¡Te cambia la vida!

Durante la Campaña Pobreza Nunca Más – Actuar Todos por la Dignidad, ATD Cuarto Mundo impulsó la escritura de historias de resistencia y cambio, de luchas colectivas que muestran que si las personas se unen pueden lograr que la miseria retroceda.
Historias de resistencia que ponen en evidencia que la miseria se puede evitar.
La siguiente historia está escrita por Béatrice Soulé (Francia)

«¡Te cambia la vida!, dormimos mejor, estamos mejor, ya no nos molestan cuando salimos. Guillaume, mi hijo, se encuentra mucho mejor de salud, ya no tiene miedo de que le agredan. Incluso el perro está mejor. Pero es solo el comienzo». Dice Béatrice tras su realojo en noviembre de 2016.

Estuvimos durante más de un año viviendo solos en el barrio de Alouettes [Alondras]. Habían dejado montones de tierra alrededor del edificio, no podíamos salir, tuvimos que llamar a la policía. Todo el mundo se había mudado ya, Daniel fue el último en salir, antes que nosotros. Todo se llenaba de agua.

  • Teníamos frío… ya no había servicio de recogida de basuras, ya no había gas. Cubríamos con cartones las ventanas.

Ante esta situación insostenible, un comité de acceso a los derechos fundamentales se movilizó para apoyar a la familia de Béatrice.
Enviamos una carta a la asociación propietaria de la vivienda.
«Desde hace muchos meses la señora Soulé ha realizado continuos trámites para que se le informe sobre sus perspectivas de realojo, sin que haya obtenido una respuesta favorable detallada y por escrito. Ayer, cuando la visitamos, constatamos las condiciones de vida indignas en las que vive la familia así como el enorme cansancio acumulado. El Movimiento ATD Cuarto Mundo trabaja en favor del respeto de la dignidad de todas las personas. La situación de la señora Soulé y de su familia nos parecen intolerables».

Esta correo no tuvo respuesta pero, algunos meses más tarde, se consiguió una cita con el subprefecto.
Cuando Sylvie, volontaria permanente de ATD Cuarto Mundo vivía en el barrio, había una estrecha relación entre todo el vecindario, pero después vino el proyecto de la Agencia Nacional de Renovación Urbana (ANRU) y se procedió al realojo de todas las familias salvo de nuestra familia y la de Jean-Pierre.

  • De manera provisional vivimos once meses en otra vivienda. Teníamos que haber tenido a nuestra disposición una vivienda al cabo de cuatro meses. La responsable de la asociación propietaria de la vivienda me dijo que iba a proceder a mi realojo y no fue así.

No entendía nada: ¿era porque nuestro perro se había peleado? Pero no era culpa suya, ¡le habían agredido! Los jóvenes rompen los buzones, fue un verdadero rompecabezas recomponer el formulario de declaración de impuestos que habían roto. Tiraban bolas de tierra contra las ventanas. La vida en este edificio era difícil.
Escribí a la asociación propietaria de las viviendas y me contestaron diciendo que era yo quien no sabía mantener la vivienda en buenas condiciones.

Y ahora, por fin he obtenido esta vivienda. Ahora, de aquí ya no nos movemos. He puesto cortinas en las ventanas. Voy a fijar el reloj de cuco que mi madre me regaló. Voy a mandar una foto de mi nueva casa a mi hermana que vive en Grenoble.

Aquí los vecinos nos han ayudado durante la mudanza. Afortunadamente que ATD Cuarto Mundo estaba aquí. Nunca me hubiera atrevido a escribir al prefecto. En el CCAS (Centro Comunitario de Acción Social) una mujer fue de gran apoyo moral para mí y aunque el seguimiento de mi realojo no era competencia suya siempre me recibió y me apoyo ante las personas responsables del seguimiento.

Para saber más, visite el blog 1001 Historias de Resistencia