Derechos frente a la pandemia

Concentración Marea Básica Carabanchel-©TDauchet


El siguiente  artículo está escrito por el equipo de Madrid, publicado en el sit web de ATD Cuarto Mundo España

“Desde que comenzó todo, con el confinamiento, hemos quedado abandonados a nuestra suerte, que cada cual se lave con su agua… Frente a la necesidad, te dicen que te busques la vida, pero ya no es posible buscarse la vida. ¿Qué podemos hacer entonces, si no tenemos herramientas?”

La COVID-19 ha supuesto una transformación radical de la vida de muchas personas: pérdida de seguridades, incertidumbre constante, limitación en las relaciones sociales. Sin embargo, para muchas otras, quienes ya sufrían estos males, más que una transformación la pandemia lo que ha hecho ha sido multiplicar estas dinámicas agravando las situaciones de pobreza y exclusión previas.

Al mismo tiempo, a lo largo de estos meses hemos podido descubrir también la fuerza de la solidaridad y el apoyo mutuo frente a la adversidad. Así, mientras que muchas instituciones se han cerrado sobre mismas y en el mundo virtual, las redes vecinales han multiplicado sus acciones puerta a puerta y en las calles. Han surgido despensas para garantizar la alimentación, se ha vuelto a visibilizar el trabajo de los grupos por el derecho a la vivienda, se han puesto en marcha grupos de apoyo para la tramitación del Ingreso Mínimo Vital y para denunciar su laberinto burocrático.

También quienes viven en mayor pobreza se han movilizado. Frente a la imagen que se ofrece de ellos muchas veces, como si estuvieran siempre pidiendo ayuda y encerrados en su necesidad, es necesario reconocer también sus esfuerzos e iniciativas de resistencia y dignidad. Debemos aprender de ellas para que nos marquen la senda para avanzar hacia un estado de solidaridad que no abandone a nadie. Hay mucha inteligencia y mucho saber hacer detrás de ellas. Como decía una militante cuarto mundo:

“Quienes caen ahora en la pobreza tienen una gran dificultad, y es que nunca se han visto en estas. Nosotras, sin embargo, al llevar toda la vida así hemos aprendido a resistir y apoyarnos, a apañarnos con muy poco”.

Desde esta experiencia, quienes viven en mayor pobreza nos señalan las claves fundamentales para afrontar estos tiempos inciertos. Claro que hay que cuidar la salud, por supuesto. Pero eso no puede hacerse más que a través de garantizar los derechos. Cada derecho vulnerado es un virus que ataca y mata a parte de nuestra sociedad. Y frente a esa vulnerabilidad debemos responder todas y todos.