Personas en situación de pobreza: defensoras anónimas de los derechos humanos

  • «Los derechos humanos forman un todo cuyos elementos están indisolublemente ligados: si se descuida un solo derecho, todos los demás se ven amenazados.
    Por eso mismo, de todas las violaciones, la extrema pobreza, la miseria y el hambre son las más reprobables.
    Los derechos humanos no son solo un asunto de los Estados individuales, sino de la comunidad internacional, de la comunidad de Estados, así como de la comunidad de mujeres, de hombres y de pueblos».

Joseph Wresinski, fundador de ATD Cuarto Mundo

Este año el 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos, se celebra también el 70.ª aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos: un documento fundador que proclamó derechos inalienables para cada individuo como ser humano, sin ningún tipo de distinción, entre otras, de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o cualquier otra opinión, origen nacional o social, fortuna, nacimiento o cualquier otra situación. Presenta valores universales y un ideal común a alcanzar por todos los pueblos y naciones. Estos derechos establecen la igual dignidad y valor de todos los seres humanos.

Una mención especial para el Movimiento ATD Cuarto Mundo

Con motivo del Día de los Derechos Humanos, la asociación AFNU (Asociación Francesa para las Naciones Unidas), entrega hoy a la CIMADE su Premio de Derechos Humanos y reconoce al Movimiento Internacional ATD Cuarto Mundo a través de una mención especial. Esta mención será entregada por el ministro de Justicia de Francia, el Sr. Nicole Belloubet, a Isabelle Pypaert-Perrin, delegada general del Movimiento Internacional ATD Cuarto Mundo.

Los más pobres: defensores y defensoras anónimos de los derechos humanos

Esta mención se otorga en honor de las defensoras y defensores anónimos de los derechos humanos y a quienes Joseph Wresinski contribuyó a dar a conocer cuando estableció una estrecha relación entre extrema pobreza y derechos humanos.

En esta entrevista, Isabelle Pypaert-Perrin, delegada general del Movimiento ATD Cuarto Mundo, retoma este aporte innovador del Movimiento ATD Cuarto Mundo en la lucha a favor de los derechos humanos: luchar contra la miseria es luchar por el avance de los derechos humanos, de este modo, son los más pobres quienes luchan contra ella a diario y, por ello, son los primeros defensores de los derechos humanos.

Entrevista de Isabelle Pypaert-Perrin: al encuentro de personas que a diario permiten el avance de los derechos humanos

A inicios de los años 80, Joseph Wresinski se atrevió a afirmar que la miseria es una violación del conjunto de derechos humanos, entonces, era algo completamente nuevo. Por otra parte, hace poco, un experto de las Naciones Unidas afirmaba: esta es una contribución fundamental para la lucha por los derechos humanos. Efectivamente, porque situar la miseria como una violación de los derechos humanos nos invita a participar en una lucha. No se trata de reducir, de aliviar la miseria, se trata de ponerle fin, y es una lucha actual, una lucha que en la actualidad debe continuar. Para Joseph Wresinski afirmar los derechos humanos era afirmar el derecho que tienen todas las personas, cada una de ellas, a ser un ser humano pleno, el derecho a ser un ser humano, el derecho a ser personas. Y, en este sentido, está profundamente en conformidad con los autores y con quienes suscribieron esta Declaración Universal de Derechos Humanos hace 70 años. Era después de la tragedia de la Guerra Mundial, de la Segunda Guerra Mundial, y  con ello afirmaban que nunca más se puede volver a aplastar al ser humano, a destruirlo como ha sido destruido, no es posible. El único camino hacia la paz es el respeto de la igual dignidad de todas las personas.

  • Sin embargo, 70 años después, en todas partes, familias y personas siguen diciendo: «Pero, los derechos humanos no han llegado hasta nosotros, no han llegado a nuestras vidas». Y la miseria continúa destruyendo a los seres humanos, la violencia de la miseria sigue matando tanto o más que todas las guerras juntas.

En la manera que tenía Joseph Wresinski de afirmar que la miseria es una violación de los derechos humanos había algo que también era profundamente novedoso, y era que nos hizo descubrir a grandes defensores anónimos de los derechos humanos. De hecho nos decía: «Los más pobres son los primeros en resistir, son ellos los primeros en posicionarse cada día y rechazar la miseria».

Por ejemplo, en Bukavu [RDC], esta mujer que realiza un trabajo extremadamente penoso, que transporta bultos sobre la espalda, que es cargadora y que con ello se gana la vida para ella y su familia. Y cuando su vecina, o alguien en su entorno, de su vecindario, le dice: «Ayúdeme, no tenemos nada, es insoportable». Ella misma no tiene nada que darle y, sin embargo, lo que hace es decirle: «Ven conmigo», y comparte con ella su trabajo y su salario.

Otro defensor anónimo de los derechos humanos es este joven que recorre un montón de kilómetros a pie o en bicicleta, que atraviesa la ciudad de una punta a otra para ir al encuentro de sus amigos, como él dice, de esos jóvenes que todavía hoy viven en la calle y para quienes desea que puedan salir de su aislamiento, regresar a sus pueblos, volver a encontrar a sus familias.

Son también esas niñas y niños de República Democrática del Congo que se unen, que establecen relaciones de amistad, estas niñas y niños Tapori que se hacen amigos de los niños del país vecino que han llegado a su ciudad y a quienes se maltrata y rechaza. Ellos saben muy bien que todas las niñas, que todos los niños, tienen derecho a la amistad.

Son también estos jóvenes de Haití que, mientras el barrio donde viven, su asentamiento chabolista, había sido declarado por la comunidad internacional como «zona roja», lograron organizar junto con el equipo de ATD Cuarto Mundo una distribución en la que no se excluyera a nadie. Pero para lograrlo caminaron, caminaron hasta lo más alto de la colina para verificar que nadie se quedaba al margen de esta acción solidaria.

Son también estas familias de Francia que han trabajado, que han cruzado su saber con el de los docentes y las personas del Ministerio de Educación Nacional para pensar: «¿cómo hacer para que nuestras hijas e hijos no sean sistemáticamente transferidas a clases especiales? Porque nuestras hijas e hijos son inteligentes y tienen derecho a aprender».

También es esta joven profesora que nos contaba cómo, en el barrio al que acaba de llegar como docente, le han dicho: «¡Ah no!, no hace falta apuntar muy alto con estos niños», y ella, ella se niega, y con otros docentes intentar ofrecer lo mejor a las niñas y niños y crear realmente relaciones de cooperación con sus familias, con las madres y padres y con todo el mundo en la escuela.

Eso es, son todas estas personas desconocidas e ignoradas, defensoras y defensores anónimos de los derechos humanos.
Y el 10 de diciembre, la Asociación Francesa para las Naciones Unidas va a entregar un Premio de Derechos Humanos a la CIMADE, pero también va a entregar una mención especial al Movimiento ATD Cuarto Mundo.

  • Y, de hecho, mediante esta mención, rinde homenaje a todas estas defensoras y defensores de los derechos humanos desconocidos.

Para saber más sobre la posición de ATD Cuarto Mundo en las Organizaciones de las Naciones Unidas en defensa de los derechos humanos.

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Para saber más sobre la reflexión de militantes Cuarto Mundo sobre la extrema pobreza como violación de derechos:

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