Ya nada será como antes | Martine Le Corre

Intervención de Martine Le Corre, delegada general adjunta del Movimiento Internacional ATD Cuarto Mundo, el 17 de octubre, con motivo del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, Estados Unidos.

Les quiero agradecer y decir a ustedes, jóvenes, que su presencia hoy con nosotros, en una jornada como esta, nos enorgullece.

Hoy, entre el muro de Berlín y este barco que huye del hambre, nos hemos reunido en estos jardines de las Naciones Unidas, ante esta Placa Conmemorativa.

Esta Placa Conmemorativa nos sigue recordando, aún hoy, que la extrema pobreza sigue haciendo en gran medida que nuestras libertades sean algo ilusorio y que se sigan violando nuestros derechos más fundamentales.

Es intolerable, es inaceptable que aún hoy la miseria rompa y destruya tantas vidas de hombres, mujeres, niñas y niños.

Sin embargo, nos atrevemos a decir que ya nada será como antes.

Señor Chemin, usted que vivía en una barriada provisional cercana a la mía, en una situación de miseria y aislamiento total. Usted que, como tantas otras personas, pensaba que ya no contaba para nadie, usted tuvo el valor de vivir con nosotros ese primer encuentro de defensoras y defensores de los derechos humanos, el 17 de octubre de 1987. Ese mismo día, usted decía: «De nuevo me he sentido un hombre, orgulloso de existir y de vivir. Ya no creía que fuera posible».

Y usted, amiga Yvanita, gran mujer de Haití, usted me decía: «No podemos elegir nacer o no en situación de miseria, es así. Lo que podemos elegir es asumir nuestras responsabilidades mutuas, de unas personas con otras».

Usted a lo largo de toda su vida ha luchado contra la miseria. Hasta el último momento tuvo como ambición que podamos vivir la paz. Por eso nada puede seguir siendo como antes.

Su lucha no será en vano. Esta Placa Conmemorativa habla de ustedes, habla por ustedes. Sus luchas, su valentía, como la de millones de personas desaparecidas en el desprecio y el olvido, desde ahora se inscriben con orgullo en la historia de la humanidad. Hoy ustedes nos reúnen, en las Naciones Unidas, aquí donde todos los pueblos del mundo intentan unirse.

Esta Placa Conmemorativa les rinde homenaje, Pueblo del Cuarto Mundo, a ustedes, de quién el padre Joseph Wresinski decía:

  • «Ustedes son mucho más importantes que lo que se dice de ustedes. Ustedes son más importantes porque son personas con mucha valentía, provienen de un linaje de personas que han probado su valentía. Ustedes no han aceptado sin más que se les encierre en la miseria contra la que luchan, no han aceptado que se les pida opinión sobre cosas sin importancia, sino que han exigido que se les considere como ciudadanas y ciudadanos cuya lucha y reflexión es indispensable para todos. ¡Ustedes deben exigir al mundo que aprenda de ustedes y de su valentía! ¡Deben mantener su ambición por hacer que la democracia sea realmente la democracia que ustedes desean construir!».

Ustedes, Zena, Patrick, Kimberly, tienen razón; la violencia de la miseria y de sus consecuencias en nuestras vidas son una vergüenza.

Pero no son ustedes quienes deben cargar con esta vergüenza, ni ninguna de las personas que en el mundo viven en situación de miseria.

Este peso de la vergüenza vinculada a la violencia de la miseria que nos encierra y que destruye muchas vidas, es una cuestión que afecta a todas las personas. Eso, ya lo hemos comprendido.

Estamos aquí, en pie, orgullosas y orgullosos, conscientes de nuestra propia herencia. Conocemos quiénes son las personas y las luchas que constituyen nuestro legado y confiamos en el relevo. Kevin, un joven de 14 años que vive en situación de extrema pobreza, me miró un día fijamente a los ojos y me dijo: «Mañana, yo, como trabajo, voy a hacer solidaridad, como mi madre».

Hoy lo sabemos: la única respuesta a la miseria, es unirnos para liberar a la humanidad. No tenemos otra elección.

Esto es lo que elegimos hoy: que no se nos vuelva a ignorar, que no se nos vuelva a abandonar.

Hoy, al unirnos, queremos sellar un compromiso solemne ante esta Placa Conmemorativa. Juntos estamos determinados a cumplirlo, y no retrocederemos. Pero sé también que esto no es posible sin la contribución activa de cada una y cada uno de ustedes.

El padre Joseph quería que traspasáramos el umbral de las Naciones Unidas. Ya estamos aquí. Ahora se inicia a un nuevo viaje, la esperanza nos impulsa.

Junto con ustedes, trabajaremos para buscar un camino de paz. Una paz enraizada en el centro de cada ser humano. Una paz duradera. Una paz que rechace para siempre la violencia de la miseria. Es nuestro deber. Asimismo, es el principal deber de nuestras naciones garantizar que cada ser humano tenga esta paz. Escribamos esta historia, pues mañana, para cada una y cada uno de nosotros, nada será como antes.

Fotografías: © ATD Cuarto Mundo