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Foto: Story Garden, Gallup Market, Nuevo México, EE.UU., 2019 © ATD Cuarto Mundo


«No hay alternativa: o bien vamos a buscar a los más pobres, o el mundo fracasará. Porque sin los más pobres, el mundo es mudo».

 Joseph Wresinski

 

 

«El Jardín de las historias» me hace pensar que mi familia también es un jardín»

El sábado en Gallup, Ciudad de Nuevo México, es el día del mercado. Las familias llegan de todas partes. Los niños acompañan a sus padres o abuelos, que se levantan al amanecer para recorrer las inmensas distancias que separan sus aldeas perdidas en las laderas de las montañas sagradas del pueblo navajo de la ciudad.

Erick, un joven del pueblo, anima el «Jardín de las historias» en el centro del mercado. Como cada semana, una multitud de niños de todas las edades se agolpa alrededor de una colorida caravana extendida por un gran toldo.

Tan pronto como Lisa llega, se apresura hacia el libro que le gusta y comienza a leer. Su abuela no puede creerlo. Tampoco su maestra: «Lisa ha progresado increíblemente, se atreve a levantar la mano para hacer una pregunta, ella que no pronunciaba ni una sola palabra. «La abuela añade: «Siempre dice que su mente se mueve más rápido que sus labios. Solía sacar un 4 como nota en lectura, pero ahora saca 8», dice Erick.

Una madre se une a la conversación: «Cuando presentaron su exposición arqueológica en la escuela, mi hijo estaba muy orgulloso de contar lo que sabe»

  • Un padre añade: «El Jardín de las historias me hace pensar que mi familia también es un jardín. Y cultivarlo es una gran responsabilidad. Realmente quiero que mis hijos aprendan cosas, aunque vivamos muchas dificultades. En ATD Cuarto Mundo queremos animar a otras familias que están luchando, para que se mantengan fuertes y sigan avanzando».

El Jardín de las historias se inauguró en 2012. El año pasado, asistieron 850 niños . Pero llegó la pandemia Covid 19. Como en cualquier otra parte del mundo, el mercado tuvo que cerrar. ¿Qué podemos hacer al respecto? Para Erick, el «Jardín de las historias” tiene un valor precioso, pone en contacto a familias muy aisladas. Algunas no tienen agua en casa, muchas no tienen internet, los hospitales están muy lejos y la gasolina para desplazarse es una preocupación diaria.

Erick insiste a los animadores en que vayan a consultar a las familias; ellas saben mejor que nosotros qué hay que hacer. «No dejen que desaparezca el Jardín de las Historias”, dice una madre, «es la cosa más hermosa que puede suceder en la vida de los niños».

Un padre también los anima:

«Vosotros sois constantes. Somos testigos de que, veníais incluso cuando había barro, no solamente cuando hacía buen tiempo o cuando queríais. Eso muestra a los niños y niñas que tenemos que hacer las cosas a las que nos comprometemos»

Erick entiende perfectamente: «Las familias deben poder contar con nosotros. Esta lealtad es la clave para superar la pobreza». El equipo de Erick está reinventando su acción. Se vuelve itinerante y atraviesa la región en coche. Como todo el material tiene que ser desinfectado, se decide llevar solo uno o dos libros y algo de pintura. Sorpresa: esto empuja a los niños a estar más concentrados, incluso más cooperativos.

Al principio del año escolar, las escuelas continúan cerradas. La enseñanza se hace en línea. Para apoyar a los niños y niñas, el equipo imprime los deberes y se los da a las familias. El equipo sabe que cuanto más larga sea la interrupción de la escolaridad presencial, más difícil será encontrar el camino de vuelta a la escuela, y que estas familias se quedarán aún más aisladas de los demás y del mundo. Es este camino el que Erick mantiene, el conoce la sed de apertura en su comunidad: «Su hogar está aquí, pero tenemos que mostrar a los niños y niñas que el mundo es grande y puede ser hermoso».

En vísperas de las fiestas, pienso en todos esos niños y niñas de los cinco continentes, que no han podido volver a la escuela. Los que no pueden seguir el ritmo, los que han querido ir desde hace mucho tiempo y todavía no han podido.

Más que nunca, nuestros equipos tendrán que asumir nuevos retos, adaptarse e inventar, siempre lo más cerca posible de las aspiraciones de las familias.

En Gallup, el equipo transformará una camioneta para que el Jardín de las Historias se convierta en un jardín móvil. En otros lugares, esta búsqueda para llegar a los niños y adolescentes alejados de la escuela está tomando otras formas. En todas partes, su donación está ayudando a dar vida a nuevos proyectos.

Gracias por su apoyo.

Isabelle Pypaert Perrin, Delegada General de ATD Cuarto Mundo