Dakar: adolescentes imaginan el barrio ideal

En Dakar, cada dos semanas, el equipo de ATD Cuarto Mundo Senegal, en el marco del Saber en la Calle, lleva a cabo una serie de acciones con adolescentes en el barrio de Grand-Yoff, Dakar. Algunas de estas niñas y niños viven en situación precaria, en la estrechez de viviendas informales.

La participación de adolescentes en las actividades ha permito a los facilitadores ampliar el abanico de actividades y proponer actividades manuales más elaboradas y debates más profundos.

El tema que ha centrado las tres últimas actividades eran los derechos humanos, de cara a la preparación del próximo 17 de octubre, Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza. El equipo decidió invitar a los adolescentes al Centro Regional de ATD Cuarto Mundo, situado en el barrio de Liberté 4 de la capital, para que contaran con un marco de trabajo que permitiera un mejor trabajo y una mayor concentración que la calle, lugar donde se reúnen regularmente.

Para los adolescentes no siempre es fácil hablar de los derechos humanos y puede resultar un tema un poco abstracto. Así, el equipo de animación planteó el debate en base a una serie de dibujos de los adolescentes, así como a la realización de un mural que permitiera ilustrar su reflexión colectiva.

Juntos, pudieron responder a las preguntas:

  • ¿Qué es lo que nosotras y nosotros, jóvenes de Grand Yoff, necesitamos para vivir bien en sociedad?

En un primer momento, las niñas y niños pudieron expresar sus necesidades personales a través del dibujo de la casa de sus sueños. En sus dibujos pudieron incluir los elementos materiales que les permitirían vivir bien en sus respectivas casas.
En su casa ideal todos los jóvenes dibujaron habitaciones amuebladas. Nadie quiere dormir en el suelo, por eso todos han añadido camas en sus habitaciones. La mayoría de las casas que dibujaron tienen un vehículo aparcado a la puerta. Las cocinas cuentan con espacio para organizar bien todos los utensilios y, para complementar las viviendas, varios han dibujado una piscina o incluso un campo de fútbol. Cerca de la mitad de ellos tienen por ambición tener gallinero o incluso un espacio de huerto. Todos quieren que haya agua corriente en el baño.
Una joven dibujó columpios y el más mayor del grupo dibujó una casa pequeña añadiendo: «Estoy soltero y no necesito muchas habitaciones, ni cocina, ni salón. ¡Seré yo quien vaya a casa de los demás! ».

En un segundo momento de creación colectiva, los jóvenes dibujaron en el suelo del patio un barrio en el que cada cual pudiera situar su casa ideal. Así, dibujaron un hospital al lado de una farmacia, una mezquita y, un poco más lejos, una iglesia. El aeropuerto lo situaron al lado de una comisaría de policía. Se diseñaron las calles y carreteras de manera que fuera fácil acceder a cada vivienda para que cada vecino pudiera realizar las diferentes actividades cotidianas. Los adolescentes pudieron hablar, negociar, entenderse y llegar a acuerdos entre ellos. Por ejemplo, se debatió sobre el lugar de la farmacia, pues un grupo quería situarla en el barrio. Pero los encargados de ubicar el hospital dieron como argumento que la farmacia debía situarse junto a este, porque si «al estar hospitalizado te recetan un medicamento, no vas a ir a recorrer toda la ciudad y, además, no quieres esperar a obtenerlos». En cuanto a la iglesia y la mezquita, quisieron que se pudieran reforzar las diferentes creencias del vecindario. También piensan que la escuela es importante para que los niños y niñas tengan acceso a una mejor educación. Al final de una de las sesiones en las que diseñamos el barrio ideal, al terminar, se acordaron de repente: «¡Nos hemos olvidado de la electricidad y de las farolas! ».

En su preocupación por una buena convivencia, los jóvenes también pensaron en instalar una serie de bancos «Diakhalé»: expresión wolof para referirse a un espacio público para personas que encuentran dificultades para cubrir las necesidades familiares diarias. En estos bancos los responsables de cada familia pueden reunirse para reflexionar sobre sus condiciones de vida.

Todas estas acciones han transcurrido en un clima de solidaridad, imaginación, amplitud de miras, complicidad y amistad en el seno del grupo. Estos adolescentes llevaron a cabo un trabajo sobre los derechos humanos teniendo como perspectiva la búsqueda de la paz.


El «Barrio de los adolescentes» se presentó junto con una exposición de obras de arte. Los visitantes pudieron admirar los cuadros de Guendouz Bensidhoum, miembro del voluntariado permanente cuyos cuadros se inspiraron en las personas que encontró a través de las acciones de ATD Cuarto Mundo en Senegal.

Lo mejor de esta exposición es que fue fruto de la implicación de los jóvenes, lo que es, sin duda, mucho más que hacer unos cuantos dibujos. Las niñas y niños explicaron a los visitantes: «Aquí está nuestro barrio, Grand-Yoff. Nuestro barrio imaginario». La secretaria de Asuntos Extranjeros de la Embajada de Argelia contestó:

  • «¡Ah! Es un barrio imaginario y está muy bien. Ahora, es necesario tratar de hacerlo realidad».