«Charlas» al pie de las torres

Durante la Campaña Pobreza Nunca Más – Actuar Todos por la Dignidad, ATD Cuarto Mundo impulsó la escritura de historias de resistencia y cambio, de luchas colectivas que muestran que si las personas se unen pueden lograr que la miseria retroceda.
Historias de resistencia que ponen en evidencia que la miseria se puede evitar.
Esta historia está escrita por Jean y Stéphane, del colectivo ‘Vivre ensemble Maurepas’ [ConvivirMaurepas] (Francia).

Somos un colectivo de cerca de doce personas que organiza «charlas» en los vestíbulos de los bloques de viviendas de nuestro barrio de Maurepas, en la periferia de Rennes. Una mesa de camping, algunos vasos…  Ofrecemos un café, un refresco y algunos pasteles. Las personas se paran o no, según lo deseen. Debatimos de todo y de nada, de cosas importantes o de cosas que no lo son… Lo principal es intercambiar, hablar. La actividad dura cerca de una hora. Nos encontramos allí todos los jueves, en diferentes lugares que cambian de una semana a otra.

En 2013, cuando empezamos, para el vecindario uno de los problemas era el uso de los vestíbulos de los edificios. También había problemas de droga, de tráfico… ¡Era necesario actuar!

  • Entonces, algunos habitantes se movilizaron y surgió la idea de organizar «charlas» para ocupar el espacio de manera positiva, para volver a crear un clima apacible. Y, en primer lugar, que las personas pudieran conocerse y repetarse mutuamente. ¡Había nacido el colectivo!

En la actualidad la eficacia de esta iniciativa va más allá de la ocupación del espacio; se ha convertido en un verdadero elemento que impulsa la relación entre vecinos.
«Conocemos a otros vecinos que de otro modo no hubiéramos
conocido. Al principio, pocas personas nos conocían, pocas personas me saludaban en mi bloque de viviendas, ¡ahora todo el mundo me conoce y me saluda!». En ocasiones es necesario saludarse para que disminuya la tensión.
«No conocía a nadie aunque hacía más de veinte años que vivía en esta torre. Trabajaba y no tenía la oportunidad de relacionarme con las personas del barrio. Nos cruzábamos, pero siempre como si fuéramos extranjeros. ¡No nos conocíamos ni siquiera de un piso a otro!».

Entonces, estas «charlas» permiten que hablemos con nuestras vecinas y vecinos fuera de estos momentos, porque ya nos conocemos y tenemos confianza unos con otros; incluso podemos ayudarnos. La vida es más agradable.

«En ocasiones, en el barrio, las personas tienen dificultad para ir hacia los demás, están aisladas, como si se escondieran. Las «charlas» constituyen una oportunidad para estas personas de dialogar con sus vecinos».
De este modo el colectivo nos permite ser útiles, ponernos al servicio de los demás. Esa es la razón por la que estamos en este mundo, para ser útiles, para ser de ayuda a los demás, ¿no?. Además estas acciones muestran que este aislamiento no es inevitable y, sobre todo, que es posible hacer cosas con los demás, y que somos más fuertes si nos unimos a otros.

Nos reunimos una vez al mes, cada persona opina sobre los proyectos que podemos realizar, podemos estar a favor, en contra, o hacernos nuestra propia idea… ¿Cómo nos vamos a organizar? ¿Qué presupuesto necesitamos?… Y después, votamos… Todos juntos contribuimos a que el colectivo funcione.
Aprendemos la existencia del grupo. De este modo, si antes eran únicamente dos o tres personas del colectivo las que eran capaces de presentar nuestras acciones a los socios del exterior, actualmente muchos más saben hacerlo, tienen más confianza en ellos mismos aún cuando en ocasiones puedan sentirse un poco frágiles.

Por último, si para algunas personas la participación en el colectivo permite tener un lugar de intercambio, puede ser también, en ocasiones, un lugar de apoyo. «Integré el colectivo en septiembre de 2015, en ese momento atravesaba una serie de problemas personales y estaba aislado en este barrio donde no conocía a nadie. He encontrado mucha amabilidad y solidaridad, ya sea entre los miembros del colectivo o con otros vecinos del barrio».

Ahora, las personas de Maurepas nos conocen bien y hemos ampliado nuestras actividades. El viernes es el día de la petanca, participamos en eventos como la Fiesta de la Música o la Epifanía… en ocasiones algunos socios nos solicitan, reconocen nuestra labor.

  • En definitiva, nuestro colectivo ha contribuido a mejorar el ambiente del barrio. Además contribuye a dar una imagen mejor, menos negativa, más solidaria.

Para saber más, visite el blog 1001 Historias de Resistencia