Vecinas y vecinos de barrios “sensibles” : expertos en derechos humanos

Nace la asociación “derechos para todos” en un barrio de Francia. Esta historia cuenta como los habitantes más pobres evaluan los proyectos de su barrio y se convierten en expertos de los derechos.

Durante la Campaña Pobreza Nunca Más – Actuar Todos por la Dignidad, ATD Cuarto Mundo impulsó la escritura de historias de resistencia y cambio, de luchas colectivas que muestran que si las personas se unen pueden lograr que la miseria retroceda.
Historias de resistencia que ponen en evidencia que la miseria se puede evitar.
La siguiente historia está escrita por
François Guillot (Francia)

En esta ciudad de Francia hay dos barrios llamados «sensibles».

Uno de estos barrios está conformado por siete edificios (unidades de construcción), construidas en los años 70; torres y edificios que suman 300 viviendas, lo que hace una población total de 2 500 habitantes, donde conviven más de cincuenta nacionalidades.

  • «Barrio sensible», para quienes no viven en ellos, significa toda una serie de representaciones y adjetivos negativos: barrios con alto índice de delincuencia, inseguridad, desempleo, etc. Barrios en los que, sobre todo,no hay que vivir.

 

  • «Barrio sensible», para quienes viven en ellos, quiere decir sensible al sufrimiento de los demás, a la injusticia, a la exclusión y al rechazo, al que vive uno mismo o su vecino. Sensible a la esperanza de una vida mejor para sus hijas e hijos, sensible al rechazo de la fatalidad de la pobreza, sensible al respeto de la dignidad humana.

De hecho, este barrio, donde viven personas pobres desde el punto de vista económico, es un barrio cuya riqueza la constituyen las personas implicadas en las pequeñas asociaciones que han creado: la asociación de mujeres del barrio, la asociación de mujeres africanas, la asociación de defensa del derecho a la vivienda, la asociación Passerelle [Pasarela], entre otras.

Las personas que representan a las asociaciones más grandes también han venido al barrio para vivir y proponer su saber-estar, su saber-práctico, su acompañamiento: Cimade, Art et Développement [Arte y Desarrollo]. Yo mismo vine en nombre de ATD Cuarto Mundo.

Estos ciudadanos diversos se encontraron, se conocieron y quisieron trabajar conjuntamente, porque es cierto que la unión hace la fuerza.

Así es como nació, a finales de los años 90, la asociación «Derechos para Todos». La asociación permite a los habitantes aumentar su visibilidad ante las instituciones, con el fin de aportar una voz libre, para impugnar si es necesario las decisiones impuestas, como las demoliciones de edificios, para un ejercicio aún mayor de la ciudadanía activa.

Con los militantes ATD Cuarto Mundo, hemos buscado la forma de llegar hasta las personas más desfavorecidas del barrio, quienes no salían de sus casas, quienes, por vergüenza o por ignorancia, no acudían regularmente a las instituciones ni respondían a las propuestas que estas hacían para el conjunto del barrio.

Hemos descubierto sus dificultades, sus proyectos, les hemos reservado un espacio en la asociación «Derechos para Todos». Algunas personas del vecindario participaron en las reuniones de preparación de las Universidades Populares Cuarto Mundo.

«Derechos para Todos» ha desempeñado un papel de mediación en favor del acceso a los derechos fundamentales, un papel de escribano público, de defensor de los derechos cuando estos se violan.

Jacqueline, una mujer que vive una de las situaciones más graves de pobreza en el barrio, bautizó el local de «Derechos para Todos», como la «Casa de la Confianza y la Esperanza».
¿Cuánto dinero se ha gastado durante décadas en estos barrios sensibles, para destruir edificios, mejorar las condiciones de la vivienda, de las calles? Y, ¿cuánto se ha invertido en las personas — muy poco en proporción — , para reconocer los recursos humanos de estos barrios, para apoyar y acompañar la plena participación de sus habitantes en las acciones en beneficio de su propio barrio?.

  • Nuestro barrio y nuestra sociedad necesitan de las ciudadanas y de los ciudadanos de las clases populares que contribuyen con su visión a evaluar los proyectos que se diseñan para ellos, de manera que progresen en función de sus propias necesidades. Es necesario que las autoridades acepten que no es posible seguir pensando en lugar de esta población, sino conjuntamente.

Para saber más, visite el blog 1001 Historias de Resistencia