Mensaje para el año 2020| Isabelle Pypaert Perrin

   «¿Acaso no tienen los niños y niñas una nueva mirada que enseñarnos?»
Joseph Wresinski, 1979

«¿Y si ayudamos a Émile a reconstruir su casa?», propone Djibril a su grupo Tapori1. En esta región de África Central, la población vive extenuada tras años de guerras sucesivas que han frustrado la mayoría de las iniciativas. Sin embargo, jóvenes, niñas y niños han creado un grupo que tiene por objetivo «ser amigos de quienes no tienen amigos».

¿Émile? Su casa, en la colina, se inclina tan peligrosamente que la familia duerme fuera. Armand, un joven que participa en el grupo desde el principio, duda.

  • ¿Émile? Nadie le habla. Corre el rumor de que este hombre trae mala suerte… Innocent interviene: «En esa casa hay niños como nosotros. No podemos dejar que duerman bajo la lluvia y la picadura de los mosquitos».

Pélagie insiste: «No me quedo tranquila si mis amigos no pueden dormir bien. Cuando hablamos del derecho a la vivienda, pienso en los vecinos que no tienen donde dormir».

Gracias al entusiasmo de los niños y niñas se toma una decisión. Se organizan. Algunos van a hablar con Émile; otros agarran una pala, un machete o una hoz, otros un martillo improvisado.
Todos juntos se movilizan: cortan algunos árboles para la estructura de la casa, otros van a buscar agua abajo al riachuelo y amasan con sus pies el barro para hacer los adobes.
Los vecinos observan. Uno de ellos exclama: «¡No es un trabajo para niños!», y se une a ellos. Al día siguiente algunos hombres del barrio se suman al trabajo.

En su casa, ahora firme, este hombre me recibió hace unos meses, decía:

  • «Antes me llamaban Émile. Ahora me llaman ´papá´. ¿Puede haber orgullo más grande que ser el padre de todos ellos? Las niñas y niños Tapori me han permitido salir del aislamiento. Gracias a su consideración otros vecinos han empezado a venir.
    Después, he abierto los ojos y he visto que otras muchas personas sufrían como yo. Así es como creamos el grupo «familias solidarias».

Y Armand añadía: «Gracias a estas niñas y niños hemos comprendido que papá Émile no estaba loco, sino que era tan pobre que estaba «replegado sobre sí mismo» y no se atrevía a dirigir la palabra a nadie. De repente, nadie le hablaba y todas las personas se permitían decir cualquier cosa de él».

Estimadas amigas y amigos:

  • Dejemos que los niños y niñas nos abran los ojos y nos ayuden a superar los límites establecidos, para que también nosotros lleguemos a ser «amigos de quienes no tienen amigos».

Gracias, porque a través de su amistad y sus donaciones, podemos multiplicar los encuentros que permiten a las familias restablecer, con honor y orgullo, relaciones con su comunidad.

Les deseamos unas felices fiestas.

Isabelle Pypaert Perrin, delegada general del Movimiento Internacional ATD Cuarto Mundo

 

 

  1. Creado por ATD Cuarto Mundo, el Movimiento Tapori permite la relación entre niñas y niños de todo el mundo y de todos los ámbitos de la sociedad. A través de una publicación mensual, de correos, campañas y encuentros, apoyan sus iniciativas, gestos de amistad y reflexión hacia un mundo libre de extrema pobreza. www.tapori.org