kevin llegó a firmar su primer contrato de trabajo.

  • “Un trabajo es lo que te permite fijarte objetivos. Eso te ayuda a crecer, a recibir mejor las críticas. Te enseña a escuchar a los otros, pero también a imponerte y a no dejarte manejar. Ahora volveré a estar desempleado, pero pienso hacer lo posible por no quedarme ahí. ¡El menor tiempo posible!»

Estar en el grupo de jóvenes de ATD Cuarto Mundo y participar en las reuniones que ofrece, ha hecho que Kevin pueda mirar más a lo lejos. Nos sorprende diciéndonos:

  • “Me gustaría hacer algo de alcance político, un trabajo grande que pueda conducir a crear una ley para ayudar a los jóvenes; no solo por un día, no solo por un año, sino a largo plazo de verdad, para una generación tras otra. En realidad, eso es lo que quiero”.

Ninguna época puede ignorar a la juventud. Todo joven debe tener la oportunidad de formarse en un oficio, de crear una familia si lo desea, de ofrecer lo mejor de sí mismo para que el mundo tenga un futuro.

El período de crisis que atravesamos, que impide las relaciones sociales, afecta especialmente a los jóvenes. Perjudica aún más a todos aquellos que tienen un recorrido vital como el de Kevin, y que, ya antes de la epidemia estaban olvidados. Queremos estar a su lado, ahora más que nunca.

Con sus actuaciones, el Movimiento ATD Cuarto Mundo se acerca a los jóvenes en situación de pobreza para que puedan acceder a sus derechos fundamentales, ser más libres, construir su vida y asumir responsabilidades por ellos mismos y por los demás.

¡Gracias por apoyar estas acciones con sus donativos!

“Vosotros, que habéis vivido en la injusticia, sabéis lo que es la verdadera la justicia;  vosotros, que no tenéis oficio en vuestras manos, sabéis lo que es el trabajo; vosotros, que habéis sido privados de escuela, sabéis lo que es el aprendizaje; vosotros, a los que se ha impedido la amistad, sabéis, lo que es no tener amigos…                         Eso sois vosotros”.

Padre Joseph Wresinski,
(dirigiéndose a los Jóvenes del Cuarto Mundo en 1973)