Renta básica universal: ¿Una solución para poner fin a la extrema pobreza?

El 8 de junio de 2017, ATD Cuarto Mundo organizó una mesa redonda en las Naciones Unidas, con la participación de Philip Alston, Relator Especial sobre la extrema pobreza y los derechos humanos para abordar el tema de la renta básica universal. Isabelle Doresse, responsable de la Universidad Popular Cuarto Mundo en el norte de Francia, explicó las reacciones expresadas por las personas en situación de pobreza extrema sobre la idea de una renta básica universal. Sorprendentemente, había numerosas dudas y preocupación sobre esta.

Antecedentes

La idea de proveer una renta básica universal a todos los miembros de la sociedad es una idea que ha venido ganando terreno en los últimos años, ¡incluso en Silicon Valley!. Será «básico» porque todos los miembros de la sociedad recibirán cada mes un ingreso que les proporcionará una «base» que les ayudarán a cubrir las necesidades básicas. Y será «universal» porque cada persona lo recibirá, con independencia de su nivel de ingresos. Se ve esta idea como una solución a los problemas actuales; ayudaría a reducir las crecientes desigualdades y garantizaría un nivel de seguridad económica. Por otra parte, permitiría un mejor uso de los recursos disponibles puesto que eliminaría la presente burocracia necesaria para acceder a las ayudas sociales. Por último, proporcionaría un ingreso a las personas (a menudo mujeres) que dedican la mayor parte de sus vidas en la prestación de cuidados.

La idea ha ganado tanto en importancia que incluso se debatió en la reciente campaña electoral francesa. De este modo, ATD Cuarto Mundo Francia quería saber lo que pensaban las personas en situación de extrema pobreza sobre esta idea, después de todo, es uno de los principales grupos de beneficiarios en quienes se piensa.

Cuatro Universidades Populares Cuarto Mundo en Francia abordaron este tema. Además, la Universidad Popular Cuarto Mundo Europea que se celebró en diciembre de 2016, con participantes de Bélgica, España, Francia, Irlanda y Países Bajos trabajaron sobre cómo garantizar el derecho a los medios necesarios para una vida digna.

Es interesante también destacar que la reacción no fue de un desmedido entusiasmo. Se saludó la idea puesto que proporciona algunas ventajas claras, pero también conlleva algunos peligros.

¿Qué ventajas ven las personas en esta medida?

1) En primer lugar, puede que la renta básica universal reduzca la estigmatización. Tal como afirman una y otra vez las personas con quienes ATD Cuarto Mundo trabaja en Francia, cuando dependes de los servicios sociales, cae sobre ti la velada acusación de que no quieres trabajar, o que quieres vivir de los demás, mintiendo sobre tus ingresos o sobre la situación familiar.

Recibir un ingreso mínimo no se percibe como un derecho, sino como una ayuda humillante. De este modo, el 35% de las personas elegibles para solicitar estas ayudas no lo hacen, en razón de la falta de información y lo complejo de los procedimientos para su obtención, pero también porque estos procedimientos son demasiado intrusivos y restrictivos. Una persona afirmó: «Cuando abres un expediente para recibir una ayuda social, te hacen demasiadas preguntas inapropiadas, no quería contestar, pero tienes que hablar de tu vida privada, si quieres que te ayuden».

2) Una renta mínima universal debería permitir que cada persona viva en condiciones dignas y acceda a necesidades básicas; no tendrían que verse forzadas a realizar elecciones imposibles. La extrema pobreza no es únicamente un problema de privación material. Tal como afirman los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre la extrema pobreza y los derechos humanos: la extrema pobreza es el resultado de la acumulación de inseguridades en muchas dimensiones de la vida, cuando persisten a largo plazo, comprometen las posibilidades de quienes las padecen a defender sus derechos por sí mismos. La extrema pobreza deja en las personas un sentimiento de fracaso y vergüenza, y afecta también a su propia confianza y autoestima.

Un participante dijo:

  • «Si siempre estamos faltos de dinero, si estamos constantemente preocupados por cómo vamos a hacer para llegar a fin de mes y sacar adelante a nuestros hijos, entonces, no podemos tener una vida digna».

3) Una renta básica mínima puede ayudar a las personas a ganar en confianza y capacidad, para ello no se les debe mantener por más tiempo en una posición de dependencia e inseguridad.

Una persona afirmó:

  • «Voy de albergue en albergue. No tengo ninguna estabilidad. No puedo planificar el futuro. Me hace sentir muy inseguro». Una mujer afirmó: «La trabajadora social me pidió que pagara primero el alquiler, pero no puedo. Mi prioridad es la educación de mi hija, pago primero su escuela y su formación musical».

4) Las personas no quieren que se les siga manteniendo por debajo del umbral de pobreza, como los actuales sistemas que desincentivan las iniciativas para aumentar sus ingresos.

Una persona en la Universidad Popular Cuarto Mundo explicó:

  • «Durante las vacaciones de verano mi hija encontró trabajo. Cuando terminaron las vacaciones volvió al centro de atención social para retirar su ayuda familiar, pero le dijeron que ya no la podía solicitar porque había estado trabajando, aún cuando presentó la documentación que mostraba que ya no seguía trabajando. Se encontró en una situación más difícil que antes».

Otro participante ofreció el siguiente ejemplo:

  • «A una niña le otorgaron una beca escolar pero el monto de esta beca escolar se redujo del ingreso mínimo de su madre. Es como si ya no tuviera beca escolar…».

Una renta básica universal podría proporcionar una base a partir de la que cada persona podría construir mediante su propio trabajo, por mínima que sea esta cantidad. Del mismo modo, si la persona pierde su ingreso laboral, una renta básica podría garantizar sus derechos sin mayores retrasos ni dificultades. Esto significa que la renta básica debería percibirse de manera individual y no en referencia a un hogar o a un núcleo familiar.

Las personas en situación de pobreza ven riesgos

En los debates de las Universidades Populares Cuarto Mundo se expresaron graves preocupaciones en torno a esta idea. Las personas en situación de pobreza preferirían poder vivir de su propio trabajo. Con una renta básica universal, temen verse excluidos de manera permanente del mundo del trabajo, al que aspiran. Temen que pudiera decirse: «Ahora, con la renta básica, ya tenéis dinero, ya no queremos saber más de vosotros».

Una renta básica proporcionaría un ingreso, pero no permitiría la inserción social, el reconocimiento, la realización personal que las personas buscan.

Además, las políticas de rentas básicas deben integrarse en políticas integrales de erradicación de la extrema pobreza. Si realmente queremos luchar contra la pobreza, no debemos únicamente hablar de ingresos. Las políticas por un derecho «a un ingreso adecuado de existencia» deben coordinarse con políticas de acceso a una vivienda digna, a servicios sanitarios, a la educación, al empleo… Es necesario poder mantener otras medidas de apoyo familiar.

Las políticas de lucha contra la extrema pobreza deben diseñarse, ejecutarse y evaluarse con las personas afectadas. La experimentación de una renta básica universal o cualquier otra medida debería implicar activamente a las personas en situación de pobreza desde el principio. Solamente así podremos lograr erradicar la extrema pobreza.