¿Qué hay que hacer para erradicar la extrema pobreza?

A partir de su experiencia en una treintena de países del Norte y del Sur y de las acciones llevadas a cabo en ellos,  ATD Cuarto Mundo ha extraído algunas reflexiones y líneas de acción. La extrema pobreza no es una fatalidad, es obra de los hombres, por lo que éstos pueden acabar con ella. Esta convicción da lugar a acciones sobre el terreno con las personas que viven en la extrema pobreza y los diferentes actores sociales y económicos. También genera una acción a todos los niveles de responsabilidad de las sociedades, local, regional, nacional e internacional, para conseguir que se definan políticas ambiciosas de lucha contra la extrema pobreza.

La extrema pobreza abarca todas las dimensiones de la vida: educación, formación profesional, trabajo, recursos, alojamiento, acceso a cuidados médicos, participación en la vida social, política, cultural, espiritual… Luchar contra la extrema pobreza supone que se tomen en cuenta simultáneamente todas estas dimensiones, fuertemente entrelazadas unas con otras.

Para luchar eficazmente contra la extrema pobreza conviene crear las condiciones para una contribución activa de las personas y grupos sociales que viven en la extrema pobreza y que resisten frente a ella mientras pueden. Conseguir esta contribución implica crear condiciones para la confianza y el intercambio de saberes.

Para atender a las personas y grupos más pobres se necesitan personas que estén disponibles para ir al encuentro allí donde aquellos son obligados a vivir o refugiarse y para establecer con ellos relaciones de confianza a largo plazo. Estas relaciones permitirán definir e intentar los cambios indispensables.

La evaluación de todo programa y de toda política de lucha contra la extrema pobreza se debe realizar midiendo los beneficios que obtienen las personas y los grupos con mayores dificultades y más excluidos. Esta evaluación se debe realizar contando con su participación.

Vencer a la extrema pobreza pasa así por la puesta en práctica de políticas ambiciosas a nivel local, nacional e internacional, dotadas de verdaderos medios financieros y humanos. Estos no se podrán conseguir más que a través de un profundo cambio de mentalidad de todos.