Familias en situación de pobreza en Bangkok dependientes de la economía informal

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El 1 de mayo, Día Internacional de los Trabajadores, es una buena oportunidad para dar visibilidad al trabajo no reconocido, y definido como informal, de personas en situación de pobreza, con frecuencia alejadas y poco representadas por el ámbito del trabajo asalariado. En efecto, en todo el mundo las personas en situación más grave de pobreza desarrollan habilidades prácticas no reconocidas por la sociedad pero que les permiten crear actividades generadoras de recursos y tejer redes de solidaridad.
En este día proponemos una serie de artículos que rindan homenaje a estas personas invisibles que, sin embargo, a su escala, contribuyen a preservar los recursos limitados del planeta y a reafirmar una economía más humana.

Las personas que venden en las calles de Bangkok participan en la economía informal que sostiene a muchas personas de escasos recursos en la ciudad. Venden una gran variedad de productos, pero sobre todo son los puestos de comida los que son conocidos en el mundo entero y que atraen a turistas de muchos países. Sin embargo, la amplia economía informal que rodea a este comercio de calle es menos conocida.

Los puestos alineados en las calles de Bangkok emplean normalmente a personas que no cuentan con otros recursos para cubrir sus necesidades. «El comercio de calle es algo muy importante para las familias que viven en situación de extrema pobreza», explica Claude Heyberger, voluntario permanente de ATD Cuarto Mundo en Tailandia.

Los salarios más bajos de la economía informal

«Gran cantidad de familias en situación de pobreza logran sobrevivir gracias a los servicios que prestan a los comerciantes callejeros», continúa el Sr. Heyberger. «Cortan los tallos de los pimientos, limpian el emplazamiento de los puestos de venta callejeros, transportan bienes y suministros a los vendedores, etc. Pueden llevar a cabo estas tareas porque requieren flexibilidad y se fundamentan en las relaciones personales. [Fuera de este ámbito] hay pocos trabajos para las personas que no han tenido la oportunidad de estudiar».

  • Ser propietario de un puesto de venta en la calle es un sueño que en la mayoría de ocasiones resulta imposible para las familias en situación de extrema pobreza. Estas familias ya intentan sobrevivir día a día y les resulta difícil ahorrar para iniciar un pequeño comercio o para lograr mantenerlo.

La mayor parte de los trabajadores de estos puestos de calle trabajan en un negocio familiar donde desde hace años la familia extensa ha invertido capital e implicado a personas cercanas. Asimismo es necesario tener un buen estado de salud para poder trabajar durante muchas horas, lo que no se corresponde con la situación de las familias que deben sobrevivir día a día o que afrontan emergencias inesperadas y que, muchas veces, tienen problemas de salud.

Niñas y niños impacientes por aprender técnicas de fabricación de coronas de flores (abril 2019)

Los puestos de venta callejeros requieren también una amplia red social. El vendedor tiene que negociar el espacio de venta y mantener el puesto en caso de posible competencia. Los propietarios de los puestos deben saber donde obtener los suministros más económicos y tener buenos contactos para obtener productos interesantes.

  • La mayoría de las familias en situación de extrema pobreza realmente no participan activamente en ninguna red social. Los miembros de su comunidad son tan pobres como ellas y también están desconectadas de la economía informal.

Sin embargo, el comercio callejero es un importante apoyo para muchas familias en situación de pobreza que en su mayoría perciben los salarios más bajos y ganan muy poco de dinero realizando pequeños trabajos.

Vendedora de calle desde los 13 años

La profesora Narumol Nirathron, durante muchos años aliada de ATD Cuarto Mundo, ha realizado durante 20 años investigaciones sobre los puestos de venta en la calle.  Con la ayuda de ATD Cuarto Mundo Tailandia, el SDG Translab del Centro Yunus de Bangkok y la colaboración de la Red Tailandesa de Vendedores de Calle por el Desarrollo sostenible, organizó el acto Aprendamos de la experiencia del comercio de calle. Los estudiantes universitarios pudieron escuchar a la señora.  Nok, una mujer que lleva trabajando como vendedora de calle desde los 13 años.

