Mediadores sociales y culturales preparados para contribuir a la paz en República Centroafricana

De marzo de 2018 a febrero de 2019, doce jóvenes participantes, cinco mujeres y siete hombres, han participado en la formación de Mediadores Sociales y Culturales organizada por ATD Cuarto Mundo y sus organizaciones colaboradoras.

Igual que los miembros de la primera promoción en 2016, cada persona ya tenía un compromiso en su barrio o su comunidad para contraponer gestos de paz a la violencia que ha padecido el país. Provienen de diferentes lugares cuyo nombre, aún hoy, evocan duelo, sufrimiento, exilio o aislamiento.

  • Han formado parte de las personas que, en los albergues de desplazados, en sus barrios, en sus comunidades, han intentado restablecer vínculos para la convivencia, que han intentado alentar la esperanza, desarmar las mentalidades, con una especial atención a las personas más afectadas por la pobreza.

Han llegado con libros o juegos para reunir a niñas y niños y ofrecerles espacios para seguir soñando y aprender a creer en ellos mismos y en los demás. Además, han actuado con las manos vacías, con la profunda convicción de que la vida está aquí y no en otra parte, y se comprometen para que la vida siga manteniendo todo su sentido.

Ofrecer herramientas para seguir actuando

Esta formación de mediadores proporciona a estos jóvenes herramientas para seguir alimentando su compromiso y reforzar su capacidad para actuar. Herramientas para identificar y comprender mejor los problemas y poder ayudar a los miembros de la comunidad a unirse para encontrar soluciones comunes y disfrutar de la alegría y el orgullo de construir proyectos que unen. Los docentes de esta formación son profesores de la Universidad de Bangui, profesionales en proyectos de lucha contra la miseria y la defensa de los derechos humanos comprometidos en el tejido asociativo y miembros del voluntariado permanente de ATD Cuarto Mundo. Se trata de una formación que alterna teoría y práctica y aborda diferentes disciplinas como la antropología, la historia, la psicología, técnicas de gestión de proyectos y otras herramientas prácticas como el francés, la informática y la redacción administrativa. Los participantes en la formación han podido a lo largo del año disfrutar de una práctica de inmersión profesional en medio institucional mediante dos pasantías de un mes cada una. El diseño, la realización y la evaluación de una acción cultural y de movilización ciudadana han tenido un papel importante en el programa de práctica profesional.

  • El sentido y condiciones necesarias para el compromiso han sido un tema central, apoyado en el enfoque ético de la lucha contra la pobreza que reconoce la igual dignidad de todas las personas y que da cabida a las personas en situación de pobreza como socios, agentes de esta lucha hacia una transformación social y una paz sostenibles.

De este modo los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre la Extrema Pobreza y los Derechos Humanos han sido una referencia teórica constante, accesibles gracias al manual de aplicación Hacer de los Derechos Humanos una realidad para las personas que viven en situación de extrema pobreza.

El compromiso en su propia comunidad, principal criterio de selección

El principal objetivo de esta formación era, y sigue siendo, permitir que la sociedad reconozca esta función de restablecer los vínculos sociales, de restauración de la convivencia que, con frecuencia realizada de manera voluntaria por jóvenes y mayores, contribuye a la construcción de una paz de manera integrada, con discreción y perseverancia. El reto para estos jóvenes ha sido poder superar los problemas de la vida diaria y mantener una constancia en la formación a pesar de los eventos preocupantes que han tenido lugar en 2018 en el país.

El criterio de selección de los jóvenes ha sido en primer lugar su compromiso, haciendo que el nivel de estudios no sea homogéneo, desde estudios secundarios hasta una licenciatura universitaria. Sin embargo esta diversidad no ha supuesto un freno, todos los candidatos que han participado, gracias a su experiencia de acción voluntaria, han podido acceder a la teoría. Además, su motivación ha sido determinante para superar las dificultades.

Proyectos de fin de estudios que hunden sus raíces en la acción ciudadana

Un seminario de tres días ha servido para clausurar un año de formación. Este tiempo se pensó como un tiempo de presentación y defensa de los proyectos diseñados por los jóvenes. Los proyectos que han elegido dicen mucho de sus raíces en la realidad de los barrios y sobre la orientación que desean infundir a su acción ciudadana. Se han apoyado en cuatro temas: la educación, juventud, la comunidad y la familia, la libre circulación y elección de la residencia y, como eje transversal, la cuestión de género. Entre el público presente había profesores de universidad, estudiantes, mediadores de la primera promoción, activistas del tejido asociativo. El público pudo participar enriqueciendo las presentaciones a partir de sus propias experiencias, poniendo en valor el compromiso de los jóvenes y deseando una fuerte implicación colectiva para que se reconozca esta nueva figura profesional, las y los mediadores sociales y culturales.

El sábado tuvo lugar la entrega de diplomas, fue un momento solemne. Por último, ATD Cuarto Mundo presentó las perspectivas en dos puntos:

  • La creación de una red de mediadores sociales y culturales.
  • La organización de un seminario de acción para aprender de este proyecto experimental y definir un plan de promoción de la mediación social y cultural, de diseminación de los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre la extrema pobreza y los derechos humanos, en relación con la creación en la Universidad de Bangui de un estudio de posgrado de Mediación cultural y una formación de educador responsable de la mediación en la Escuela Nacional Superior.

Para los participantes de la formación, Amira, Delphin, Eben-Nezer, Enock, Fiacre, Guémine, Jean-Bertrand, Martine, Modeste, Odile, Sadia, Yannick fue un orgullo recibir los diplomas de la mano de otros mediadores sociales, representantes de la ACFPE, dos profesores de la Universidad y Charles Ngafo, militante decano de ATD Cuarto Mundo.

Para enraizar este momento en la dignidad del país y su lucha por la paz se vivió un minuto de silencio en memoria de las personas desaparecidas este año, muertas por la violencia o por la miseria, vencidos por la enfermedad. Se entonó el canto Zo Kwe Zo «Todo ser humano es un ser humano», himno a la paz en el seno de la familia humana.

Nuestro agradecimiento al equipo de voluntarios permanentes coordinador del proyecto, a los socios de la Agencia Centroafricana para la Formación Profesional y el Empleo (ACFPE), Cáritas Francia, la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) y la Embajada de Francia en Bangui. El proyecto pudo contar con seis meses de talleres de reflexión y recomendaciones técnicas del Fondo de Solidaridad y Proyectos de Innovación (FSPI) creado por la Embajada de Francia en colaboración con la ACFPE.