Haití: la fuerza de un pueblo más allá de la miseria que lo atenaza

Isabelle Pypaert Perrin

Editorial de Isabelle Pypaert Perrin, delegada general del Movimiento Internacional ATD Cuarto Mundo, publicado en la Revista Quart Monde n° 245.

«Haití: la fuerza de un pueblo más allá de la miseria que la atenaza».

Estas palabras son de Joseph Wresinski, después de su primera visita a Haití en 1981. Es esta fuerza la que se pone de manifiesto en el libro Ravine l’Espérance [Barranco Esperanza] publicado por las Ediciones Cuarto Mundo ocho años después del terremoto que sacudió al país. A través de la vida que se entremezca, de personas adultas o de jóvenes,  podemos descubrir la resistencia y la dignidad de los habitantes del país, estas personas que, ya antes de la catástrofe, tenían que hacer frente a lo imposible. Ravine l´Espérance es un libro capaz de tirar por tierra los prejuicios. Es un libro que despierta la ternura de un mundo que se expresa como nunca antes días después del terremoto, en un impulso prometedor hacia una solidaridad renovada que anuncia nuevas relaciones entre países y la reconstrucción de un país para todas las personas. Muy rápidamente todas estas ambiciones se disiparon y todo volvió a ser como antes. No se ha inscrito el reconocimiento mutuo como eje fundamental de las relaciones entre los pueblos.
Por lo tanto, sigamos dando a conocer e invitando a amar a este pueblo que nunca ha dejado de creer en la libertad para ser ellos mismos, y que lo ha expresado de mil maneras.
Sigamos poniendo de manifiesto el valor de las familias de los barrios pobres que luchan sin medios, y con frecuencia demasiado solas, para ofrecer vida, educación, salud y futuro a sus hijas e hijos.

Días después del seísmo, mientras carecían de todo, fueron ellas quienes insistieron: «Ya no tenemos nada, es cierto, pero la prioridad es reiniciar las acciones con los niños, ¡es lo más importante!». ¡Qué visión de futuro se esconde en el corazón de estas familias a quienes con frecuencia se percibe como dependientes de la asistencia y atrapadas en la situación de emergencia! Fueron estos jóvenes los primeros que treparon por los barrancos devastados para buscar a las personas que las organizaciones humanitarias no atendían.
¡Qué inteligencia y que valor para comprometerse activamente anima a estos jóvenes de quiénes no se espera nada!
Rindamos homenaje a estas haitianas y haitianos que se niegan a abandonar su país y a marcharse fuera para ganarse la vida. «Haïti, c’est chez moi» [Haití es mi casa] afirma Louis-Adrien Delva, uno de los coautores de este libro, un 17 de octobre en la sede de las Naciones Unidas. «Como ciudadano puedo hacer algo para que intentemos mejorar un poco». Y hagamos nuestras estas preguntas que la escritora Yanick Lahens formuló después del terremoto:
«¿Por qué a nosotros los haitianos? Como si estuviéramos en el mundo para medir los límites humanos, los límites contra la pobreza, contra el sufrimiento, y mantenernos mediante una extraordinaria capacidad de resistencia y de transformación de las dificultades en energía vital».

  • Esa es la fuerza de un pueblo. Una fuerza que nos obliga a cambiarlo todo, a unirnos, para que las personas más pobres no luchen en vano, para que en el futuro la vida sea mejor y el mundo más justo.