La señora. Nok explica que llegó a Bangkok al término de sus estudios primarios. Sus familia cultivaba arroz en la provincia de Udon Thani, vivían en situación de pobreza y ya no podían seguir pagando los estudios de sus hijas. La señora Nok afirma:

  • «Pienso que soy una persona desenvuelta e inteligente. Solamente que no tenía dinero y no podía ir a la escuela como los demás niños. Pero no voy a dejar de luchar».

Determinada a continuar sus estudios, la señora Nok estudia en un programa de educación no formal del Ministerio de Educación de Tailandia. Sobrevive trabajando por la noche en pequeños trabajos como lavaplatos o cocinera.

El éxito de un pequeño comercio independiente

«Buscaba una forma de progresar», continúa la señora Nok. «Entonces empecé a formarme en cuestiones de comercio. Vendía mercancía durante los festivales… O vendía flores a las personas que iban al templo durante las festividades budistas».

Poco a poco, la señora Nok logró establecerse como vendedora de calle. «Para ello tienes que conocer a la clientela y lo que necesitan», explica. «Por ejemplo, si es el Año Nuevo chino, tienes que vender cosas que se utilizan en esas fechas. Si hace frío, tienes que vender ropa para el frío. Si llueve, tienes que vender paraguas».

Ser una buena vendedora te permite vivir modestamente.

  • «No gano mucho dinero», afirma la señora Nok. «Desearía que mis hijos tuvieran una vida mejor. Me gustaría que recibieran la misma educación que los demás niños».

Una amplia economía para personas con bajos ingresos

El comercio de calle es la fuente principal de ingresos de miles de personas. Según la investigación de Narumol Nirathron, las personas que venden en la calle dan de comer a las familias más pobres de la ciudad, como la señora Nok, la mayoría de las personas que venden en la calle son mujeres y sus beneficios constituyen los principales ingresos de la familia. Pero por falta de medios para alquilar un establecimiento en un edificio y el hacinamiento en las callejuelas, la mayoría de estos pequeños comercios corren el riesgo de desaparecer y privar a las familias de estos ingresos.

Reconocer la importancia de la economía informal amenazada

Para muchas personas trabajar en el sector informal no supone un problema. La señora Nok no se queja, más bien está agradecida por poder trabajar en el comercio de calle y poder cubrir las necesidades de su familia. «Para mí la pobreza no es un problema», explica. «Para nosotros la pobreza es una oportunidad que nos permite utilizar nuestras habilidades y desarrollar nuestras competencias prácticas. Creo que todas las personas tienen derecho a la dignidad. Si las personas educadas no tienen un comportamiento adecuado, no tendrán ningún valor y tampoco serán dignas».

  • Sobre el comercio de calle de la mayoría de los países asiáticos se cierne una amenaza como consecuencia de los patrones de urbanización estandarizados que se extienden cada vez más por todo el mundo. Esta evolución en la forma de hacer pone en entredicho la economía informal, desde todas las personas que trabajan para los vendedores callejeros hasta las personas que son capaces de salir adelante comprando productos de promoción para venderlos después.

Las personas que venden en la calle en rara ocasión tienen la palabra a la hora de llevar a cabo políticas que les afectan directamente.

Trabajar duro y soñar con un futuro mejor

El sábado por la mañana, los miembros de ATD Cuarto Mundo llegan a la comunidad donde llevan a cabo actividades de animación y educativas con familias en situación de extrema pobreza. La mayoría de ellas estaba cortando los tallos de los pimientos y confeccionando coronas de flores para vender en los alrededores. Esa mañana, las niñas y niños se mostraban impacientes por aprender una nueva forma de fabricar las coronas de flores; tenían en sus ojos el brillo de un futuro mejor.

Familias cortando tallos de pimientos en la comunidad donde ATD Cuarto Mundo desarrolla actividades de ocio y educativas (abril 2017)

Para más información sobre la actividad de ATD Cuarto Mundo Tailandia.