Una Biblioteca de calle para sacar la paz que llevamos dentro

En los últimos años, el equipo de ATD Cuarto Mundo España en Madrid, llevó a cabo un trabajo de detección  y descubrimiento de barrios y zonas empobrecidas de la Comunidad de Madrid. El propósito era encontrar un nuevo lugar en el que tuviera sentido arraigarse y vincularse a personas, familias, organizaciones que rechazan la persistencia de la pobreza y seguir construyendo movimiento juntas.

Fruto de esta movilización, varios miembros del equipo de voluntarios permanentes se  instalaron y empezaron a vivir en el Municipio de Parla, entrelazando solidaridades. En junio de 2021 organizaron con otras personas soñadoras un  Festival del Saber que movilizó a más de 400 niñas y niños en dos barrios de la ciudad. A raíz de esta experiencia, y con las ganas de seguir aprendiendo a tejer tramas de solidaridad, iniciaron una Biblioteca de Calle en dos barrios de Parla.


Desde septiembre aprendemos a sacar la paz que llevamos dentro

Foto © ATD Cuarto Mundo España

En septiembre volvimos a extender las lonas azules en la calle. Cada sábado por la mañana un grupo de jóvenes se acerca al barrio, desafiando el frío, la lluvia, la pereza, el equipo de fútbol, la “play”, o tener que quitarse el pijama. Cada sábado es una incógnita y una agradable sorpresa. Nos saludan las sábanas recién extendidas y algunas ventanas abiertas que airean las casas. Nos saludan algunos gritos: “hoy no puedo bajar”, “mi madre se ha ido a comprar”, “ahora bajo”…

En septiembre éramos prácticamente desconocidos, hoy somos personas, libros y juegos esperados.

Entrelazando luchas y sueños de dignidad reconocida

Foto © ATD Cuarto Mundo España

Desde septiembre la Biblioteca de Calle se instaló en dos barrios de gente humilde y luchadora que tienen en común, entre otras cosas, la falta de alumbrado público y que nadie puede disfrutar del espacio común a partir de que anochece. O el abandono institucional y social que se manifiesta por la falta de mantenimiento de las viviendas, que no funcionan los ascensores desde hace años o que están inutilizado por completo los garajes.

Estos barrios tienen en común también el insulto, la culpa y la falta de derechos. Si en Parla hablas de alguno de estos barrios solo oirás hablar mal, la ley de la selva, la violencia, el miedo… Pero no solo están abandonados a su suerte los edificios y zonas comunes, la dignidad y el honor de las personas que allí viven, sino también los derechos más básicos, como el empadronamiento o el acceso a actividades de cultura y participación ciudadana elementales.

Así, la Biblioteca de Calle tiene una responsabilidad difícil, lograr no defraudar, no fallar o no culpar, puesto que es la única actividad propuesta en estas dos urbanizaciones.

   

Y, os preguntaréis, ¿para qué sirve una Biblioteca de Calle?

Pues sirve para que las niñas y niños ocupen el espacio común, público, con sus risas, con sus juegos, con sus libros. Para ocupar el espacio. Y también sirve para hacer amigas y amigos en el barrio. Y sirve para quitarse la vergüenza y hacer cosas que nos gustan: jugar, pintar, imaginar, crear… Para ver el mundo desde las ventanas que abren los libros: bonitos, grandes, burlones, fantásticos… Para opinar sobre el mundo, sobre nuestros deseos, sobre cómo querríamos que fuera nuestro barrio, sobre los lugares que nos gustaría conocer.

Foto © ATD Cuarto Mundo España

Y también sirve para hablar de lo que no va bien, de que han amenazado a tal familia, que han expulsado a tal otra, que como niños y niñas tenemos preocupaciones de mayores y a veces sufrimos las consecuencias, como cuando pegaron a… Pero, sobre todo, es el lugar en el que compartir y practicar de lo que somos capaces, de la solidaridad de las vecinas que reciben por turnos a una mujer sola recientemente desahuciada.

La Biblioteca de Calle sirve para sacar toda la PAZ que llevamos dentro, esa paz enterrada en preocupaciones, frustraciones y problemas, esa paz que despierta nuestras ganas de hacer que las cosas a nuestro alrededor sean mejor, más justas y más amables.

Esa PAZ nuestra, colectiva, posible, pequeña. Esa que mueve el mundo.