ATD Cuarto Munde pone en tela de juicio los indicadores de pobreza

Las últimas previsiones del Banco Mundial indican que el número de personas que viven en situación de pobreza extrema debería disminuir por debajo del umbral del 10% de la población mundial. Tal como titulaba, el 6 de octubre de 2015, el diario francés La Croix, este «retroceso histórico», podría no ser más que una ilusión estadística. El método de cálculo del umbral de pobreza, menos de 1,90 dólares por persona por día, podría ser engañoso con respecto de la realidad.

Controversia de indicadores

Puede extrañarnos que el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) utilice otra definición y otra medida de la pobreza, sin que estas instituciones vinculadas a la ONU hayan logrado ponerse de acuerdo. Desde 2010, el PNUD utiliza un indicador multidimensional de pobreza, que mide las privaciones acumuladas de los hogares en las áreas de salud, educación y nivel de vida. Como era de esperar, indicadores diferentes proporcionan resultados diferentes. En 2014, el PNUD estimaba, basándose en sus encuestas, que 1 500 millones de personas vivían en una situación de pobreza multidimensional, cuando el banco mundial calculaba 1 200 millones.

¿Por qué publicar, el 4 de octubre, un nuevo indicador relativo a la extrema pobreza y nuevas previsiones, cuando en junio de 2015, el Banco Mundial creó una nueva comisión sobre la pobreza en el mundo [Comisión para la Medición de la Pobreza Mundial]? Esta comisión debe orientar sobre la manera de medir y de realizar un seguimiento de la pobreza en el mundo, ardua tarea en cualquier caso. ¿Por qué no haber esperado la publicación de su informe final, en abril de 2016, antes de hacer público un nuevo indicador?

Porque era urgente hacerlo para preservar la credibilidad de sus estadísticas. Desde que creó la medida para el umbral internacional de pobreza extrema, el Banco Mundial enfrenta un delicado problema. Sus cifras no provienen de un censo mundial de todas las personas que viven con menos de 1 dólar por día. En 77 países ni siquiera cuentan con una estimación de la pobreza cada cinco años. En consecuencia, el Banco hace estimaciones de la pobreza a partir de hipótesis y de cálculos complejos muy sensibles a los factores de conversión de paridad de poder adquisitivo (PPA). Las últimas estimaciones de la PPA han alterado de nuevo las estadísticas del Banco, lo que le llevó a introducir un nuevo umbral de pobreza (1,90 dólares por persona por día). La paridad del poder adquisitivo (PPA) permite comparar la pobreza entre países y expresa en dólares la cantidad diaria necesaria para comprar un mismo conjunto [cesta] de bienes (alimento, ropa, etc.) y de servicios (transporte, etc.).

Pobreza invisible

¡Pero, este indicador de umbral de pobreza hace que resulte invisible en los 34 países de la OCDE! Solo en la ciudad de Nueva York, uno de cada cinco habitantes depende de los bancos de alimentos para su comida diaria. Invisibles en las estadísticas. Como las personas sin hogar o las que viven en los basureros, bajo los puentes, etc. que no son aparecen en las encuestas. 230 millones de niños menores de cinco años no han sido declarados al Registro Civil, afirmaba la UNICEF en 2013. Entonces, ¿cómo se les toma en cuenta?
Ningún umbral de pobreza existente toma en cuenta la dimensión relacional de desprecio, de opresión y de exclusión social, tan dolorosa para quienes la padecen. El umbral de pobreza del Banco Mundial es un indicador tecnocrático, sobre el que no se ha realizado ninguna reflexión teórica de fondo, ni establecido ningún diálogo con las personas que sufren la extrema pobreza. Este umbral tan simple y tan cómodo permite distribuir préstamos y subvenciones a los países teniendo en cuenta su nivel de pobreza. Se impuso en el ámbito internacional de modo que incluso se tomó como indicador de la primera meta de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, mientras se ignora el indicador de pobreza multidimensional de la PNUD.

Proponemos a la Comisión para la Medición de la Pobreza Mundial la creación de un organismo de supervisión de las medidas de la pobreza bajo el auspicio de las Naciones Unidas y que asocie expertos de diferentes continentes y culturas, así como a representantes de las organizaciones que reúnen a personas que viven en situación de extrema pobreza a través del mundo y que se les permita a ellas mismas expresarse al respecto. Asimismo proponemos apoyar los trabajos para definir, con el Banco Mundial, nuevos indicadores de pobreza, asociando en este trabajo a las personas que la viven, para que puedan participar activamente en el debate mundial sobre la pobreza y los medios para afrontarla y no sean únicamente objeto de medidas arbitrarias decididas por los poderosos.